miércoles, 22 de enero de 2014

DEL CONSCIENTE AL INCONSCIENTE





Rod Stewart
Do you think I´m sexy?
(Pues no, Rod, ni un poquito)




ELLO                    YO                     SUPERYÓ




ELLO, YO Y SUPERYÓ, son los tres elementos de la mente humana definidos por Sigmund Freud

El ELLO (también llamado “id”) es la instancia de la persona que contiene todos nuestros instintos, los impulsos biológicos innatos (comer, beber, orinar, defecar,  etc.), los instintos sexuales y los agresivos. El Ello  es el único componente de nuestra personalidad que está presente en nuestra vida desde que nacemos. Los otros elementos se desarrollan durante nuestra vida. El Ello funciona inconscientemente, responde directamente a nuestros instintos.
El Ello es como una fuente plena de instintos primarios. Según la teoría freudiana, el Ello se guía por el principio del placer, que tiene un único propósito: obtener satisfacción inmediata de todos los deseos y necesidades humanos.

Como es imposible satisfacer todas las necesidades y deseos de nuestra vida, a veces, cuando una necesidad se deja sin realizar puede crear un estado de ansiedad y tensión.
Cuando nuestras necesidades están satisfechas, lo que sentimos se llama placer. El Ello no se ve afectado por la realidad o la lógica. Las consecuencias no significan nada para el Ello, él tiene un solo propósito: satisfacer las necesidades primarias.

El Ello es egoísta e irracional, pues busca la satisfacción inmediata de sus deseos y apetencias, sin preocuparse por las situaciones o las circunstancias; se rige por el principio de placer y, además, constituye la parte más primitiva de la mente humana. 


El YO (también llamado “Ego”) es la estructura que trata de equilibrar los deseos del Ello y las normas del Superyó; por tanto, decimos que se rige por el principio de realidad. El  Yo es el que observa todo lo que sucede a nuestro alrededor, es el que se percata de todos nuestros pensamientos conscientes y, además, es el que tiene poder para dirigir las conductas (por el  Yo... caminamos, hablamos, bailamos, etc.), tomando en cuenta las diferentes circunstancias.

El  Yo es responsable de la relación con la realidad. Este componente de la personalidad tiene el propósito de asegurarse que los impulsos del Ello puedan expresarse de una manera aceptable para la sociedad en que vivimos. El  Yo desarrolla varios mecanismos de defensa para hacer frente a la ansiedad y las tensiones.
El principio de la realidad compara los costos y los beneficios de una acción y después, decide actuar o abandonar los impulsos.

El  Yo es el mediador entre los deseos poco realistas del Ello y el mundo externo, el mundo real. El  Yo también busca el placer tal como el Ello lo hace, pero hay una diferencia: El Ello busca el placer y no le importa en absoluto las consecuencias, el  Yo trata de evitar el dolor y busca el placer de una manera realista.



El SUPERYÓ (también llamado “Superego”) es la instancia que actúa como juez o censor del pensamiento y, por tanto,  el ideal del Yo es una parte del Superyó donde se encuentran todas las conductas que los padres y la sociedad premian y, por tanto, aquí se encuentran nuestras metas y aspiraciones (aspiraciones de ser exitoso, de ser mejores personas, buenos profesionales, etc.). Es la parte de la mente que internaliza los valores, la moral, los ideales y lo que "debemos hacer"; de esta manera, el superyó es el que determina lo que es "correcto" y lo que es "incorrecto". Aprendemos estas normas y valores. El Superyó controla los impulsos del Ello, especialmente los no aceptadas por la sociedad en que vivimos. 
Cuando cumplimos con las normas de la sociedad, nos sentimos orgullosos; sin embargo, cuando no cumplimos con las normas, el Superyó nos castiga internamente por medio de los sentimientos de culpa.
El Superyó y el Ello están en un constante dilema entre "lo que quiero hacer" y "lo que debo hacer". Y es aquí donde entra el Yo.
  
El Superyó tiene dos partes principales: el ideal del Yo y la conciencia moral.

El ideal del Yo es el retrato imaginario que muestra cómo debemos ser para respectar las reglas de la sociedad en que vivimos. 

La conciencia moral contiene información acerca de las cosas y el comportamiento inaceptable por nuestros padres o por nuestra sociedad. Comportamientos prohibidos pueden conducir a la pena y el sentimiento de culpa. Por ejemplo, si el Yo trata de satisfacer los impulsos agresivos del Ello, el Superyó hará que la persona se sienta culpable.
El Ello y el Superyó luchan juntos. El Yo tiene la misión difícil de mediar los conflictos entre el Ello y el Superyó. El Ello exige la satisfacción de los instintos primarios. El Superyó se centra en las normas morales de nuestra sociedad y puede hacer que el Yo se sienta culpable.

Según Sigmund Freud, una personalidad sana se caracteriza por un equilibrio entre los tres elementos de la mente humana: Ello,  Yo y Superyó.


 Talk Talk 
 Living in another world







Freud no pretendía crear una teoría psicológica completa, pero llegó a elaborar un sistema que explicaba la psicología del hombre en su totalidad. Comenzó estudiando el trastorno mental y luego se preguntó por sus causas. Acabó formulando una teoría general del dinamismo psíquico, de su evolución a través de distintos períodos de desarrollo y del impacto de la sociedad, la cultura y la religión en la personalidad, además de crear una forma de tratamiento de los trastornos mentales. Logró formular una teoría psicológica que abarcaba la personalidad normal y anormal, y que incidía en todos los campos del saber: la sociología, la historia, la educación, la antropología y las artes.

La primera preocupación de Freud, dentro del campo del psiquismo humano, fue el estudio de la histeria, a través del cual llegó a la conclusión de que los síntomas histéricos dependían de conflictos psíquicos internos reprimidos y el tratamiento de los mismos debía centrarse en que el paciente reprodujera los sucesos traumáticos que habían ocasionados tales conflictos. La técnica utilizada en principio para ello fue la hipnosis.

Llegó a la convicción de que el origen de los trastornos mentales está en la vida sexual y que la sexualidad comienza mucho antes de lo que en aquellos momentos se pensaba, en la primera infancia. La afirmación de la existencia de la sexualidad infantil produjo muchas críticas y oponentes a su teoría.

Más tarde introduce otra técnica de tratamiento: la asociación libre. Al principio era paralela al uso de la hipnosis, pero esta última técnica la acaba desechando por considerarla menos efectiva. En las asociaciones libres el paciente expresa sin censuras todo aquello que le viene a la conciencia de forma espontánea.

Posteriormente, incorpora la interpretación de los sueños en el tratamiento psicoanalítico, ya que entiende que el sueño expresa, de forma latente y a través de un lenguaje de símbolos, el conflicto origen del trastorno psíquico. La interpretación de los sueños es una ardua tarea en la que el terapeuta ha de vencer las "resistencias" que le llevan al paciente a censurar su trauma, como forma de defensa.

Otro aspecto a tener en cuenta en la terapia psicoanalítica es el análisis de la transferencia, entendida como la actualización de sentimientos, deseos y emociones primitivas e infantiles que el paciente tuvo hacia sus progenitores o figuras más representativas y que ahora pone en el terapeuta. Su análisis permitirá al paciente comprender a qué obedecen dichos sentimientos, deseos y emociones, y reinterpretarlos sin que ocasionen angustia

Freud hace una formulación topográfica del psiquismo e incluye en él tres sistemas: uno consciente; otro preconsciente, cuyos contenidos pueden pasar al anterior; y otro inconsciente, cuyos contenidos no tienen acceso a la conciencia. La represión es el mecanismo que hace que los contenidos del inconsciente permanezcan ocultos. Más tarde presenta una nueva formulación del aparato psíquico que complementa a la anterior. En esta formulación estructural el aparato psíquico está formado por tres instancias: el ello, instancia inconsciente que contiene todas las pulsiones y se rige por el denominado principio de placer; el yo, que tiene contenidos en su mayoría conscientes, pero puede contener también aspectos inconscientes, se rige por el principio de realidad y actúa como intermediario entre el ello y la otra instancia del aparato psíquico; y el superyó, que representa las normas morales e ideales.

Un concepto básico en la teoría freudiana es el de "impulso" o "pulsión" (triebe, en alemán). Es la pieza básica de la motivación. Inicialmente diferencia dos tipos de pulsiones: los impulsos del yo o de autoconservación y los impulsos sexuales. Los impulsos sexuales se expresan dinámicamente por la libido, como manifestación en la vida psíquica de la pulsión sexual, es la energía psíquica de la pulsión sexual. Más tarde reformulará su teoría de los impulsos y distinguirá entre impulsos de vida (Eros), en los que quedan incluidos los dos de la anterior formulación, e impulsos de muerte (Thanatos), entendidos como la tendencia a la reducción completa de tensiones. Freud tenía una concepción hedonista de la conducta humana: comprendía que el placer venía dado por la ausencia de tensión y el displacer por la presencia de la misma. El organismo, inicialmente, se orienta hacia el placer (principio de placer) y evita las tensiones, el displacer y la ansiedad.

Freud, además, aportó una visión evolutiva respecto a la formación de la personalidad, al establecer una serie de etapas en el desarrollo sexual. En cada una de la etapas, el fin es siempre común, la consecución de placer sexual, el desarrollo de la libido. La diferencia entre cada una de ellas está en el "objeto" elegido para conseguir ese placer. El niño recibe gratificación instintiva desde diferentes zonas del cuerpo en función de la etapa en que se encuentra. A lo largo del desarrollo, la actividad erótica del niño se centra en diferentes zonas erógenas. La primera etapa de desarrollo es la etapa oral, en la que la boca es la zona erógena por excelencia, comprende el primer año de la vida. A continuación se da la etapa anal, que va hasta los tres años. Le sigue la etapa fálica, alrededor de los cuatro años, en la que el niño pasa por el "complejo de Edipo" Después de este período la sexualidad infantil llega a una etapa de latencia, de la que despierta al llegar a la pubertad con la fase genital.

Paralelamente a esta evolución intrapsíquica del sujeto, se va dando un proceso de socialización en el que se configuran las relaciones con los demás. Es de suma importancia también el proceso de identificación, que permite al sujeto incorporar las cualidades de otros en sí mismo, para la formación de su personalidad.

El psicoanálisis en sus comienzos, e incluso en la actualidad, ha sido un doctrina que ha despertado grandes pasiones, a favor y en contra. Entre las críticas que se han hecho a la teoría de Sigmund Freud, la principal ha sido la falta de objetividad de la observación y la dificultad de derivar hipótesis específicas verificables a partir de la teoría.

A pesar de la gran reprobación que suscitaron las ideas freudianas, especialmente en los círculos médicos, su trabajo congregó a un amplio grupo de seguidores. Entre ellos se encontraban Karl Abraham, Sandor Ferenczi, Alfred Adler, Carl Gustav Jung, Otto Rank y Ernest Jones. Algunos de ellos, como Adler y Jung se fueron alejando de los postulados de Freud y crearon su propia concepción psicológica.

No cabe duda de que el psicoanálisis fue una revolución para la psicología y el pensamiento de la época y ha servido como base para el desarrollo y proliferación de una gran cantidad de teorías y escuelas psicológicas.

Personajes históricos y actuales
http://www.biografiasyvidas.com/monografia/freud/psicoanalisis.htm



UFO - Doctor Doctor 

 














El psicoanálisis pretende analizar, describir y entender el psiquismo de cada sujeto. ¿Qué estudia el Psicoanálisis? Es sabido por muchos estudiosos de la psique que el Psicoanálisis centra su estudio en una parte tan desconocida en el ser humano, pero a la vez tan presente, a la cual denominamos Inconsciente.

El Aparato psíquico se estructura con tres componentes: El consciente, el preconsciente y el inconsciente. 
En el consciente encontramos todo aquello que creemos y pretendemos ser. Es nuestra forma de vida, es una carta de presentación con el mundo exterior, es una forma linda de decir así soy yo. Es una máscara.

El preconsciente es como una enciclopedia o una agenda, en la que encontramos toda la información de nuestra vida. Abarca nombres, direcciones, fórmulas, rostros, todo un mundo de información que con el paso del tiempo se va recolectado en nuestra psique. Lo peculiar de esta información es que no la tenemos presente, no la recordamos a cada instante pero con la menor provocación pueden surgir a nuestra conciencia. Es como un archivo que clasifica la información y cuando la necesitamos sale y una vez que ha sido ocupada vuelve a ingresar esperando brotar de nuevo a la conciencia. La información contenida en el preconsciente solo está latente.

El Inconsciente es nuestro verdadero yo, todo lo que contiene el inconsciente es como realmente somos pero que nos cuesta trabajo ser. En él están todas aquellas cosas que hemos vivido y que no las podemos recordar debido a un factor que se llama represión. Nosotros no recordamos toda esa información porque en cierta manera nos causa algún malestar, nos provoca miedo, incomodidad, inseguridad, frustración, dolor, placer, pena y una serie de sentimientos negativos; por esa razón nuestra psique se estructura de tal manera que guarda muy bien esa información, la protege y la vigila de tal manera que le sea prácticamente imposible emerger a la conciencia. Todos los contenidos inconscientes siempre van a querer salir al nivel consciente pero la represión lo impide, todo este proceso genera fenómenos de la vida psíquica los cuales pueden ser normales o patológicos.




Pero entonces ¿Cómo podremos recuperar toda esa información retenida en el Inconsciente? ¿Alguna vez saldrá al consciente? ¿Nos podemos quitar esa máscara llamada consciente? Todos los contenidos del inconsciente no son susceptibles de estar en el consiente a menos que se haga un trabajo analítico. Los contenidos del inconsciente no salen porque son ética, estética y moralmente inaceptados para la conciencia. Los contenidos inconscientes solo pueden salir por asociación o nexos.

Estos nexos se denominan producciones del inconsciente y básicamente existen tres principales producciones: Los sueños, el síntoma, los actos fallidos (lapsus y olvidos) Los sueños están formados por restos diurnos, situaciones preocupantes y por contenidos del inconsciente. Para cada persona el sueño tiene significado diferente puesto que cada quien ha construido su psiquismo de manera diferente. Cuando soñamos, la represión falla en su funcionamiento pues está dejando emerger una parte de nuestro inconsciente a la conciencia.



El síntoma es una metáfora, es la sustitución de una cosa por otra, es cambiante, es una manifestación simbólica de un acontecer que no se expresa.

Los actos fallidos son cosas que hacemos que no queremos hacer. Los actos fallidos también pueden presentarse como lapsus, los cuales se relacionan con el lenguaje. Cosas que decimos y que no queremos decir.

Hasta parece que los motivos por los que nos enamoramos de una persona y no de otra están en el inconsciente, en él se van formando los patrones que hacen que escojamos a ese ser especial por sus características físicas, por su personalidad.


King Crimson
Epitaph







FRASES DE SIGMUND FREUD

"La civilización está permanentemente amenazada por la desintegración debido 
a la hostilidad primaria del hombre."

"Es un buen ejercicio ser del todo sincero consigo mismo".

"Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla".

Sería muy simpático que existiera Dios, que hubiese creado el mundo y fuese una benevolente providencia; que existieran un orden moral en el universo y una vida futura; pero es un hecho muy sorprendente el que todo esto sea exactamente lo que nosotros nos sentimos obligados a desear que exista.

A veces un puro es solamente un puro.

"La religión es comparable con la neurosis infantil."

Ser completamente honrados consigo mismo es un buen ejercicio.

"Nuestros complejos son la fuente de nuestra debilidad;
 pero con frecuencia, son también la fuente de nuestra fuerza."

"No hace falta decir que la cultura que deja insatisfecho a un núcleo tan considerable de sus partícipes y los incita a la rebelión, no puede durar mucho tiempo ni tampoco lo merece."

"Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo."

(...) en todo ser humano hay deseos que no querría comunicar a otros, y deseos que no quiere
confesarse a sí mismo.

“La incapacidad para tolerar la ambigüedad es la raíz de todas las neurosis”

"La interpretación del sueño es la vía regia hacia el conocimiento de lo inconsciente."

"Los sentimientos de “amor y temor de Dios” no tienen su origen en Dios, sino en los seres humanos. Son sentimientos de frustración dirigidos por el hombre a un ser imaginario que pretende que sea su padre."

"He aquí la gran incógnita que no he podido resolver, a pesar de mis treinta años de investigación sobre el alma femenina: ¿Qué es lo que quiere la mujer?"






8 comentarios:

Sirgatopardo dijo...

Los psicólogos siempre me han parecido unos canta mañanas. Quizás esté equivocado.

marian dijo...

Pues no lo sé, Gato. Habrá de todo como en todas la profesiones. Hay personas que los necesitan porque no tienen recursos por ellos mismos para resolver sus problemas, otras que no lo necesitan. Es una opción.
Pero no es lo mismo un psicólogo, un psiquiatra o un psicoanalista.

marian dijo...

Lo que me resulta apasionante es la mente humana, pero con cierta prudencia y contención, porque al final, es lo de Kundera: La insoportable levedad del ser.

marian dijo...

Lo más curativo que hay es saber reírse de uno mismo y no darse demasiada importancia.

Juan Nadie dijo...

Estoy con el Gato, no es que lo parezcan, es que son unos cantamañanas.

Y, por otra parte, qué viejo es todo esto.

Claro, empecemos por el último comentario de Marian.

marian dijo...

Fíjate, pues yo no creo que sea tan viejo, que algo de razón tenía Freud en este tema, en otros sí que lo veo viejo.
Pero ante todas las teorías habidas y por haber, hay algo que es infalible y es lo de reírse de uno mismo y que tantas veces lo olvidamos.

Juan Nadie dijo...

¿Y has probado a leer a Jung?
No sé si te lo aconseje.

Las frases de Freud están ya tan asumidas que ahora mismo son un tópico. En la época en que las pronunció o las escribió no estaban tan claras y eso hay que ponerlo en su haber.

marian dijo...

Ya lo dijo él mismo: "A veces un puro es solamente un puro."