viernes, 8 de enero de 2016

VIVIR SIN MÁSCARAS







La verdad que nos libera suele ser la que menos queremos escuchar (Anthony de Mello)


Borja Vilaseca 

Se cuenta que un reconocido y anciano catedrático de psicología llevaba décadas investigando acerca de la epidemia de vacío existencial y de sinsentido vital que padecían la mayoría de seres humanos. Si bien solía proyectar ante los demás una imagen de seriedad y seguridad, en soledad reconocía sentirse triste y confundido. No acababa de comprender por qué, a pesar de seguir al pie de la letra todo lo que el sistema le decía que tenía que hacer para lograr éxitos y riquezas materiales, en el fondo de su corazón se sentía tan pobre y vacío. Y así siguió hasta que una mañana entró en una concurrida cafetería y pidió una manzanilla. Seguidamente, la joven camarera cogió una bolsita prefabricada con una mano y un cuenco lleno de ramitas y hojas secas con la otra. Y muy amablemente le preguntó: "¿Cómo la quiere: normal o natural?". Sorprendido, el catedrático señaló el cuenco con hojas secas. Y mientras se estaba tomando la infusión, obtuvo la revelación que llevaba décadas buscando. Se abalanzó sobre la camarera y le dio un sonoro beso de agradecimiento. Entusiasmado, le dijo: "¡En esta sociedad lo normal no tiene nada que ver con lo natural!". Y salió con una sonrisa de oreja a oreja, como si hubiera encontrado un tesoro.

La sociedad contemporánea se ha convertido en un gran teatro. Al haber sido educados para comportarnos y actuar de una determinada manera, en vez de mostrarnos auténticos, honestos y libres -siendo coherentes con lo que en realidad somos y sentimos-, solemos llevar una máscara puesta y con ella interpretamos a un personaje que es del agrado de los demás. Si bien vivir bajo una careta nos permite sentirnos más cómodos y seguros, con el tiempo conlleva un precio muy alto: la desconexión de nuestra verdadera esencia. Y en algunos casos, de tanto llevar una máscara puesta, nos olvidamos de quiénes éramos antes de ponérnosla.

Lo cierto es que algunos sociólogos coinciden en que en nuestra sociedad ha triunfado el denominado "pensamiento único". Es decir, "la manera normal y común que tenemos la mayoría de pensar, comportarnos y relacionarnos". Así, al entrar en la edad adulta solemos ser víctimas de "la patología de la normalidad". Esta sutil enfermedad -descrita por el psicoterapeuta alemán Erich Fromm- consiste en creer que lo que la sociedad considera "normal" es lo "bueno" y lo "correcto" para cada uno de nosotros, por más que vaya en contra de nuestra verdadera naturaleza.


LA ELOCUENCIA DE LA VANIDAD 

Dime de qué presumes y te diré de qué careces (refrán popular)

(...) 
Algunos individuos ocultan sus miserias y frustraciones 
tras una fachada artificial que seduzca e impresione a los demás.

 La paradoja es que cuanto más intentamos aparentar y deslumbrar, 
más revelamos nuestras carencias, inseguridades y complejos ocultos. 

De hecho, la vanidad no es más que una capa falsa que utilizamos para proyectar una imagen de triunfo y de éxito. Es decir, la máscara con la que en ocasiones cubrimos nuestra sensación de fracaso y vacío.

Si lo pensamos detenidamente,
 ¿qué es la "respetabilidad"? 
¿Qué es el "prestigio"? 
¿Qué es el "estatus"?
¿Qué tipo de personas lo necesitan? 

En el fondo no son más que etiquetas con las que cubrir la desnudez que sentimos cuando no nos valoramos por lo que somos. En este sentido, ¿qué más da lo que piense la gente? De hecho, ¿quién es la gente? Nuestra red de relaciones es en realidad un espejismo. En cada ser humano vemos reflejada nuestra propia humanidad. Por eso se dice que los demás no nos dan ni nos quitan nada; son espejos que nos muestran lo que tenemos y lo que nos falta.

La gente no nos ve tal y como somos, sino como la gente es. O como dijo el filósofo Immanuel Kant, 


"no vemos a los demás como son,
 sino como somos nosotros".
 De ahí que la opinión de otras personas solo tiene importancia si nosotros se la concedemos.



SEGUIR NUESTRA VOZ INTERIOR

"No dejéis que el ruido ahogue vuestra propia voz interior. Ella ya sabe lo que vosotros realmente queréis ser" (Steve Jobs) 

No importa quiénes seamos, qué decisiones tomemos o cómo nos comportemos. Hagamos lo que hagamos con nuestra vida, siempre tendremos admiradores, detractores y gente a quien resultemos indiferentes.

Pero entonces, si nuestras relaciones se sustentan sobre este juego de espejos y proyecciones, 
¿por qué fingimos?
Seguramente por nuestra falta de confianza y autoestima. 

Para cultivar una sana relación de amistad con nosotros mismos, lo único que necesitamos es modificar la manera en la que nos comunicamos con nosotros a través de nuestros pensamientos. Solo así podremos aceptarnos, respetarnos y amarnos por el ser humano que somos, con nuestras cualidades, virtudes, defectos y debilidades.
 Lo demás son comentarios, ruido que hace la gente para no escuchar su propio vacío. 

Lo que está en juego es nuestra libertad para ser "auténticos"; convertirnos en quienes verdaderamente somos, siguiendo los dictados de nuestra propia voz interior. 
Eso sí, 
debido a las múltiples capas de cebolla con las que hemos sido condicionados, 
hoy día ser uno mismo es un acto revolucionario. 









Black Box - Ride on time

 














15 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Lo normal no tiene nada que ver con lo natural... Me has revelado al tal Borja Vilaseca, Marian.

Hoy día ser uno mismo es un acto revolucionario... Genial.

Juan Nadie dijo...

"La sociedad contemporánea se ha convertido en un gran teatro". Yo diría que siempre lo fue, no hay más que leer a los escritores de toda época y lugar, siempre hablan de eso. Entonces, ¿dónde está el problema?. El ser humano es el que es, y siempre fue el mismo, sólo que, efectivamente, en los tiempos actuales parece que debe triunfar el "pensamiento único", qué barbaridad. Sutil enfermedad, sí.

"No vemos a los demás como son,
sino como somos nosotros".

Con todo lo que fuese, Kant era sabio.

marian dijo...

Merece la pena, Carlos. Tiene muy buenos artículos.
Qué frase esa última, eh. Ha estado muy acertado en su artículo.

carlos perrotti dijo...

...Y genial el detalle del jopo movido por el viento. No lo había notado... Siempre una vuelta de tuerca, Marian.

marian dijo...

Siempre lo fue, es cierto, Charlie. Pero no está mal el recordatorio.
Cambian las sociedades y seguimos con lo mismo, en la actual lo que ha cambiado el mundo es Internet y claro, también "las máscaras".

Oye, pues yo os veo muy bien:)

marian dijo...

Ya sabía, Carlos, que te iba a encantar el gif.

marian dijo...

¿? No lo pillo.

Juan Nadie dijo...

Olvídalo. El que no pillaba era yo, por no volver a leer lo que escribo.

marian dijo...

Ok.

Ning Jie dijo...

En esas justamente me encuentro yo desde hace unas semanas (digamos que las fiestas navideñas me obligan a una normalidad que me hacen ser de lo más antinatural)
El hallazgo del anciano catedrático está muy bien como iluminación, pero el quid de la cuestión (como en casi todo lo que tiene que ver con la psicología conductual) es cómo llevarlo a cabo. Cómo ser natural y fiel a unos principios e ideologías, a comportamientos y formas de ver la vida, sin morir en el intento o lo que es peor, sin acabar siendo asesinado (metafóricamente hablando)

Y uno de los principales obstáculos para ello ¿sabes cuál es? el terrible y mezquino poderoso caballero: Don Dinero :(

En fin...
Suerte que los besos y abrazos son gratuitos y naturales.
Ahí van...

marian dijo...

Es muy fácil, Ning: A determinados principios, poniéndoles finales y a las ideologías añadiendo una "c" después de la segunda "i" :)

Primer paso, fundamental, fuera personas tóxicas, vengan de donde vengan, ya sean amistades o familiares, las laborales es más complicado, lo más que se puede cambiar es la forma de relacionarse con ellas.

Después son pocos los pasos, pero contundentes, requisito imprescindible para empezar: ser valiente para darlos (nada más y nada menos).

Cuando son sinceros sí son naturales (que hay de todo:)
Ahí van uno de cada.

marian dijo...

¿Será por dinero? ¿Cuánto necesitas? :)

Ning Jie dijo...

jajaja... aproximadamente lo mismo que el que se ha llevado el bote en EEUU
Por privado te paso mi cta cte ;)

marian dijo...

Pásasela a Rato, Puyol, Blesa, Bárcenas, ..., que te irá mejor:) Porque si la tuya es corriente, la mía es vulgar y corriente:)

marian dijo...

Podemos hacer una colecta para Ning:) Así, tipo como aquella de Lola Flores.