A
pesar de que es una celebración muy típica y antigua en la vieja Europa
cristiana, el Carnaval tiene su origen, como la mayoría de las festividades, en
antiguas costumbres paganas, como las Bacanales que eran
fiestas celebradas en honor al dios Baco, las Saturnales que se
celebraban en honor al dios Saturno y las Lupercales fiestas en
honor al dios Pan que se celebraban en Grecia y en Roma. El origen pagano del
Carnaval lo encontramos en la antigua Mesopotamia y en Egipto, hace más de
5.000 años. En esta época una de las celebraciones más populares era la
celebrada en honor del Buey Apis, vinculado al dios creador, y se le asociaba
también con Osiris, dios de la resurrección. Esta tradición egipcia se extiende hacia el Este llegando a la India. Hacia occidente esta ceremonia
llega a Grecia, Roma y a todo el Imperio Romano en Europa. En la antigua Roma,
otro de los posibles orígenes del Carnaval, es la celebración previa a la
primavera que estaba determinada por la llegada del dios de la vegetación, y
que estaba asociada a los periodos agrícolas y a la sexualidad. Baco se hacía
presente desde el mar. A esta festividad se le conocía como Carrus Navalis. Y
es aquí cuando la religión cristiana, aprovecha estas fiestas paganas como
medio de evangelización.
Antoine François Callet - L'HIVER OU LES SATURNALES |
El
Imperio Romano difundió la costumbre por Europa, siendo llevada a América por
los navegantes españoles y portugueses a partir del siglo XV.
El
término carnaval proviene del latín medieval carnelevarium,
que significaba quitar la carne, y que se refería a la prohibición
cristiana de consumo de carne durante los cuarenta días que dura la Cuaresma.
Los venecianos son quienes reclaman que el Carnaval, se identifique con la
palabra italiana Carnevale,
haciendo alusión a que, durante la época del carnaval, la carne
vale. Es decir, se puede comer.
En la Edad
Media, tan inflexible en los ayunos, abstinencias y cuaresmas, y con
persecuciones a quienes no respetaban las normas religiosas, sin embargo,
renació el carnaval y se continuó la tradición hasta la actualidad en muchos
lugares del mundo. En esta época, se celebraba con juegos, banquetes, bailes y
diversiones en general, con mucha comida y mucha bebida, con el objeto de
enfrentar la abstinencia con el cuerpo bien fortalecido y preparado. En España ya era costumbre durante el
reinado de los Reyes Católicos disfrazarse en determinados días con el fin de
gastar bromas en los lugares públicos.
Más tarde, en
1523, Carlos I dictó una ley prohibiendo las máscaras y enmascarados. Del mismo
modo, Felipe II también llevó a cabo una prohibición sobre máscaras. Fue Felipe
IV quien restauró el esplendor de las máscaras; en el año 1637 decidió celebrar una gran fiesta de carnaval y levantó, en El Retiro, una gran
plaza de madera para miles de personas. Dicha plaza se calcula que tenía 488
ventanas y se iluminaba con 7.000 luces. Se inauguró el 15 de febrero de dicho
año y en ella asistió toda la corte con lujosísimos trajes de máscaras. Durante
los tres días de Carnaval estuvo abierta al público con la obligación de entrar
con careta.
Felipe V
prohibió la celebración del Carnaval, pero Carlos III la restableció e
introdujo en 1767 los bailes de máscaras en el teatro.
Fernando VII
prohibió de nuevo el Carnaval, autorizando las máscaras solo en casos
particulares. Su viuda, la reina regente (entre 1833 y 1840, durante una parte de la minoría de edad de su hija la reina Isabel II) María Cristina, restableció el
Carnaval con todo su bullicio y algazara.
En España era
costumbre acabar los carnavales con el popular "entierro de la
sardina" que consistía en quemar o enterrar un monigote de paja que
representaba el Carnaval, después de haberle paseado en coche, carro o
caballería, por las calles y plazas en medio de una algarabía estrepitosa.
Estas fiestas
tienen un significado especial en España, ya que estuvieron prohibidas en todo
el país durante 40 años, con la Dictadura de Franco, aunque en ciertas partes
de España había celebraciones clandestinas, como en Cádiz que se enmascaró la
celebración bajo el nombre de “el festival local de Cádiz”, y en otras partes
se celebraban fiestas y bailes de disfraces en casas privadas. Al terminar la
dictadura la celebración del carnaval volvió con todo su esplendor.
La tradición
Cristiana establece la celebración del Carnaval en los tres días previos al
Miércoles de Ceniza, día en que comienza la cuaresma en el calendario cristiano.
Todas
estas costumbres paganas se propagaron en los primeros siglos del cristianismo. La Iglesia condenó repetidamente
estas fiestas, pero el arraigo en la gente era tanto que tuvieron que
aceptarlas y respetarlas.
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Manhã tao bonita, manha.
de'un dia feliz que chegou, o sol no ceu surgiu, em cada cor brilhou.
Voltou o sonho entao ao coraçao.
Depois deste dia feliz, nao sei se outro dia virá.
E nossa manha, tao bela afinal. Manhã de carnaval.
Canta'o meu coraçao, a alegria voltou,
tao bonita manhã deste amor.
Violín: Itzhak Perlman
Manhã de Carnaval - Compositor: Luis Bonfá
Manhã de Carnaval - Compositor: Luis Bonfá
Luis Bonfá fue un compositor y guitarrista brasileño que se hizo famoso tras escribir la banda sonora de la película Orfeo negro (Black Orpheus) del director francés Marcel Camus.
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Minueto de Carnaval de Giandomenico Tiepolo |
Pulcinella innamorato -Giandomenico Tiepolo- (1797) |
Minueto de Carnaval -Giandomenico Tiepolo- |
Disparate de Carnaval de Francisco de Goya y Lucientes |
Pintado entre 1819 y 1823, se trata de uno de los grabados de Goya englobados en la serie "Los disparates (14)"
Aunque alguna vez se ha querido ver en esta estampa una concreta alusión política, pensando en el juego de engaños que supusieron las entrevistas de Bayona entre la familia real española y Bonaparte, , quizá sea más sencillo y lógico ver en ella una insistencia en el tema del engaño y la hipocresía social, atacado ya en los Caprichos en la estampa número 6 "Nadie se conoce".
Estos absurdos personajes enmascarados, alzados sobre zancos o embozados, están preocupados por dar a los demás una imagen distinta de su verdadera realidad. Se enfrentan o discuten, o se apoyan unos a otros y el efecto general es el de una tremenda confusión y un mutuo engaño.
Aunque alguna vez se ha querido ver en esta estampa una concreta alusión política, pensando en el juego de engaños que supusieron las entrevistas de Bayona entre la familia real española y Bonaparte, , quizá sea más sencillo y lógico ver en ella una insistencia en el tema del engaño y la hipocresía social, atacado ya en los Caprichos en la estampa número 6 "Nadie se conoce".
Estos absurdos personajes enmascarados, alzados sobre zancos o embozados, están preocupados por dar a los demás una imagen distinta de su verdadera realidad. Se enfrentan o discuten, o se apoyan unos a otros y el efecto general es el de una tremenda confusión y un mutuo engaño.
El viejo tema del Carnaval y la máscara, se pone aquí al servicio de una visión pesimista del mundo.
Todo es fingimiento. Todos quieren aparentar lo que no son, todos se engañan y nadie se conoce.
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Carnaval en un pueblo |
El carnaval de Tetuán |
Máscaras con burro - José Gutiérrez Solana |
Máscaras bailando del brazo - José Gutiérrez Solano |
El combate entre don Carnaval y doña Cuaresma de Pieter Brueghel el Viejo -1559- |
Más conocido por ser el autor de "La torre de Babel", Pieter Brueghel fue uno de los grandes artistas y maestros del siglo XVI. El combate de don Carnaval y doña Cuaresma representa un carnaval de la clase rural, contraponiendo el placer de la diversión (don Carnaval) con la devoción por la iglesia (doña Cuaresma) en cada una de las mitades del óleo.
La simbología del cuadro hace que el carnaval se represente como un hombre sobre un barril de cerveza, ataviado con un sombrero y un pastel, y la cuaresma como una mujer delgada, apoyada en un reclinatorio con una colmena por sombrero (miel de cuaresma) y dos arenques.
A la izquierda, el carnaval: el goce, el baile, las tabernas y don Carnal sobre un barril a la cabeza de la pugna. A la derecha, su rival doña Cuaresma, representada por una anciana, rodeada de los alimentos permitidos, los niños educados, los parroquianos ayudando a los enfermos y de fondo la iglesia. Se trata de un teatro abierto que representa el contraste entre dos modos de vida.
James Ensor es el pintor de los falsos, los mentirosos y los que ocultan la verdad de quiénes son, con una máscara y tapándose la cara.
Pintor belga, cuyos retratos, que ofrecen una visión grotesca de la humanidad, le convirtieron en el principal precursor del expresionismo y del surrealismo. A mediados de la década de 1880, bajo la influencia del rico colorido de los impresionistas y la imaginería grotesca de maestros flamencos antiguos, como Hieronymus Bosch y Pieter Bruegel el Viejo, se dedicó a desarrollar temas y estilos vanguardistas, en especial de los festejos multitudinarios de Ostende, que le producían repulsión y rechazo. Representaba a la humanidad como algo estúpido, amanerado, vano y odioso, retratando a los individuos como payasos o esqueletos, y reemplazando los rostros por máscaras de carnaval. En esta línea destaca su lienzo de enormes proporciones La entrada de Cristo en Bruselas en 1889 (1888, Museo J. Paul Getty, Malibú, California). Ensor utilizaba de forma deliberada colores fuertes y estridentes, así como pinceladas violentas y bruscas para potenciar el efecto agresivo de sus temas. Su obra ejerció una influencia de gran importancia en la pintura del siglo XX y su temática espeluznante allanó el caminó al surrealismo y al dadá, y sus técnicas, especialmente su pincelada y su sentido cromático, condujeron directamente al expresionismo.
James Ensor |
James Ensor |
James Ensor |
Carnaval del Arlequín de Joan Miró |
En la tela aparecen ya elementos que se repetirán después en otras obras: la escalera que es la de la huida y la evasión, pero también la de la elevación, los animales y sobre todo los insectos, que siempre me han interesado mucho. Trataba de profundizar en el lado mágico de las cosas. Por ejemplo, la coliflor tiene una vida secreta y eso era lo que a mí me interesaba y no su aspecto exterior. Durante ese año frecuenté mucho la compañía de los poetas porque pensaba que era necesario ir más allá del “hecho plástico” para alcanzar la poesía” (1938)
Carnaval en Roma de Jan van Bike Miel |
Baile de máscaras de Luis Paret y Alcázar (1767) |
José Benlliure Gil -Carnaval de Roma- |
José Benlliure Gil -Carnaval de Roma- |
Joaquín Torres García -Carnaval- 1897-1898 |
Carlos Orduña Barrera -Hacedor de máscaras- |
Carlos Orduña Barrera -Hacedor de máscaras- |
Carnaval de Max Beckmann (1925) |
Carnaval de Guido Cadorin (1914) |
Jesús Villar |
Carnaval de Francisco Suñer |
Carnaval de Juan Carlos Boveri |
Carnaval nocturno de Chagall |
El carnaval en el Boulevard des Capucines de Claude Monet -1873 |
Francisco de Goya y Lucientes -Entierro de la sardina- |
En el balcón durante el Carnaval - Mary Cassatt - 1873 |
Carnaval de Mary Cassatt |
Pablo Picasso. Estudio para el cartel “Carnaval 1900?. Finales de 1899 |
Picasso -Carnaval de 1958- |
-Martes de carnaval- Paul Cezanne |
Carnival Evening (1886) Henri -Julien Félix- Rousseau (detalle) |
Carnival Evening (1886) Henri -Julien Félix- Rousseau |
SIGA EL CORSO - 1926 -
Música: Anselmo Aieta.
Letra: Francisco García Jiménez.
Música: Anselmo Aieta.
Letra: Francisco García Jiménez.
Esa Colombina
puso en sus ojeras
humo de la hoguera
de su corazón.
Aquella marquesa
de la risa loca
se pintó la boca
por besar a un clown.
Cruza del palco hasta el coche
la serpentina
nerviosa y fina;
como un pintoresco broche
sobre la noche
del Carnaval.
Decime quién sos vos,
decime dónde vas,
alegre mascarita
que me gritas al pasar:
"-¿Qué hacés? ¿Me conocés?
Adiós... Adiós... Adiós...
¡Yo soy la misteriosa
mujercita que buscás!"
¡Sacate el antifaz!
¡Te quiero conocer!
Tus ojos, por el corso,
va buscando mi ansiedad.
¡Tu risa me hace mal!
Mostrate como sos.
¡Detrás de tus desvíos
todo el año es Carnaval!
Con sonora burla
suena la corneta
de una pizpireta
dama de organdí.
Y entre grito y risa,
Y entre grito y risa,
linda maragata,
jura que la mata
la pasión por mí.
Tras de los chuscos carteles
cruzan los fieles
del dios jocundo
y le va prendiendo al mundo
sus cascabeles el Carnaval.
Decime quién sos vos,
decime dónde vas,
alegre mascarita
que me gritas al pasar:
"-¿Qué hacés? ¿Me conocés?
Adiós... Adiós... Adiós...
¡Yo soy la misteriosa
mujercita que buscás!"
¡Sacate el antifaz!
¡Te quiero conocer!
Tus ojos, por el corso,
va buscando mi ansiedad.
¡Tu risa me hace mal!
Mostrate como sos.
¡Detrás de tus desvíos
todo el año es Carnaval!
Corso: procesión de carruajes y comparsas en carnaval.
Colombina: personaje teatral femenino originario de la antigua comedia italiana.
Carlos Gardel
Poster Fêtes de Nice 1907 Jules Cheret |
17 comentarios:
Te has perdido el espectáculo del crepuscular disfrazado.
No sé si algún día me atreveré a poner la foto...
Ponla si eres capaz.
Un post para leer que habrá que leer con atención.
"Para leer que habrá que leer". ¡Qué cosas, oiga!
Yo no me he disfrazado nunca, no sé si seré muy normal.
..."para leer que habrá que leer..." sería el equivalente de "hay qué ver lo que hay que ver":)
De pibe el carnaval me deprimía. A todos por aquí nos pasaba lo mismo, en realidad, tanto que con el paso del tiempo los corsos, las carrozas, los disfraces y los festejos con agua en los barrios han ido desapareciendo del paisaje porteño. Igual, noto, que el carnaval ha sido y sigue siendo fuente de inspiración para tantos artistas, lo que me da que pensar que algo nos hemos perdido, tal vez su espíritu, lo que sería bueno alguna vez poder desentrañar.
Creo que no, Carlos, que para desentrañar lo tragicómico no es necesario don Carnal ni doña Cuaresma... con ver el día a día:)
Goya, con sus Caprichos, Disparates y Desastres, necesitaría una entrada en exclusiva.
Eso que cuentas sobre el Carnaval me ocurría también, pero con el Circo.
Bueno, yo sí me he disfrazado alguna vez, pero no en Carnaval, quería decir.
Con el carnaval me deprimía, con el circo agonizaba...
Eso suena muy porteño.
Por cierto, qué buenos los carteles de Jules Cheret.
En cierto modo se parece a Toulousse-Lautrec, pero la verdad es que todas las pinturas están puestas muy "ad hoc".
Toulousse-Lautrec era porteño. Por adopción.
Parece que fue Toulouse-Lautrec quien se inspiró en los carteles de Jules Cheret (por la edad, digo).
¿También adoptaron los porteños la absenta?
Lo del circo ¿por qué será?. Con el único circo que no he tenido esa sensación es con "El circo del arte" de Miliki.
Y luego el zotal, es olerlo en algún lado y volver a recordar aquella sensación.
Una vez probé y así debe ser beber un trago de lava. La absenta se bebe mucho por aquí hoy. Peligrosamente.
En cuanto a Miliki, sin olvidar a Gaby, Fofó y Fofito, no te das una idea toda la alegría y la ternura y la sanidad, diría, que han dejado por aquí. Aún pasan en un canal de cable de nostalgias las emisiones de El Circo de... y cuando el zapping me lleva por allí me quedo colgado y fascinado con ellos.
Por aquí también (la alegría, la ternura y la sanidad). Inolvidables, Fofó y Miliki, para mí.
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