miércoles, 29 de agosto de 2012

TRES DE HAMMOND






Los drawbars o barras de tracción fueron una innovación única de la marca Hammond.El Hammond B3 tiene varios preajustes que permiten acceder de manera rápida a la mezcla de sonidos; barras de tracción que ayudan a conseguir los sonidos deseados. Cada número representa la longitud de la tubería en un órgano de tubos. En el B-3, están agrupados en cuatro sets de nueve, identificados por colores. Cada grupo o set consta de cuatro blancos, tres negros, y dos marrones. El color de cada drawbar muestra el intervalo y su armónico asociado con el que está formado cada tono.





De esta manera se puede mezclar su sonido dentro del Hammond con armónicos, mediante el establecimiento de la posición de las barras de tracción, que, aumentan o disminuyen el volumen de los armónicos en la mezcla.

 (Configuración de tiradores)

  
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Estas barras de tracción, también llamadas tiradores, estaban basadas en los clásicos órganos de tubos donde se podían controlar los flujos de aire en el interior de los mismos a través de botones que abrían o cerraban las entradas de aire por los tubos.

El Hammond en su diseño externo es muy similar a un órgano de tubos, pero con semejanzas y diferencias.
Los órganos de tubos son instrumentos de viento; su sonido se obtiene cada vez que se baja una tecla del teclado, produciendo así una salida de aire impulsado por fuelles neumáticos. Estos funcionan como pulmones, y se encuentran en una caja aislada denominada "secreta". El aire que sale de los fuelles pasa a través de los tubos o pipas, de metal o madera, produciendo así su timbre (como si fuera una flauta gigante). 
Sus registros pueden ser simples (un tubo por tecla), o compuestos (dos o más tubos por nota), produciendo muchísimas series armónicas.

La diferencia de sonido entre ambos órganos es muy notoria, ya que en el Hammond, el contacto que producen las teclas, produce un timbre mucho más percusivo y de ataque rápido, a diferencia del sonido soplado de los tubos.

Este detalle en principio fue considerado un error, para luego transformarse en su rasgo sonoro más característico.
Otro de los factores importantes en el sonido Hammond, es el control de percusión. El control de percusión brinda al sonido original, otro más: un timbre similar a una marimba, que puede proporcionarle al registro del órgano un ataque mayor.

Cada registro, es controlado desde la consola del órgano (panel de control), a través de las denominadas barras tonales. Estas, se numeran en pies (medida de longitud del largo del tubo abierto que produce cada sonido).
El sistema mecánico de barras tonales del Hammond, es muy similar al del órgano tubular; utiliza una nomenclatura idéntica  y se las conoce con el nombre de drawbars.
Estas, juegan un papel determinante en el moldeo de los sonidos de este instrumento, factor que lo hace tan popular entre los teclistas. Es posible cambiar la posición de los drawbars para variar el sonido del órgano mientras se está tocando, porque durante este procedimiento, el sonido no se interrumpe.

TÉCNICAS
ADORNOS MUSICALES
 
*MARTILLEO*

Consiste en tocar repetidamente, generalmente a gran velocidad, una misma tecla creando un efecto percutivo.
En principio, la manera más sencilla y usual de ejecutar esta técnica es con los dedos pulgar e índice de la mano derecha o con los dedos índice y corazón metiendo la mano bastante encima del teclado, a  Jimmy Smith, con el dedo corazón le bastaba.

Jimmy Smith
Walk On The Wild Side
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 (Minuto 1:36 hasta 2:10)

 




[Original:
Oye cómo va, Santana (Álbum Abraxas -1970-) Al Hammond : Gregg Rolie]
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Otro ejemplo de martilleo, pero más lento.
Al Hammond: no aparece el nombre.

 





*SUSTAINING NOTES*

Sustaining Notes o HTHN (Hold That High Note -mantenga esa nota alta-).
El HTHN es muy común en los organistas de jazz pero se extiende a todos los estilos estando por ejemplo muy presente en solos de Rock.
Como su propio nombre indica, esta técnica consiste en mantener una nota alta (aguda) durante un periodo de tiempo más o menos prolongado mientras tocamos diversos acordes, generalmente con la misma mano.
Es una técnica exclusiva de Hammond ya que,  por ejemplo, en un piano esta técnica no tiene sentido ya que dispone de pedal de "sustain".
En un principio parece sencillo, pero no lo es en absoluto.


 CHESTER THOMPSON
Tower of Power

 


Para realizar HTHN de larga duración, existen otros métodos, como meter un trozo de cartón o cualquier objeto entre las teclas, así se mantiene la tecla o las teclas pulsadas y el Hammond
queda sonando.
     
Keith Emerson
(primero en los Nice, luego con Emerson, Lake & Palmer)
Pero, para excentricidades, no perder detalle del instrumento utilizado para su HTHN...

HTHN A LO BESTIA





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Dicen que el propio Joey DeFrancesco en algunos HTHN complicados, en los que los dedos eran incapaces de llegar, sostiene la nota con la nariz, pero hoy nos lleva a la Luna, y de paso, un recuerdo para  Neil Armstrong que falleció el pasado 25 de agosto.

JOEY DeFRANCESCO
FLY ME TO THE MOON






Y POR ÚLTIMO, algo más tranquilo.
SHIRLEY SCOTT
(Filadelfia, Pensilvania, 14 de marzo de 1934 - 10 de marzo de 2002)
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SOMETHING


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La mayor parte de la información ha sido tomada del blog más ameno y completo en Internet sobre el Hammond:

(acercarse por allí merece la pena).







domingo, 26 de agosto de 2012

UNA DE TEBEOS







Diego Torres y Juan Luis Guerra
Abriendo caminos












primer ejemplar (año 1917)
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Antes de la Guerra Civil ya existían los tebeos en España.
El primer tebeo llamado DOMINGUÍN, se publicó en Barcelona. Es en los años treinta cuando empiezan a popularizarse. Los primeros tebeos del siglo XX, igual que los periódicos para la infancia decimonónicos, difundían una idea burguesa y tenían una intención moralizante, dirigiéndose a los hijos de las clases altas. Pocas familias en los años veinte se gastarían los 10 céntimos que costaba Dominguín, TBO o Pulgarcito.

Es en la década siguiente cuando el tebeo inició su popularización en España, al compás de la disminución del analfabetismo y de la mortalidad infantil, mientras aumentaba la concentración urbana.

La Guerra Civil contribuyó a difuminar las barreras entre el mundo infantil y el adulto,
preparando el camino para las publicaciones que en la postguerra se dirigirán a todos los públicos. Este último periodo, cumplió además una función lúdica, al permitir un poco de evasión de la dura realidad.

Durante la Guerra Civil, muchas editoriales desaparecieron, mientras que otras se subordinaron a los intereses partidistas en lugar de a los comerciales. Hubo sin embargo una relativa abundancia de papel, ya que el mismo se importaba de Alemania, lo que permitió tiradas de más de cien mil ejemplares. Entre 1940 y 1950, la precaria situación económica obligó a recurrir a cupos de papel. Además, la mayoría de los tebeos no consiguieron autorización como publicación periódica, lo que obligaba a renovar continuamente su permiso de edición. A partir de 1946, los tebeos comerciales empezaron a mejorar su periocidad. A finales de los años cincuenta, el aumento de la capacidad adquisitiva permitió que las editoriales pudiesen empezar a desdoblar sus publicaciones, lanzando varias revistas dirigidas a un mismo púbico con la garantía de que lograrían compradores.
El tebeo de la postguerra, además de historieras llevaba juegos recortables, pasatiempos, concursos, secciones instructivas, etc.
Gracias a los tebeos, muchísimos españoles pudieron evadiarse un rato de la España gris que les tocó vivir.  

El tebeo de producción española ocupó en aquellos años un lugar destacado en épocas de escasez, poniendo al alcance de casi todos los bolsillos: entretenimiento, ilusión y cultura. Los tebeos también se intercambiaban, lo que suponía un ahorro. En 1951 nace la revista DDT, con pretensiones de publicación de humor para adultos, aunque las circunstancias de la época no favorecían este tipo de revistas. En 1955 aparece una especie de cooperativa con Cifré, Conti, Escobar, Giner y Peñarroya, naciendo TIO VIVO, que acabaría siendo comprada por BRUGUERA cinco años después. En esta época aparece la efímera EL CAMPEÓN que solo duraría dos años, hasta 1962, también aparecen los nuevos Ibáñez, Raf, Gin, Figueras, etc. En 1969 aparece GRAN PULGARCITO que a pesar de durar apenas dos años, supuso un cambio en la línea de la editorial Bruguera, abandonando las historietas de una página (a lo sumo una doble) y pasando a ocupar varias. Este formato se mantendría posteriormente en todas las revistas de la editorial.
De la vieja guardia, el que mejor se adaptaría a los nuevos tiempos fue Vázquez. pasando del estilo crítico antiguo a otro más personal e irreal.
Se repetían unas mismas escenas tipo, y se utilizaba lenguaje mojigato y paródico, con expresiones recurrentes y poco verosímiles (interjecciones como "corcho",  "córcholis", "cáspita",
 "zambomba", "zapateta"
caramba, etc.)



Los decorados eran fundamentalmente urbanos, con fondos apenas esbozados, minimalistas y esquemáticos. El grafismo de las historietas se centraba sobre todo en las expresiones de los personajes, y se empleaban abundantemente las onomatopeyas y símbolo cinéticos. Como consecuencia de la producción a gran escala de historietas, a partir de los años sesenta los bocadillos dejaron de rotularse a mano y pasaron a ser mecanografiados, lo que limitaba su expresividad.


A finales de los años sesenta comienza una decadencia del tebeo derivada de los nuevos medios y los cambios en los modos de vida de los españoles.
Con los tebeos crecieron generaciones completas de españoles que encontraban en sus páginas aventuras y evasión. Pero detrás de su aparente ingenuidad, los tebeos fueron también un espejo donde quedó retratada de forma entrañable y a veces, también brutal, la historia española del siglo XX. 
Fueron mucho más que un simple pasatiempo infantil.
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Estas historietas acabaron llamándose TEBEOS por la publicación de la revista


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 Dvořák
-Humoresque-

Yo Yo Ma, Itzhak Perlman 






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1. Vidas frustradas: personajes caracterizados por la frustración en sus vidas.
Nunca logran ver cumplidas sus aspiraciones:

 Carpanta (Escobar, 1947)
 Don Pío (Peñarroya, 1947),
 Doña Urraca (Jorge, 1948),
 Pepe "el hincha" (Peñarroya, 1962)
 Rigoberto Picaporte -solterón de mucho porte- (Segura, 1959).
 Angustio Vidal ( Rojas)
 Aquiles Talón (Greg, 1963)

2. Héroes imposibles: aunque cargados de buenas intenciones, sólo consiguen provocar catástrofes. Sus historias son en general parodias de otros géneros (policiaco, de espías, de superhéroes, etc.):

 Don Furcio Buscabollos (Cifré,1947)
 Mortadelo y Filemón (Ibáñez, 1958)
 Anacleto, agente secreto (Vázquez, 1967)
 Sir Tim O'Theo (Raf, 1970)
 Superlópez (Jan, 1973).
 Gordito Relleno (Peñarroya, 1948)

3. Felices e inconscientes: personajes que viven en su propio mundo, ajenos a las normas sociales. Entre estos personajes figuran:

 El loco Carioco (Conti, 1949)
 Ángel Siseñor (Vázquez, 1953)
 Agamenón (Nené Estivill, 1961)
 Rompetechos (Ibáñez, 1964)
 Angelito Vázquez , 1964)
 Aspirino y Colodión (Alfons Figueras, 1966),
 Vázquez, de la serie "Los cuentos del Tío Vázquez" (Vázquez, 1968)
 La abuelita Paz (Vázquez , 1969).
 Feliciano (Vázquez, 1969)

4. La fraternidad sádica: un cuarto grupo lo constituyen los personajes de las series encuadradas en el ámbito familiar. Las relaciones dentro de las familias de Bruguera no suelen ser nada armónicas. Destacan:

 Zipi y Zape (Escobar, 1948)
 Las hermanas Gilda (Vázquez, 1949)
 La familia Cebolleta (Vázquez, 1951)
 La familia Trapisonda (Ibáñez, 1958)
 La terrible Fifí (Nené Estivill, 1958)
 Los señores de Alcorcón y el holgazán de Pepón (Segura, 1959)
 La familia Churumbel(Vázquez, 1960).

5. Los personajes que personifican la incompetencia o desidia laboral y terminan provocando catástrofes:

 El repórter Tribulete (Cifré, 1947)
 El doctor Cataplasma (Martz Schmidt, 1953 )
 Petra, criada para todo (Escobar, 1954)
 El caco Bonifacio (Enrich, 1957)
 El profesor Tragacanto (Martz Schmidt,1959)
 El botones Sacarino (Ibáñez, 1963)
 Pepe Gotera y Otilio (Ibáñez, 1966).

 *

EL GUERRERO DEL ANTIFAZ
(Empezó a editarse en 1944; hijo del Conde de Roca, guarda su identidad, ya que creyéndose hijo del malvado Ali-Kan, luchó contra los cristianos, por lo que después trata de resarcir su culpa defendiendo la cruz)
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 El CAPITÁN TRUENO
 y sus numerosas aventuras al lado de sus inseparables amigos Goliat y Crispín, a los que suele unirse la bella Sigrid






ROBERTO ALCÁZAR Y PEDRÍN
(siempre metidos en peligrosas aventuras pegando mamporros a diestro y siniestro)


EL JABATO

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EL BOTONES SACARINO






(un grupito que es la monda)




la familia ulises








ANGELITO (GU GÚ)


EL DOCTOR CATAPLASMA (Y PANCHITA)

DON ÓPTIMO



DON POLILLO


PETRA CRIADA PARA TODO (Y DOÑA PATRO)
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MORTADELO
      Y         
FILEMÓN
(1958)
Creador: Francisco Ibáñez.
Dos agentes malísimos que acaban resolviendo los casos por pura casualidad. Al principio, Mortadelo y Filemón tenían su propia agencia de detectives: Mortadelo y Filemón -Detectives de Ocasión-. Más adelante la agencia cambió al nombre: Mortadelo y Filemón -Agencia de Información-. Para ingresar, algún tiempo después, en la TIA (Técnicos de Investigación Aeroterráquea), con su agencia rival, la ABUELA (Agentes Bélicos Ultramarinos Especialistas en Líos Aberrantes). Consiguieron entrar en la TIA porque fueron los únicos que se presentaron.

 En la TIA, además de los dos agentes, estaban un Súper muy antipático (que siempre recibía los golpes involuntarios de los protagonistas) y una doña Ofelia un poco petarda que andaba enamorada de Mortadelo y que era extremada y sentimental. Pasaba de lo más deslenguado y atrevido a comportarse como una quinceañera enamorada. Los dos héroes la rehuían, pero eso era una nota de realismo atroz que provocaba ternura. En el fondo Ofelia era una bendita que tuvo suerte: Mortadelo siempre pasó  de ella.


 











el profesor Franz de Copenhague.




PITAGORÍN

DON GORDITO

DOÑA URRACA


CARPANTA



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ZIPI Y ZAPE


Doña Jaimita Llobregat


Don Pantuflo Zapatilla
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Igualico, igualico que el defunto de su agüelico

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PEPE GOTERA Y OTILIO


chapuzas a domicilio
ROMPETECHOS














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Bizet
- Carmen Suite No. 2 - La Garde montante
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AUTORES
 La primera generación o generación del 47

Habitualmente se habla de "cinco grandes" en este período:

 Cifré (Guillermo Cifré Figuerola, 1922-1962), creador, entre otros, de El repórter Tribulete y Don Furcio Buscabollos;
 Conti (Carlos Conti, 1916-1975), creador de Carioco y Apolino Tarúguez y su secretario;
 Escobar (Josep Escobar Saliente, 1908-1994): creador de series como Carpanta y Zipi y Zape
 Giner (Eugenio Giner, 1924-1994), creador de la única serie realista de la etapa inicial de "Pulgarcito", El Inspector Dan de la Patrulla Volante, y
 Peñarroya (José Peñarroya Peñarroya, 1910-1975), padre de Don Pío, Gordito Relleno o Pitagorín.

Pueden destacarse, además, a:
 Iranzo (Juan García Iranzo, 1918-1998), célebre sobre todo por los cuadernos de aventuras de " El Cachorro", aunque también dibujó historietas cómicas, como La familia Pepe;
 Jorge (Miguel Bernet Toledano, 1921-1960), creador, entre otras series, de Doña Urraca y Doña Filo y sus hermanas, señoras bastante llanas.

Entre esta primera generación y la segunda, o en alguna de las dos, sin que haya consenso entre todos los especialistas, se sitúa:
 Vázquez (Manuel Vázquez Gallego, 1930-1995), autor de Anacleto, agente secreto o Las hermanas Gilda.

 La segunda generación o generación del 57

 Enrich (Enric de Manuel González, 1930), autor de El caco Bonifacio
 Nené Estivill (Alejandro Santamaría Estivill, nacido en 1926), que dibujó Agamenón y La terrible Fifí.
 Alfons Figueras (1922-2009), autor de personajes como Aspirino y Colodión y Topolino, el último héroe.
 Gin (Jordi Ginés Soteras, 1930-1996).
 Gosset (Jordi Gosset Rubio), creador de Hug el troglodita y Facundo da la vuelta al mundo.
 Ibáñez (Francisco Ibáñez Talavera), nacido en 1936, celebérrimo creador de Mortadelo y Filemón o Rompetechos;
 Nadal (Ángel Nadal Quirch, nacido en 1930), creador, entre otros, de Pascual, criado leal.
 Raf (Joan Rafart i Roldán, 1928-1997), autor de las aventuras de Sir Tim O'Theo o Don Pelmazo;
 Segura (Roberto Segura Monje, 1927-2008), creador de Rigoberto Picaporte o La panda;
 Martz Schmidt (Gustavo Martínez Gómez, 1922-1998); obras suyas son El doctor Cataplasma y El profesor Tragacanto;
 Tran (José Luis Beltrán Coscojuelas, 1931-), autor de Constancio Plurilópez o Tete Gutapercha.

 La tercera generación o generación del 70

 Luis Allué, creador de Caco y Coco o Mac Fisghon;
 Casanyes (Ramón María Casanyes, 1954), miembro del Bruguera Equip y creador de Paco Tecla y Lafayette;
 Esegé, dibujante de Neronius
 Los hermanos Fresno: Carlos (1953) y Luis Fresno (1956), creadores de Benito Boniato y los Astro Sniks;
 Jiaser (José Antonio Serna Ramos, 1927), dibujante de Cucaracho y Maff y Osso;
 Jan (Juan López Fernández, 1939), creador de Superlópez;
 Joan March (1952): El Mini Rey y Tranqui y Tronco;
 Andreu Martín (1949), guionista;
 Rovira (Jaume Rovira Freixa, 1951): Cinco Amiguetes , Segis y Olivio;
 Alfonso López (1950) y Rafael Vaquer, autores de Atasco Star.

La factoría de tebeos Bruguera agrupó a un gran número de firmas menos conocidas: Manuel Adolfo, Alférez, Carrillo, Cerón, Cubero, García Lorente, Iñigo, Joso, Martínez Osete, Mingo, Jordi Nabau, Nicolás, Oli, Jaume Perich, Pineda Bono, Ramón Sabatés, State Keto, Toni, Francisco Torá, Torregrosa. Esto incluye también otros guionistas y directores como Francisco Alonso, Manuel Arrufat, José Luis Ballestín, Jesús de Cos, Julio Fernández, Rafael González Martínez, José María Lladó, Armando Matías Guiu, Francisco Pérez Navarro, Jaume Ribera, Eugenio Sotillos y Montse Vives, entre muchos otros.

Finalmente, acogió a dibujantes procedentes de Editorial Valenciana, como:
 Antonio Ayné
 Karpa
 Rojas (Arturo Rojas de la Cámara, 1930), autor de la serie Don Percebe y Basilio, entre otras
 Sanchis (José Sanchis Grau, 1932), que creó para Bruguera Robín Robot.
 Enrique Cerdán Fuentes (1937).
 Sifré (Francisco Sifré Pardo, 1940), con Alí el Genio de la lámpara.


________ÚNICA_______
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13, Rue del Percebe es una macroviñeta que ocupa una página, dividida a su vez en viñetas no secuenciales y que muestra en clave de humor un edificio de apartamentos y la comunidad que lo habita. En este tebeo hay historias variadas sobre el edificio 13, Rue del Percebe. Ibáñez se vio obligado a sustituir el personaje de doctor chiflado, una especie de doctor Frankenstein que creaba monstruos horripilantes pero que siempre le salían buenazos, por un sastre desastre que lo horripilante que creaba eran sus trajes. El motivo del cambio, obligado por la censura franquista fue que solo Dios podía crear vida. Entre estos dos inquilinos la portera enseñaba el piso vacío intentando engañar a los posibles compradores con sus supuestas posibilidades.
Comenzando por el ático, encontramos a un moroso profesional llamado Manolo, especialista en vivir del cuento y en evitar el pago a sus múltiples acreedores.
De profesión pintor, se encuentra siempre acosado por sus acreedores. De hecho, más que por pintor, se le conoce como deudor sempiterno y por sus ingenios para escapar de sus acreedores; y es precisamente de los sablazos y engaños de donde obtiene su "sueldo".
[Ibáñez imaginó un artista bohemio: en la buhardilla de Manolo suelen verse varios lienzos apilados, y en su primera aparición le encontramos duchándose con el agua que cae por el canalón del edificio, sin que parezca aún definido su carácter de moroso.] Comparte su cubículo con un gato que a menudo actúa como cómplice de su amo, llegando a reproducir en muchas ocasiones sus gestos y actitudes, gato que es torturado por un cruel ratón.


En el tercer piso encontramos a un patoso ladrón llamado Ceferino Raffles que no parece poder dejar de robar cosas inútiles, vive con su mujer y cómplice, acostumbra a traer a su domicilio los frutos de sus actividades delictivas. Ya desde la primera página aparece con el nombre de Ceferino, al que posteriormente se añadirá el apellido Raffles, tomado del ladrón de guante blanco que creó en 1899 Ernest William Hornung, cuñado de Arthur Conan Doyle.
El apartamento contiguo lo ocupan una mujer y sus tres hijos pequeños, incorregiblemente traviesos, que en las primeras entregas tenían una hermana mayor que luego desapareció (quizá porque encontró un esposo al fin). Cuando estaba, buscaba novio, pero sus traviesos hermanos "lograban" hacer que se quedase soltera.
[El piso de su derecha es uno de los más poblados, al menos inicialmente. En él vive una familia compuesta por un matrimonio y sus seis hijos: la mayor es una chica en edad de merecer, cuyos novios suelen huir espantados ante las travesuras de sus cinco hermanos pequeños. El menor de ellos es sólo un bebé, pero por su expresión adivinamos que participa con sus hermanos de las mismas fechorías. Con el tiempo, Ibáñez decidió ir reduciendo el número de personajes de este piso. El primero que dejó de aparecer fue el padre, dejando sola a su mujer con la marabunta de sus hijos. Poco después empezó a ser habitual que no aparecieran todos los hermanos en cada página. La hija mayor desapareció de la casa definitivamente en octubre de 1961, suponemos que para casarse con alguno de sus novios antes de que sus hermanos pudiesen ahuyentarlo. En abril de 1962 veremos por última vez al bebé, y empezó a ser habitual que las travesuras estuviesen protagonizadas por tres hijos de edad similar. En la última etapa encontramos indistintamente dos o tres niños en el piso. En la plancha final de la serie Ibáñez desvela el nombre de su sufrida madre, doña Benita.]


En el segundo piso habitan una anciana de la Sociedad Protectora de Animales que, eterna amante de los animales, no deja de cambiar de mascota (normalmente gatos pero ha tenido incluso una ballena) ni de tener los más variados problemas con ellas. Acostumbra a recoger y cuidar todo tipo de animales, muy a menudo con consecuencias desastrosas para ella, pues las desagradecidas criaturas no suelen tratarla con la misma consideración. Sus animales preferidos son inicialmente los gatos callejeros y algún loro, pero a partir del segundo año no es raro que extienda sus cuidados a otros animales, especialmente perros de diversas razas.
En la puerta de al lado, trabajaba infatigablemente un profesor loco especializado en crear monstruos, inspirado en Víctor Frankenstein. Debido a la censura (solo Dios podía crear vida) el personaje tuvo que ser eliminado, y durante varios números el piso apareció vacío y en venta, otorgándole mayor protagonismo al personaje de la portera al intentar venderlo, siendo el estado del piso el motivo cómico. Posteriormente sería sustituido por un desastrado sastre con mucha cara dura.
[En el piso de su derecha habita en la primera etapa de la serie un científico loco, parodia de ciertos personajes clásicos de terror y ciencia-ficción que juegan a ser Dios, como el doctor Frankenstein de Mary Shelley o el doctor Moreau de H.G. Wells. Inicialmente se dedica a hacer todo tipo de experimentos macabros, siempre con una expresión sádica que con el tiempo se irá suavizando. Aproximadamente en octubre de 1961 comienza a especializarse en la fabricación de monstruos, cuyo aspecto suele parecerse a la imagen clásica de Boris Karloff en la película de 1931 Frankenstein. El monstruo pasa a ser un personaje cotidiano en la serie, y muchos gags se centrarán en la relación que establece con su creador. Lamentablemente, este original personaje desaparecerá del edificio en la primavera de 1964 por obra de la censura, que no veía con buenos ojos la presencia de un personaje creador de vida, cosa que como sabemos es una prerrogativa divina. Tras haber aparecido en 147 páginas, el personaje se despide anunciando su mudanza por problemas de espacio: proyecta fabricar un monstruo gigantesco. Nunca tuvimos noticias de su vida posterior.]

En el primer piso moran, a la izquierda un veterinario no muy competente con una variopinta clientela. A la derecha vive la mezquina dueña de una pensión continuamente superpoblada, en la que destacan los intentos de la mujer por alojar a más inquilinos mediante estrambóticos y draconianos métodos.

En la planta baja hallamos la tienda de ultramarinos de Don Senén, un desconfiado tendero que siempre encuentra modos de engañar a las clientas con el peso y la frescura de la mercancía (aunque a veces le sale el tiro por la culata). Al lado, a la cotilla portera de la comunidad de vecinos, pero no termina ahí la cosa porque frente a la portería habita Don Hurón, nada más y nada menos que en una alcantarilla, que posiblemente le fuera alquilada por la dueña de la pensión, a juzgar por lo que asegura en la primera entrega de la serie. A menudo aparece comentando sus problemas con la portera, generalmente sobre transeúntes despistados que caen por el boquete de la alcantarilla o sobre los intentos de una serie de ratas que viven en el pozo por disputarle la vivienda.

El ascensor del edificio, a pesar de ser inerte, es también un personaje por derecho propio pues, de igual modo, sufre las más diversas peripecias y fenómenos. Tan pronto no funciona bien, como es robado, como está en reparación y es sustituido por variados métodos alternativos (como un cañón o un fuelle gigante para impulsar a los viajantes a los pisos superiores), o es reemplazado por nuevas versiones encargadas a variopintos constructores (como un fabricante de juegos de ajedrez, uno de las pompas fúnebres o un vidriero, los cuales predeciblemente proporcionan a modo de ascensor una torre, un ataúd y una botella gigante).

También hay que poner atención a la araña de la escalera que cada vez se disfraza de una manera diferente, lo que recuerda un poco a Mortadelo, quien hace alguna aparición esporádica en este lugar.

A menudo unos vecinos interactúan con otros, y hay páginas inolvidables en las que todo el vecindario afronta problemas comunes: un terremoto pone el edificio del revés, una inundación lo sumerge hasta la mitad, sufren un apagón o son invadidos por la niebla, entre otras incidencias. Son las mejores páginas de la serie, pues muestran una unidad dentro de la variedad de personajes y de situaciones, aunque también suponen un esfuerzo extra para su autor, que además de idear un chiste por cada piso tiene que relacionarlos todos entre sí.

Un repaso por la serie 13 Rue del Percebe nos permite ver la evolución del estilo de Ibáñez a lo largo de los años 60.
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 JOAN MANUEL SERRAT


 La rana y el príncipe
(Álbum: Bienaventurados -1985-)