FRANZ JOSEPH HAYDN
1732 - 1809
Haydn compuso más de cien sinfonías (ciento cuatro es la cifra reconocida oficialmente, aunque existe un elevado número de otras atribuibles con mayor o menor seguridad según los casos).
La numeración de estas obras, aunque aproximada, no es del todo exacta, pero la Sinfonía número 104 (London Symphony) puede ser considerada como la última compuesta por el autor.
Una de las pruebas de la popularidad de estas obras en su época se manifiesta en el hecho de tener asignado casi todas ellas un subtítulo característico, que en la mayoría de los casos no es obra del autor. Por lo general no responde a un programa o intención descriptiva de la misma obra, sino más bien a detalles anecdóticos. Así, el ritmo de acompañamiento de fagots del segundo movimiento da a la Sinfonía 101 el subtítulo de The clock (el reloj). La llamada Miracle, debe su nombre a un hecho fortuito que no tiene que ver con la obra en sí misma. El día del estreno, una gran lámpara de la sala de conciertos se desprendió del techo y nadie del público, que se había trasladado a las localidades más cercanas a la orquesta para oír mejor, resultó dañado.
Testimonios contemporáneos afirman que Haydn era un hombre de trato cordial y agradable, ingenioso y alegre, amigo de la risa y de la broma.
Una broma se puede considerar a ese fortissimo que aparece inesperadamente en el tiempo lento de la Sinfonía 94 (Sinfonía de la sorpresa).
La Sinfonía n.º 45 de Haydn, es conocida como Sinfonía de los adioses debido a...
La pieza sinfónica fue un encargo del príncipe Nikolaus Esterházy, para quien el músico y compositor trabajaba. Pero la estancia en el palacio de verano del príncipe se prolongó más de lo previsto y la mayoría de los músicos fueron obligados a permanecer allí.
En el último movimiento de la sinfonía, los músicos de la orquesta dejan de tocar los instrumentos, apagan las velas de su atril y van abandonando sucesivamente el escenario, hasta quedar solamente dos violines (a dos velas).
Durante mucho tiempo se creyó que fue Leopold Mozart, el padre de Wolfgang Amadeus.
Con anterioridad se atribuyó a diferentes compositores, entre los que figuran Franz Joseph Haydn y su hermano Michael.
Sin embargo, estudios recientes parecen demostrar que el autor de la Kindersinfonie (sinfonía de los niños) fue un monje benedictino llamado Edmund Angerer que vivió en Baviera en la segunda mitad del siglo XVIII, y no el músico de la corte del Arzobispo de Salzburgo.
No obstante, Leopold Mozart aparece todavía como autor de esta obra en las portadas de las partituras y de los discos.
Csárdás es una composición musical de aire cíngaro que combina los movimientos lentos y melódicos (lassu) con los rápidos y rítmicos (friss).
El "mecanógrafo", Alfredo Anaya Peña (que tiene una gracia que no se puede aguantar), es percusionista de la Orquesta de la Comunidad de Madrid.
Enlace a Voces para la Paz (Músicos solidarios) : www.vocesparalapaz.com
En el último movimiento de la sinfonía, los músicos de la orquesta dejan de tocar los instrumentos, apagan las velas de su atril y van abandonando sucesivamente el escenario, hasta quedar solamente dos violines (a dos velas).
Fue la manera que encontró Haydn de pedirle al príncipe, sutilmente, que les dejase regresar a sus casas. Esterházy captó el mensaje y por fin los "liberó".
Camerata Strumentale Italiana. Director: Fabrizio Ficiur
¿Quién fue el compositor de la Sinfonía de los Juguetes?
Durante mucho tiempo se creyó que fue Leopold Mozart, el padre de Wolfgang Amadeus.
Con anterioridad se atribuyó a diferentes compositores, entre los que figuran Franz Joseph Haydn y su hermano Michael.
Sin embargo, estudios recientes parecen demostrar que el autor de la Kindersinfonie (sinfonía de los niños) fue un monje benedictino llamado Edmund Angerer que vivió en Baviera en la segunda mitad del siglo XVIII, y no el músico de la corte del Arzobispo de Salzburgo.
No obstante, Leopold Mozart aparece todavía como autor de esta obra en las portadas de las partituras y de los discos.
Del siglo XVIII
al
XIX, XX y XXI
Csárdás de Vittorio Monti
Trombón: Christian Lindberg
Piano: Roland Pöntinen
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Mingote |
11 comentarios:
Me desasno de Haydn, padre de las sinfonías, y con los clásicos en general debo desasnarme. Excepto con Quino, ya un clásico.
Sí conocía y admiro a los virtuosos Lindberg & Pöntinen que han versionado magistralmente tangos de Piazzolla (Las Cuatro Estaciones, Libertango, Milonga del Ángel, Adiós Nonino, Decarísimo y otros), Troilo (Sur, La Última Curda), Demare (Malena) y al propio Carlitos Gardel (Volver).
Divertidísima La Máquina de Escribir.
Para que luego haya quien dice todavía que la música "seria" es aburrida. Genial, Fernández.
A "Fernández" ya lo conocíamos, eh, Charlie. Algo es algo, actualmente el acceso a la música clásica ya no tiene barreras ni es elitista.
Pues no sabía de ese disco de Lindberg & Pöntinen que dices, Carlos. De Lindberg tengo dos discos, y le sigo más o menos. ¿Cómo se me han podido escapar esas versiones? Tendré que buscar a ver si las encuentro.
Un link para para Tangophoria:
http://laquintademahler.com/shop/detalle.aspx?id=118875
https://www.youtube.com/watch?v=e17tEwWORUs
SOn tan buenos!!!
Y atención con el bandoneón: Jens Lundberg. Nada que envidiar a ningún bandoneonista argentino y a muy poco del propio Piazzolla.
Ese tipo sí que siente a Astor!!!
Sois una fuente de alegría...
Increíble, no?... Como tu amado Bill Evans (al que aprendo a amar) Astor es también un sol de alegría musical.
Y tanto, Gato. Este disco es una joya, Carlos. Muchas gracias.
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