domingo, 12 de mayo de 2013

DESIERTOS





Se define como desierto a un área de la superficie terrestre total o casi totalmente deshabitada en la cual las precipitaciones casi nunca superan los 250 milímetros al año y el terreno es árido. Este clima tiene lugar en dos franjas de latitudes, entre aproximadamente 15º y 30º Norte y Sur del ecuador.
La mayoría de los grandes desiertos de la Tierra están en regiones surcadas por vientos alisios. El mayor desierto de nuestro planeta, el Sahara, situado al norte de África que en ocasiones experimenta temperaturas de más de 57º C, es un desierto de vientos alisios.


Los desiertos tienen algunas características en común. El suelo del desierto está compuesto a menudo de arena y el terreno rocoso es típico, reflejando el bajo grado de desarrollo del suelo, y la escasez de vegetación. La gran parte de los desiertos se ubican en zonas caracterizadas por altas presiones constantes (como el Sahara) que impiden la entrada de frentes y, por tanto, de lluvias. También pueden aparecer en las vertientes de sotavento de las montañas (por el efecto Fohem) como el de Atacama.


Las montañas desempeñan un papel muy importante para la formación de desiertos. Las cadenas montañosas secan por completo las entradas de aire oceánico portadoras de humedad. Los vientos húmedos ascienden unos cientos de metros antes de dejar caer la lluvia,  los vientos ya secos continúan ascendiendo y cuando pasan al otro lado de las altas cordilleras van secos, y en vez de dejar humedad a su paso, la recogen. Las nubes han vertido toda la lluvia sobre las cima y la parte de barlovento y el aire se vuelve muy seco al pasar al otro lado. Así se pueden ver zonas húmedas y fértiles de un lado de la montaña y zonas áridas y secas al otro lado. Este fenómeno es muy característico en la cordillera andina, la cual bloquea la humedad procedente del Océano Atlántico a través de la cuenca amazónica.


Lençois Maranhenses (Brasil)

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PARIS, TEXAS (WIM WENDERS -1984-)
Música: Ry Cooder

















El centro de Australia es rojo y está ocupado por ardientes desiertos. Un auténtico mar interior de arena que representa la otra cara del país, la opuesta a su costa luminosa y sus islas coralinas de la Gran Barrera. Los australianos llaman a este desierto casi virgen el outback. 


Uluru (Ayers Rock)
Monolito de arenisca roja de 348 metros de altitud
y un perímetro de casi 10 kilómetros.
Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta (Australia)


Enclavado en el norte de Chile, limitado por la costa del Pacífico al oeste, y por la cordillera de los Andes al este y al norte con Perú, el desierto de Atacama tiene fama de ser el desierto más árido del mundo, habiéndose llegado a contabilizar hasta 400 años sin lluvias en algunas partes de su sector central.


Es una alargada franja de 110 kilómetros que está bajo el dominio del anticiclón del Pacífico que castiga a esta región con la mayor aridez de la tierra. El resultado es un escenario casi sobrecogedor en el que la erosión del viento ha ido tallando a lo largo de miles de años paisajes sorprendentes sobre una tierra sembrada de volcanes como el Parinacota o el Licancubur, de hasta 6.000 metros de altura. A los pies de estos impresionantes volcanes fronterizos se acumula el amarillo del azufre.



Desde San Pedro de Atacama se suele partir para recorrer este desierto. Es solo un pequeño pueblo rodeado de volcanes a unos cien kilómetros de Calama, convertido en centro turístico y desde el que se organizan excursiones con guías al paisaje casi surrealista del Tatío, o al Salar de Atacama, un antiguo lago de agua salada hoy desecado y convertido en una gruesa costra de sal. En Atacama la transparencia del aire por la ausencia total de humedad es casi total.



Otra de las sorpresas de esta árida costa del norte chileno son las momias de la cultura Chinchorro, más de 300, que se han descubierto desde la frontera peruana hasta Antofagasta. De esta cultura se sabe muy poco, pero se remonta a 3.000 años a.C.

Pero en otras zonas del desierto, en los años lluviosos, que allí se traducen en unos pocos milímetros de agua, se produce un fenómeno natural asombroso y  bello. Esas pocas gotas de agua hacen que, cuando comienza la primavera, gran cantidad de semillas y bulbos que se hallaban latentes bajo el suelo baldío germinen acompañadas de la proliferación de insectos, aves, y lagartos pequeños.
El florido e insólito manto multicolor que cubre el antes yermo desierto, lo forman especies de flores de nombre tan sugerentes como garra de león, pata de guanaco, malvilla o añañuca. El evento adquiere su máximo esplendor desde el mes de septiembre hasta el de noviembre.




UYUNI 


Un salar es un lago superficial en cuyos sedimentos dominan las sales (cloruros, sulfatos, nitratos, boratos, etc). Las sales se precipitan por la fuerte evaporación que, a largo plazo, siempre es mayor que la alimentación o entrada de las aguas en la cuenca.

Este es el resultado de un largo proceso en el que se van acumulando las sales porque no drenan hacia el exterior (a los mares y océanos), es decir, por el carácter hidrológicamente cerrado del lago (endorreico), proceso generalmente unido a la presencia de un clima árido con altas tasas de evaporación.


UYUNI

Los salares son muy frecuentes en zonas de climas áridos como el norte de Chile y el suroeste de Bolivia, también se encuentran en Argentina y en otros muchos lugares. De ellos se extraen principalmente salitre o nitrato natural, yodo, litio y cloruro de sodio o sal común.

El Salar de Uyuni es conocido como el desierto de sal más grande del mundo con una superficie de 12 000 km² y está ubicado en Potosí (Bolivia), cuando está mojado crea una de las más impresionantes imágenes del mundo, tan así que le llaman el espejo más grande del mundo y también la frontera entre la tierra y el cielo.


UYUNI

Debido a su gran tamaño, el alto porcentaje de superficie lisa y la alta reflectividad, cuando la cubierta de agua que lo cubre durante una época del año baja, la superficie del salar de Uyuni trabaja hasta cinco veces mejor para la calibración de satélites que la utilización de la superficie del océano.



Entre el estado indio de Rajasthán y Pakistán se extiende uno de los mayores desiertos de Asia: el desierto del Thar. 250.000 kilómetros cuadrados de un paisaje duro y bellísimo.

El desierto de Thar es, además, la puerta de entrada al Rajasthán, una enorme región que es conocida como el Estado de los Maharajás, los señores de la India milenaria de las leyendas. 



En la Tierra hay desiertos calientes... y también desiertos helados
Takla Makan (China)



Hay desiertos con nombres realmente evocadores, y uno de ellos es la Costa del Esqueleto, el sorprendente desierto costero de Namibia, que es uno de los lugares más extraños y menos acogedores del planeta, con grandes superficies de dunas interrumpidas por densas nieblas. Recibe su nombre por los numerosos barcos que han naufragado y encallado en esta costa.

La Costa del Esqueleto es solo uno de los desiertos de Namibia. El otro, el grande, el que da nombre al país, es el desierto del Namib, uno de los más impresionantes e inquietantes del mundo: 79.768 kms2, en el que no faltan las dunas rojas, las lagunas, cañones macizos montañosos y llanuras desérticas. Es la mayor reserva natural del país y el cuarto desierto del planeta, lleno de recovecos misteriosos.





Túnez es el país que brinda una entrada más sencilla y sin problemas al gran Sahara, esa inmensa superficie de arena que es el mayor desierto de la tierra.
Todo el sur de Túnez, más de la mitad del país, es lo que se conoce como el Gran Sur, un desierto precedido por el gran lago salado de Chott el-Jerid,
que cautiva por sus paisajes. Es una región de dunas interminables, de oasis, y de ciudades y pequeños pueblos que conservan su vida tradicional y folklore milenario.




Entre los escenarios más sorprendentes de la región están las aldeas trogloditas, como Matmata, de aspecto casi lunar, íntegramente excavada en la roca. Aquí se rodó parte de La Guerra de las Galaxias y no es difícil reconocer aquellas escenas ya míticas.





El Suroeste de Estados Unidos y el norte de México es, sin duda, el desierto más filmado y fotografiado del mundo.

Gran Cañón del Colorado

Los desiertos que se extienden entre el Sudoeste de EEUU  (Nuevo México, Arizona, Utha y Nevada) y el centro de México presentan características propias muy originales que justifican su inclusión dentro de un grupo diferente. 


Incluyen algunas zonas hiperáridas prácticamente sin vegetación, pero en conjunto, si se exceptúan las acumulaciones salinas y los campos de dunas, su biomasa es bastante importante en comparación con la de los desiertos paleotropicales y constituyen ecosistemas complejos y diversificados.



El más característico y mejor conocido de los desiertos verdaderos de América del Norte (y que puede por ello ser considerado como prototípico) es el de Sonora.



Posee una abundante vegetación dominada por el sahuaro (Carnegia gigantea), cactácea capaz de alcanzar 15 metros de altura y vivir hasta 200 años. Muy bien adaptado a la aridez, el sahuaro posee un sistema de raíces superficiales que, 24 horas después de una lluvia, se multiplican y extienden formando una maraña de gran capacidad absorbente. Gracias a ellas, los sahuaros, cuyas flores abren de noche para no exponerse al calor excesivo, pueden almacenar reservas de agua como para vivir durante más de un año sin necesidad de lluvia.


Junto a grandes yuccas arborescentes como el árbol de Josué (Yucca brevifolia), estas y otras cactáceas originan formaciones relativamente densas (los “bosques de cáctus”) en las que aparecen también numerosas efímeras, matorrales xerofíticos así como plantas esclerófilas e incluso, en los nichos más favorables, algunos arbolitos muy especializados, helechos y líquenes.









Con 1.040.000 kilómetros cuadrados de extensión el desierto del Gobi es el más grande del mundo. Se sitúa entre el norte de China y el sur de Mongolia. El desierto del Gobi es famoso, porque fue el primer lugar donde se encontraron restos de dinosaurios en todo el mundo. Históricamente el desierto estaba habitado por pueblos nómadas, pero actualmente han disminuido. Fue parte del Imperio Mongol y buena parte de su recorrido comparte algunas de las localizaciones más destacadas de la Ruta de la Seda por la que Marco Polo experimentó aventuras sin límite.



En esta región apartada del mundo hay cambios bruscos cambios de temperatura a lo largo de las 24 horas del día. Los leopardos de las nieves, la gacela de cola negra o los osos pardos y los lobos son los princiaples habitantes de este enigmático desierto.






Con 1.300 000 kilómetros de extensión, el desierto arábigo se extiende por toda la península arábiga, que engloba a diversos países como: Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Arabia Saudí, Yemen y Qatar.







En lo referente al clima, se caracteriza por una escasa humedad y abundantes precipitaciones a lo largo del año. Insectos como las arañas, los escorpiones, las langostas o los escarabajos viajan entre las arenas de este desierto. Son capaces de soportar su clima tan extremo gracias a que han desarrollado diversas funciones de defensa.



Con 259.000 kilómetros de extensión, el desierto de Kalahari, ocupa varios países: Botswana, Zimbabwe, Namibia y Sudáfrica. Este desierto es uno de los más curiosos, ya que los expertos dicen que el Kalahari no es del todo desierto, porque hay zonas en las que llueve y además en invierno hay heladas.



También es conocido como el desierto rojo por las grandes extensiones de arena bañadas por este color tan atrayente, presenta una amplia variedad de fauna y flora.




Podemos destacar la planta Hoodia  Gordonii, empleada por las tribus nómadas para calmar su sed y saciar su apetito. 




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DESIERTO DEL SAHARA




El desierto del Sahara es el más grande del mundo, con la excepción si consideramos el Antártico. Se extiende sobre casi nueve millones de kilómetros cuadrados. Aunque el paisaje más conocido de este desierto es su inmenso mar de arena, lo cierto es que en el Sahara se pueden identificar todas las formas del relieve características del sistema árido. Situado en el norte de África y abarca numerosos países cómo: Marruecos, Túnez, Mauritania, Níger, Libia, Egipto y Sudán.


Desierto Blanco (Egipto)











CLASIFICACIÓN DE LOS DESIERTOS


ZONAS DE VIENTOS ALISIOS O TROPICALES

Los vientos alisios tienen lugar en dos franjas del globo divididas por la línea del ecuador, y se forman por el calentamiento del aire en la región ecuatorial. Estos vientos secos disipan la cobertura de nubes, permitiendo que se caliente más el suelo por la radiación del Sol. La mayoría de los grandes desiertos de la Tierra está en regiones surcadas por vientos alisios. El mayor desierto de nuestro planeta, el Sahara, situado al norte de África —que en ocasiones experimenta temperaturas de más de 57° C—, es un desierto de vientos alisios, también el Sirio-Arábigo, prolongación asiática del anterior, los del Thar y de Kalahari o parte del australiano.
En dirección hacia el ecuador las precipitaciones son estivales y su vegetación adquiere “rasgos tropicales”, mientras que en su extremo opuesto las lluvias son invernales y la vegetación se aproxima a la de los climas mediterráneos.

Danakil (Etiopía)


ZONAS DE LATITUDES MEDIAS

Se localizan entre los paraleos 30º N y 50º N, y también en la misma franja en el hemisferio sur, en zonas subtropicales de alta presión atmosférica. Estos desiertos están en cuencas de drenaje apartadas de los océanos y tienen grandes variaciones de temperaturas anuales. El desierto de Sonora en el suroeste de América del Norte es un típico desierto de latitud media. El desierto de Tengger, en China, es otro ejemplo.

Ocupan amplias extensiones en el centro de Asia desde Mongolia y China (Gobi, Taklamakán) hasta Turkmenistán y las orillas del Mar Caspio (Karakum) enlazando con los tropicales a través de una franja árida de transición (desiertos de Irán-Irak y Siria). También a este tipo pertenecen amplias zonas áridas del Oeste de los EEUU y de Australia.


Desierto de Siloli (Bolivia)

Los desiertos continentales asiáticos se caracterizan por presentar lluvias estivales y una amplitud térmica muy fuerte. Los veranos son cálidos (medias mensuales próximas a 25º) pero los inviernos, que quedan bajo el dominio del anticiclón siberiano, son secos y muy rigurosos con temperaturas permanentemente negativas durante varios meses.

Salvo en algunas zonas hiperáridas o cubiertas por campos dunares, las lluvias estivales permiten la existencia de una vegetación difusa dominada por Artemisia que forma pequeños matorrales de 30 cm de altura separados entre sí por suelo desnudo. Además aparecen algunos Ranunculus y plantas geófitas como los tulipanes que pueden desarrollar sus ciclos anuales en muy poco tiempo gracias a las reservas contenidas en sus bulbos.

Black Rock -Nevada- EEUU (Géiser Fly)

En los enclaves favorables de las regiones más meridionales aparecen además dos arbolillos altamente especializados que pueden llegar a formar masas continuas semiforestales: Tamarix y saxaul (Haloxylon ammodendron). El primero es halófilo mientras que el segundo, muy peculiar, se instala sobre sustratos arenosos. Puede alcanzar de 5 a 10 metros de altura y carece de hojas (por lo que no da sombra) desarrollando la fotosíntesis en sus abundantes ramillas verdes. Considerado como “poco útil” pero fuente de madera y de combustible, el saxaul es un árbol gravemente amenazado en la actualidad.

Estos desiertos están atravesados por un buen número de ríos permanentes o semipermanentes que dan lugar a oasis lineales dominados por especies no necesariamente xerófilas: olmos, chopos, sauces y numerosas plantas ribereñas similares a las del resto de las latitudes medias.


Wadi Rum (Jordania)

ZONAS DE BARRERAS AL AIRE HÚMEDO

Se forman debido a grandes barreras montañosas que impiden la llegada de nubes húmedas en las áreas de sotavento (o sea, protegidas del viento, que trae la humedad). A medida que el aire sube por la montaña, el agua se precipita y el aire pierde su contenido húmedo. Así, se forma un desierto en el lado opuesto. El desierto de Judea en Israel y Cisjordania,  Cuyo en Argentina son un ejemplo.

Santa Cruz (Argentina)

COSTEROS

Los desiertos costeros se localizan generalmente en los bordes occidentales de continentes próximos a los trópicos de Cáncer y de Capricornio. Se forman cuando una corriente marina fría pasa cerca de la costa. Las aguas frías no favorecen la evaporación, el aire es seco y cuando se enfría no produce lluvias.
Durante el invierno, la niebla, producida por corrientes frías ascendentes, cubre frecuentemente los desiertos costeros con un manto blanco que bloquea la radiación solar. Los desiertos costeros son relativamente complejos, pues son el producto de sistemas terrestres, oceánicos y atmosféricos.


Desierto Líbico (Libia)

Existen desiertos costeros en el Sahara Occidental, Namibia y Australia aunque el más representativo y variado es el de Atacama en Chile- Perú.

Aparecen por ello a lo largo de toda la costa plantas capaces de vivir exclusivamente con el agua procedente de la condensación. Las más ubicuas pertenecen al género Tillandsia, como los claveles de aire, que son fanerógamas con forma de roseta dotadas de hojas escamosas capaces de facilitar la condensación y, luego, de absorber el agua. Estas plantas se disponen sobre la arena o se fijan a cualquier soporte, pero las raíces no son absorbentes y su papel se reduce a anclar la planta.


Mordor (Nueva Zelanda)

En los lugares más expuestos a la niebla el suelo llega a estar completamente empapado y, aunque las precipitaciones son prácticamente nulas, prospera una pradera en la que incluso crecen especies leñosas (hoy muy residuales o sustituidas por eucaliptos) y densas formaciones de cactáceas recubiertas de líquenes. Se estima que la cantidad de agua que llega al suelo a través de estas “lluvias horizontales” equivale en los lugares más favorables a 600 mm de lluvia “normal”.


Desierto Mollendo (Perú)

Sin embargo, en los valles y posiciones más abrigadas, la aridez es extrema, hasta el punto de que en algunas zonas del desierto de Atacama es posible que no se haya registrado ninguna precipitación desde hace varios siglos, convirtiéndose de este modo en los lugares más secos de la tierra. En tales casos, la vida es prácticamente imposible y las únicas manchas significativas de vegetación que se encuentran son las que existen junto a los ríos que drenan el agua de fusión de la nieve o de los glaciares andinos.



POLARES

Son áreas con una precipitación anual de 100 a 200 mm y una temperatura media del mes más cálido inferior a 10º C. Los desiertos polares del planeta cubren casi 90 millones de km² y son principalmente lechos de roca o llanuras de grava. Las dunas de arena no son típicas de estos desiertos, sin embargo, las dunas de nieve (sastruguis) se forman comúnmente en áreas donde la precipitación local es más abundante. Los cambios de temperatura en las zonas polares frecuentemente sobrepasan el punto de congelación del agua. Esta alternancia hielo-deshielo deja marcas características en el suelo, que llegan a medio metro de diámetro.



A la escasez de agua, se unen los efectos de las bajas temperaturas y, en ocasiones, del viento. Pueden situarse o bien en zonas de gran altitud (Tibet, altiplanos andinos) o bien en regiones secas de altas latitudes (Patagonia, algunas áreas de la periferia del Ártico...)

En estos desiertos las plantas y animales tienen que enfrentarse no solo a los factores de estrés propios de las regiones áridas, sino también a los de las frías, por lo que, en los casos más extremos, muy pocas especies son capaces de sobrevivir en ellos y la vegetación se reduce a líquenes y plantas diminutas que pasan desapercibidas en el paisaje. No obstante, pese a su inequívoco carácter desértico, estas áreas pertenecen a las regiones frías y serán descritas dentro de ellas.


Takla Makan (China)


PALEODESIERTOS "FÓSILES"

Las investigaciones en mares de arena (vastas regiones de dunas) antiguos, cambios de cuencas pantanosas, análisis arqueológicos y de vegetación, indican que las condiciones climáticas cambiaron considerablemente en grandes áreas del planeta en un pasado geológico reciente. Durante los últimos 12.500 años, por ejemplo, partes de algunos desiertos ya eran muy áridas. Cerca de un 10% del terreno situado entre la latitud 30º N y 30º S está hoy cubierta por desiertos.

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El desierto no son solo dunas. Hay otro desierto, aún más terrible y poderoso, que en lengua bereber le denominan hamada ( nada).

Sin embargo, y por muy poética que sea la palabra, estos lugares están llenos de vida, una vida llevada al límite, como la de los arganes, árbol de la familia de las acacias lleno de hojas puntiagudas que aguanta larguísimos periodos de sequía. La vida geológica del paisaje nos enseña sus entrañas, su creación y la paciente erosión  que, el viento, el calor y las ocasionales lluvias torrenciales producen en sus formas.

El clima desértico se caracterizaba por unas lluvias muy escasas (aunque torrenciales cuando se producen) y una gran amplitud térmica diaria (gran diferencia entre las temperaturas entre la noche y el día debido a la falta de humedad y vegetación que hace que el aire se enfríe rápidamente tras caer el sol).


Estos dos factores son la causa de la erosión. Las piedras se calientan y se enfrían diariamente (a veces más de 30 grados), provocándoles continuas contracciones y expansiones que terminan por fracturar la roca. Este fenómeno es denominado termoclastia y termina por desmenuzar las rocas, convirtiéndolas en piedras de distintos tamaños.

Por otra parte, estas rocas ya dañadas son muy sensibles a las lluvias torrenciales que, cuando se producen lo hacen con tal intensidad que arrastran la roca suelta y modelan el paisaje. Por ello, es muy habitual encontrarse con colinas muy desgastadas en la que los torrentes van creando cárcavas (grandes hendiduras en la roca que no se encuentra protegida por ningún tipo de vegetación y es fácilmente erosionable).


Si existen cursos de agua, estos no suelen ser continuos, sino que pasarán muchos meses secos y no conseguirán llegar al mar. Son los denominados uadis,  cauces secos o estacionales de ríos que discurren por regiones cálidas y áridas o desérticas.



Estos uadis, en otros tiempos más húmedos, (el Sahara fue en época prehistórica un paisaje de sabana, y mucho antes un verdadero bosque tropical) crearon fuertes erosiones en el relieve.





Loreena McKennitt 
 Kecharitomene
Álbum: An Ancient Muse (2006)









Un oasis es un paraje de un desierto en el cual se pueden encontrar agua y vegetación.
Suelen constituir porciones más o menos extensas de terreno
 fertilizadas por una fuente de agua en medio de los arenales.
En estos lugares puede haber pequeños asentamientos habitados. 
Además de dar cultivos a los pobladores cercanos, 
sirven para abastecer a los viajeros y caravanas. 
Las palmeras datileras cubren y protegen los frutales
 y estos a su vez, protegen con su sombra el trigo, el maíz y las hortalizas.
Algunas veces eran confundidos por ilusiones ópticas llamadas espejismos.

En todos los lugares del planeta hay agua subterránea, incluso en los desiertos, donde casi nunca llueve. Si excavamos, tarde o temprano se acaba encontrando la tabla de agua. De vez en cuando, la tabla de agua sube hasta la superficie, creando humedad en la tierra o formando un estanque apto para la vida.

Normalmente el nivel de la tabla de agua es irregular, depende del tipo de rocas que haya en la zona y de su porosidad. La naturaleza escarpada de las dunas del desierto hace que ocasionalmente la tabla de agua coincida con la superficie.

Puede ocurrir que los fuertes vientos del desierto desplacen grandes cantidades de arena y hagan que el nivel de la superficie quede por debajo de la tabla de agua, entonces aparecen estanques de agua dulce.

Los acuíferos son capas rocosas que contienen agua subterránea, pueden hacer que surjan fuentes naturales alrededor de las cuales florece la vegetación.

A menudo se construyen oasis artificiales para hacer habitable un área, se hacen pozos para llegar al acuífero y llevar agua hasta la superficie.



7 comentarios:

Sirgatopardo dijo...

Que hermosos son los desiertos..........en fotografías, en la tele, etc. Aunque por ver al amigo Dhafer Yusef, bien pudiera hacerse un exceso.

marian dijo...

O dos:)

Juan Nadie dijo...

Uf, qué sed! Voy a ver si encuentro un espejismo, digo un oasis, por ahí.

Muy bien elegida la música. En la de Ry Cooder para "Paris-Texas" se escucha el desierto. También en la de Dhafer Youssef. Loreena McKennitt es el oasis.

marian dijo...

Una descripción muy poética.

marian dijo...

Has dejado un perfume crepuscular...

Sirgatopardo dijo...

Joér, que nivel,...... Maribel.

marian dijo...

Los de Crepusculandia son así.