lunes, 27 de junio de 2016

IDEOLOGÍA MÓRBIDA






Existe una infección cerebral, que se llama ideología mórbida, mucho más contagiosa que la gripe del pollo o la enfermedad de las vacas locas, contra la que no existen vacunas. Uno de los síntomas de esta infección es una fiebre rara que te impide ver el lado sórdido de los políticos de tu partido. Aunque los medios de información descubran y aireen cada día sus delitos de cohecho, malversaciones de caudales públicos y robos descarados piensas que sus tropelías no te atañen. Los votas, pero tú eres un ciudadano honorable. Por mucho que los veas entrar y salir de los juzgados y de las cárceles, esa fiebre ideológica te obliga a creer que basta con el cabreo para sentirte a salvo del contagio. Los votas, pero tú eres un ciudadano incontaminado. La virulencia de esta infección cerebral te llevará a las urnas una vez más como un borrego y, pese a haberte desayunado a lo largo de una legislatura con los latrocinios evidentes de los políticos de tu partido, incluso celebrarás su triunfo si ganan las elecciones. Pero después de depositar el voto en su favor, aunque no lo notes, volverás a casa con el cerebro seriamente dañado. Los efectos de esa lesión son expansivos y envolventes, actúan como una lenta bajada de las defensas, de modo que sin darte cuenta irás perdiendo la autoestima y llegará un momento en que ya no podrás reaccionar contra cualquier clase de injusticia, hasta considerar muy natural que te roben a ti directamente. A estas alturas, un ciudadano libre tiene la obligación de saber que votar a un Gobierno corrupto es un acto inmoral, que te hace cómplice de la corrupción. Te creías vacunado contra esa basura, pero un día el espejo ante el cual tu rostro se refleja, puede que te dé un veredicto fatídico: si de forma consciente votas a un político corrupto es porque tú en su caso harías exactamente lo mismo.



MANUEL VICENT 

http://elpais.com/elpais/2015/03/27/opinion/1427468272_148507.html




Chicho Sánchez Ferlosio

"A contratiempo” (1978) 

La gracia nevando


Don din
din dan
ya.
La gracia nevando
y el puerco sangrando
la perla temblando
la llama llamando
y el chantre cantando
y el ama amasando
nevando
la gracia en la ciudad
sin fe.
Dónde, dónde, dónde fue.
Pues aquí
pues allá
no sé...
Pero ¿qué más da?
La luna rocío
el sol su sed
el rico oro
el pobre palidez.
Eh, eh
ah, ah.
Uno solo tiene aquello que da.
Don din
din dan
ya.
Nacida la vida
la peña florida
la loba dormida
la casa caída
la leche vertida
la cierva parida
la vida
nacida de la mar
sin fe.
Cómo, cómo, cómo fue.
Pues así
pues asá
no sé...
Pero ¿qué más da?
Tristeza el espejo
los ojos miel
amor el hombre
justicia la mujer.
Eh, eh
ah, ah.
Lo que olvide uno
todo eso sabrá.
Don din
din dan
ya.
La grana granada
y el alba alborada
la mora morada
la pólvora helada
la carne encarnada
la sombra asombrada
granada
la grana de la paz
sin fe.
Cuándo, cuándo, cuándo fue.
Pues ayer
pues será
no sé...
Pero ¿qué más da?
La cal delirio
el vino pez
el reo cáñamo
y terciopelo el juez.
Eh, eh
ah, ah.
Cuando ciegue el alma
el ciego verá.
Don din
din dan
ya.
La muerte muriendo
y el río riendo
y el papa paciendo
y el lirio liriendo
y el credo creyendo
y adán sin atuendo
de estrella en estruendo
reverdinaciendo
muriendo
muriendo la fidelidad
sin fe.
Cuándo, cómo, dónde, qué.
Te diré
pues verás
no sé.
Pero ¿qué más da?
Eh, ah.
Todo lo que esperes
jamás lo verás.
Don din
din dan
din don dan.

Agustín García Calvo
“Canciones y soliloquios” Poema 61




sábado, 18 de junio de 2016

viernes, 10 de junio de 2016

CARTA DE RECOMENDACIÓN

   

M. de Compigne, original de la Saboya,  hermano de la orden de San Benito, es la persona que le presentará esta  carta  como un pasaporte para llegar a su protección; es el hombre más discreto, el más sabio y el menos mediocre que conozco, y con el que tuve el placer de conversar; durante tiempo me pidió que escribiera a favor suyo, y le expidiera un certificado aceptable así como una carta de crédito, lo que acabé de conceder ante su mérito real más que a su insistencia ya que, créame, su modestia tan solo es superada por su valía; me disgustaría que estuviese en la situación de omitir hacerle un favor, a causa de desconocer su carácter real, me disgustaría que usted fuese como alguno de mis amigos íntimos, inducido a cometer un error que ellos reconocen.
Creo que mi deber consiste en avisarle que me dará la satisfacción de que preste atención a todo lo que haga, y le muestre todo el respeto posible, y no diga nada en su presencia que pueda ofenderle o disgustarle en modo alguno; puedo decir que no hay nadie a quien aprecie más que a M. Compigne, persona que lamente más ver desatendida, pues no hay persona más meritoria, recibida y admitida en la buena sociedad, sería por lo tanto odioso faltarle y estoy convencido de que en cuanto conozca sus virtudes y que usted lo sepa valorar en su justa medida, sabrá estimarlo tal como lo hago yo, y por ello me dará las gracias por mi consejo; la confianza que deposito en su bondad me fuerza a abstenerme, a extenderme más sobre este asunto o de decir nada más sobre este tema. Créame, (...)

El Card. Richelieu


La carta está escrita en clave.
Pista para la lectura:  Leer  solamente la  mitad izquierda.







 
Georges Brassens
Les copains d'abord





sábado, 4 de junio de 2016

SOBRE LAS MENINAS Y ALGO MÁS (I)

  LAS MENINAS (1656)  Óleo sobre lienzo, 381 x 276 cm (La familia de Felipe IV)
 VELÁZQUEZ  (Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, 1599 - 1660)

Museo del Prado (Madrid)


Los cortesanos y aduladores le llamaron  "el Grande" y "el Rey Planeta"
 El pueblo llano le apodó como "el Rey Pasmado"



FELIPE IV 
(Valladolid, 1605 - Madrid, 1665)

Hijo de Felipe III y Margarita de Austria, reinó entre 1621 y 1665, tras el inesperado fallecimiento de su padre el 31 de marzo de 1621, recién cumplidos los 16 años. 
A diferencia de su padre, él sí tenía interés en los asuntos de estado y, de hecho, intentó gobernar. Pero, de voluntad débil, no fue capaz de encerrarse entre papeles y terminó dejando los asuntos de gobierno en manos Gaspar de Guzmán (Conde-duque de Olivares). Felipe IV incurrió en el mismo error que su padre dejando el gobierno en manos de un valido. Heredó un gran Imperio, del que tenía un concepto patrimonial. Los Estados eran suyos y había que mantenerlos para sus herederos, por lo que durante todo el reinado se embarcó en continuas guerras en defensa de unas posesiones que, en muchos casos, eran más una carga que un beneficio. Esto supuso un gran coste para la Corona que no hizo más que agravar la ya tambaleante hacienda del Estado. 



Mucho Imperio Español (que ya se sabe cómo se crean los "Imperios"), mucha potencia mundial, pero...


Unas pinceladas de la época:


ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN ESPAÑA EN EL SIGLO XVII

ECONOMÍA 
El siglo XVII es un siglo de crisis económica, la capacidad de los territorios para seguir proporcionando ingresos para sostener el esfuerzo bélico había llegado a su límite. 
Los sectores económicos acusan esta crisis:

AGRICULTURA 
Como consecuencia del descenso demográfico se acentúa la escasez de mano de obra, que junto al aumento de la presión fiscal (aumento de impuestos) y de la presión de los grandes terratenientes provocará la ruina de muchos campesinos que se convirtieron en jornaleros, cuando no en mendigos que ante la falta de recursos emigran a las ciudades.
La nobleza terrateniente acrecienta la extensión de sus propiedades, no invierte en las nuevas técnicas agrícolas que se empiezan a desarrollar en algunos lugares de Europa.

GANADERÍA
El sector ganadero entra en una profunda crisis, con una Mesta cada vez más empobrecida. El sector ganadero ovino, tradicional sustento de la ganadería castellana entra en una profunda decadencia frente a sus competidores ingleses y ante la situación de guerra continua en los mercados de Flandes.

ARTESANÍA
Las escasa demanda así como la poca inversión en el sector (la nobleza y la escasa burguesía preferían invertir en tierras y préstamos que en una incipiente industria), determinó una falta de renovación tecnológica, una subida de precios y por tanto una nula competitividad respecto a los productos extranjeros, que acabaron por arruinar a las industrias locales.

COMERCIO.
El comercio estaba básicamente orientado a las Indias, que también entran en un reajuste económico. Las colonias americanas entran en un proceso de autoabastecimiento que provoca el descenso de la demanda de productos peninsulares y de los flujos comerciales. 
La situación crítica y el ataque de los ingleses, holandeses y piratas en el Caribe a las flotas de Indias, reducen las remesas de plata.

SITUACIÓN DE LA CORONA.
La monarquía se encuentra en una situación de crisis continua llegando a declarar bancarrotas sucesivas en 1598, 1607, 1627 y 1647.  Lo que le llevó a tomar medidas extraordinarias en la recaudación de impuestos, solicitando un impuesto de “millones” (nuevo impuesto por el que se pretendía recaudar 8 millones de ducados en seis años). Este impuesto se aplicaba a los artículos esenciales, por lo que afectaba a toda la población, incluso a la nobleza, aunque esta pueda autoabastecerse.

Igualmente la Corona recurrió a créditos “juros” que hicieron aumentar la deuda pública, que con el tiempo fue un gran problema.

Se emitió también moneda de vellón (rebajando la calidad de la plata y oro de las acuñaciones con cobre), lo que motivó un alza de precios, dado que la emisión de moneda de vellón, significaba una devaluación de la moneda.

La Corona no se convirtió como en otros estados europeos en un impulsor de la mentalidad económica, los intentos de modernización, construcción de obras públicas (política de obras hidráulicas y canalización de ríos) y reformas fracasaron por el descrédito de los “arbitristas” o por intereses y rencillas personales de los personajes de la Corte.

SOCIEDAD
La sociedad española representa el modelo de sociedad del Antiguo Régimen: estamental, con dos sectores privilegiados: Nobleza y Clero y un resto de población cada vez más empobrecida.
El sector nobiliario aumentó por la venta de hidalguías, otro recurso de los reyes para ingresar más dinero, así como aumentó también el clero con las continuas fundaciones de órdenes religiosas, conventos y monasterios, (“que daban brazos a Dios, pero se los hurtaban al Rey”).
El resto de la población vive una época de crisis social y económica, pero aferrada a los mitos de la forja de un imperio y a las glorias pasadas. A la vez que se aprecia un gran momento cultural: El Siglo de Oro del arte y la literatura, que a su vez refleja esta sociedad, enferma y pobre.
La vida ociosa de la nobleza se traslada como modelo social a las clases bajas, que añoran una vida ociosa y rentista, que acabará dañando el sentido nacional, impregnándolo de fatalismo.  “Para que planear, para qué ahorrar,  para qué trabajar. A la vuelta de la esquina aparecerá el milagro o el desastre”. No merecía envilecerse en el trabajo manual, cuando ocurría muy a menudo que el holgazán, el mendigo y el trabajador no obtenían recompensa: “queremos comer sin trabajar”

http://alerce.pntic.mec.es/lsam0005/2bach_historia/tema7_ocaso_imperio.html ]

*

En el siglo XVII, los tesoros americanos están agotados y el poderío español se halla próximo a su fin junto a una dinastía decadente y degenerada que en el año 1700 se verá suplantada por otra de origen francés: los Borbones.

CAUSAS DE LA DECADENCIA ESPAÑOLA

En ella se aúnan varios factores:

El debilitamiento económico y financiero que viene anunciándose desde mediados del siglo XVI.
Una decadencia militar marcada por la definitiva derrota de los tercios españoles de Flandes en 1643, en la batalla de Rocroi.
Un declive intelectual, social y espiritual que se producirá a mediados de siglo.
Por otro lado, debido a las grandes epidemias y períodos de hambre, se produce una baja demográfica espectacular. La población emigra hacia la periferia, despoblando el centro, debido a la enorme presión fiscal imperial. La fecha clave del declive es el año 1588, cuando se produce el hundimiento de la marina española en la derrota de la Armada Invencible.

FELIPE III

A la muerte de Felipe II en 1598 sube al trono español su hijo Felipe III, quien poco interesado en los problemas gubernativos entrega el control del Estado a los validos, nota que será característica de todos los Austrias del siglo XVII. Durante el reinado de Felipe III se sucederán en el poder el duque de Lerma y el duque Uceda, personajes incompetentes que utilizarán el mando en beneficio propio. Su política se caracteriza por la corrupción y el nepotismo. La malversación de fondos fue una de las causas de la crisis económica y social.

Con el pretexto de conseguir la unidad religiosa, el duque de Lerma lleva a cabo la expulsión de los moriscos. En política exterior se llega con Holanda a un acuerdo, la Tregua de los Doce años, en 1609. Con Francia mejoran las relaciones por las alianzas matrimoniales: Ana de Austria se casa con Luis XIII y el príncipe Felipe con Isabel de Borbón. Todo el reinado de Felipe III es una etapa pacifista, consiguiendo también la paz con Inglaterra y con Italia.

Debido a la crisis económica se creó en 1618 una junta de reformación con el fin de elaborar un informe para remediar los males del país: el despoblamiento de Castilla y su miseria, la reducción de impuestos y la reforma fiscal. Otro aspecto sobresaliente era el abuso y la degeneración eclesiástica. Para combatirlo se prohíben la fundación de nuevas órdenes, debido al gran número existente, ya que es el único medio de ascenso social. En 1621 muere Felipe III y la junta cae en el olvido.

FELIPE IV Y EL CONDE-DUQUE DE OLIVARES

La debilidad de carácter del nuevo rey Felipe IV se verá arrasada por la fuerte personalidad de su valido, Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares, autoritario e idealista, heredero las teorías arbitristas y de la tradición imperial, conjuga lo ideal y lo práctico, la tradición de cruzada y el afán reformista, desprecia la política derrotista del duque de Lerma y cree en la supremacia española.

En 1621 finaliza la Tregua de los doce años con Holanda, y el partido orangista hacía casi segura la victoria, aunque Spínola ocupó el Palatinado y Breda, la situación era irreversible. Spínola y el cardenal infante don Fernando vencen en 1920 en las batallas de Montaña Blanca y Nordlingen. Pero frente a las aspiraciones del conde-duque, Europa se opone a la restauración del antiguo imperio español, por lo que se unen Suecia, Dinamarca y Francia, y posteriormente Holanda e Inglaterra, derrotando a los tercios españoles en la decisiva batalla de Rocroi, en 1643, a la que seguirían las de Lens en 1648 y Las Dunas en 1658.

Ante el fracaso de Olivares, Felipe IV destituye a su valido, que es sustituido por don Luis de Haro.

En 1648 se firma con Holanda la Paz de Westfalia, donde se la reconoce como nación independiente. En 1659 se llega a la Paz de los Pirineos, mediante la cual España cede a Francia el Rosellón y la Cerdaña y al norte Artois, Luxemburgo y algunas plazas de Flandes. Estos dos tratados fueron humillantes para España y significaron su salida de la órbita de poder europea.

POLÍTICA INTERIOR DE FELIPE IV

La política interior de Olivares está dirigida a una distribución más equitativa de las prestaciones y a una obligación tributaria de todos los reinos para socorrer a la monarquía. Intenta crear un sistema bancario nacional que ayudara a la corona a reducir deudas y no depender de asentistas extranjeros y liberar a la exhausta Castilla.

El conde-duque pretendía movilizar todos los recursos de un imperio poderoso en potencia, para lo que proyecta la Unión de Armas o formación de un ejército confederado de todos los reinos para la defensa de la monarquía, proyecto que es rechazado por Aragón y sobre todo por las Cortes catalanas.

Mientras tanto, empiezan a producirse movimientos separatitas en muchos reinos de la corona española. En 1635 hay un intento secesionista en Portugal que será rápidamente sofocado, pero en 1640 los portugueses conseguirán la independencia, nombrando al duque de Braganza rey, bajo el título de Juan IV.

Simultaneamente se producen otros levantamientos contra la corona. pero sin el tinte nacionalista de Portugal, y se deben a crisis de subsistencia. Sin embargo, el movimiento independentista más importante tuvo lugar en Cataluña, apoyado por Francia, quien, aprovechando el rechazo catalán al proyecto de la Unión de Armas del conde-duque, intenta provocar una separación: asedia Fuenterrabía y Olivares prepara la guerra con Francia, para lo que invade Cataluña en 1639, anula las instituciones y aloja allí a las tropas castellanas. Esto hace que la provincia se subleve y en 1640 se alce en armas, en el llamado Corpus sangriento, llegando a declararse república independiente bajo el protectorado francés hasta el año 1652.

CARLOS II

Muerto Felipe IV en 1665 sube al poder su hijo Carlos II, persona incapacitada, física y mentalmente, debido a la bárbara consanguinidad de los Austrias.

Su reinado tiene dos etapas claramente diferenciadas: la regencia de su madre, Mariana de Austria, que durará desde la muerte de Felipe IV hasta 1675, y desde entonces hasta su muerte en 1700, su gobierno personal. En la primera fase la reina Mariana entregó el poder a su confesor el padre Nithard y posteriormente a Valenzuela, odiado por la nobleza al ser considerado advenedizo, lo que daría lugar a la formación de camarillas que disputarían el control del gobierno. Éste estaba formado por junta de cinco miembros, que habían sido designados por Felipe IV, debido a la incapacidad de su hijo. En el año 1668 se reconoce la independencia de Portugal.

Entre los nobles que se disputaban el favor real destaca don Juan de Austria, hijo bastardo de Felipe IV, que contando con el apoyo popular destituyó a Valenzuela y gobernó, con muy poco acierto, de 1676 a 1679. Sin embargo, es una novedad su golpe de Estado, ya que constituye un intento de la periferia de participación en el gobierno central.

Tras la muerte de don Juan de Austria, la reina madre vuelve a tomar las riendas del poder, sucediéndose en él una serie de políticos mediocres, que no harán sino empeorar la situación. De 1680 a 1685 accede al gobierno el inepto duque de Medinaceli, que conducirá a Castilla a un colapso total política, administrativamente y culturalmente, en tanto que Cataluña y en general toda la periferia se recuperan lentamente. En 1696 la situación se estabiliza debido a Oropesa, que controlará el poder de 1685 a 1691, mientras que en política exterior España quedaba a merced de las potencias europeas debido a la Paz de Aquisgrán en 1668, la de Nimega en 1678, la Tregua de Ratisbona en 1684 y la de Ryswick en 1697, que suponen las máximas usurpaciones de Luis XIV.

El reinado de Carlos II supone una descentralización de los reinos peninsulares, un fortalecimiento de sus fueros y un debilitamiento del gobierno central. 
Carlos II, enfermizo y débil, era impotente para tener hijos. Casado con María Luisa de Orleáns, que murió en 1698, volvió a contraer matrimonio con María Ana de Neoburgo, unión que provocará la reacción de Francia, que invadirá Cataluña en 1697, pero fue devuelta a España por la Paz de Ryswick. Sin embargo Inglaterra y Francia están dispuestas a impedir la unión con Austria, pues supondría la restauración del imperio de Carlos V.

Ante la evidente falta de descendencia de Carlos II, varias potencias europeas intentan hacer valer sus derechos al trono español:

El candidato José Fernando de Baviera, nieto de Margarita, hija de Felipe IV, apoyado por Oropesa y la reina madre.
El candidato Carlos de Austria, segundo hijo del emperador apoyado por el almirante de Castilla y María Ana de Neoburgo.
El candidato francés Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, casado con María Teresa, hija de Felipe IV.
En 1696 Carlos II va a hacer testamento a favor del candidato bávaro, pero es obstaculizado por Francia, que intenta un reparto de España entre las potencias europeas. José Fernando de Baviera muere en extrañas circunstancias en 1698.

En mayo de 1700 Carlos II conoce la existencia de un segundo tratado de partición, lo que le obliga a testamentar a favor del francés Felipe de Anjou, proclamado rey con el nombre de Felipe V, lo que supone un clarísimo triunfo de Luis XIV.

La decisión de España hace que en mayo de 1702 Inglaterra, Austria y las Provincias Unidas declaren la guerra de sucesión, que durará hasta 1713 y constituirá uno de los mayores peligros a la corona española.

Con Carlos II muere la dinastía de los Austrias y queda consolidada otra nueva, de origen francés, que revitalizará el papel de España: los Borbones.

ECONOMÍA

La economia del siglo XVII entra en una profunda depresión, adquiriendo su máxima gravedad.

La protección a la asociación ganadera de la Mesta y los fuertes impuestos llevan a un total abandono del campo. En 1611 los campesinos consiguen arrancarle ciertas disposiciones, pero la Mesta sigue siendo poderosa, pues está controlada por altas personalidades y en 1633 se promulga una pragmática contra la roturación de campos, lo que inevitablemente conduciría a las crisis de subsistencia.

La situación castellana es caótica debido a las sangrías financieras de la política imperial de los Austrias, pero la situación para Aragón y Cataluña es muy diferente ya que, salidos de la crisis de 1640, comienza ahora una lenta recuperación, síntoma claro de la mayor actividad periférica y de su menor tributación a la corona, ajustándose más al movimiento general europeo.

En Castilla las finanzas se estabilizan en 1696, debido sin duda a la actuación del conde de Oropesa. Andalucía, sin embargo, conoce la recuperación de los reinos periféricos, destacando Sevilla, puesto en contacto con el exterior, que posteriormente será sustituido por Cádiz.

En cuanto a Hacienda, se intenta desesperadamente solucionar los problemas, pero los ineptos gobernantes del reinado de Carlos II sólo consiguen empeorar el panorama, aumentando los impuestos, gravando desorbitadamente los productos a exportar y anulando las posibilidades del comercio. Por otro lado, la baja de metales preciosos de América y la falta de oro y plata decide al gobierno a alterar el valor de la moneda, reduciendo su ley, lo que provocará constantes subidas de precios.

CULTURA

La primera mitad del siglo es una continuación y superación de la riqueza artística e intelectual del siglo XVI. Es la época del Barroco, quizás el periodo más brillante de la historia española y que, paradójicamente, coincide con el fin de su hegemonía en Europa. A mediados del siglo, el genio artístico español queda bruscamente interrumpido dejando al país con un desfase político y cultural respecto a Europa.

El Barroco es un arte definitorio de una época y de una mentalidad que, frente al concepto tradicional de su oposición al clasicismo renacentista, supone, en gran parte, una continuación de este. Representa la desmesura, el dinamismo, la confusión, etc.

Es el arte de la contrarreforma católica de la nobleza, porque permite el lujo y la ostentación al tiempo que es un arte de gran sensibilidad popular. En modo alguno es representante de la burguesía, amante de lo práctico y lo realista, lo que explica que sea un arte típicamente español. Al mismo tiempo que comienza la decadencia española, el Barroco servirá para prolongar, aunque a ficticiamente, una etapa de brillo y esplendor.

La producción literaria de este siglo es la expresión de la sensibilidad nacional, caracterizada por el tradicionalismo, el nacionalismo y el sentido popular. El teatro se rige por coordenadas típicamente españolas: el honor, la moral cristiana, la libertad popular o la lucha de un pueblo orgulloso contra la injusticia.

La novela nos presenta un pueblo pobre que necesita vivir a la sombra de los poderosos, creándose así la picaresca, donde se valora sobre todo el ingenio para vivir sin trabajar. Refleja una sociedad urbana marcada por la decadencia política y económica.

http://kherchak.com/decadencia-espanola-siglo-xvii/]



En 1612, tras largas y complicadas negociaciones, España y Francia acordaban una doble alianza matrimonial entre miembros de sus respectivas casas reales. El príncipe Felipe se casaría con la princesa francesa Isabel de Borbón mientras su hermano, el futuro Luis XIII, contraería matrimonio con Ana (Ana María Mauricia) de Austria, hermana de Felipe. En 1615, siendo aún príncipe de Asturias, contrajo matrimonio por poderes con Isabel de Borbón, hija de Enrique IV de Francia. La novia tenía 12 años y el novio 10. Durante los cuatro años siguientes se estuvieron viendo de tarde en tarde y siempre en presencia del rey. Cinco años más tarde consumaron el matrimonio. 

El control ejercido sobre ella por parte del valido real y la constante sospecha de enemiga en palacio por su origen francés en un tiempo en el que ambos países se enfrentaron continuamente hicieron que  tuviera una existencia desdichada. Isabel de Borbón tuvo que soportar también la terrible presión que supusieron las constantes guerras entre su país natal, Francia, y su patria de adopción. A pesar de que en marzo de 1626 consiguió que ambos países firmaran un armisticio estando ella como gobernadora mientras Felipe IV estaba de viaje en Aragón, en conflictos posteriores la sombra de la traición hacia España sobrevolaría sobre ella.



La Galanía: Jesús Fernández Baeza (tiorba) Pierre Pitzl (guitarra barroca)
Raquel Andueza (soprano)

Marizápalos era muchacha
Enamoradita de Pedro Martín
Por sobrina del cura estimada
La gala del pueblo, la flor del abril

Marizápalos salió una tarde
Al verde sotillo que va hacia Madrid
A coger con sus manos las flores
Teniendo más ella que mayo y abril

Estampando la breve chinela
Que tiene ventaja de mayor chapín
Por bordarle sus plantas de flores
El lazo del campo se volvió tabí

Merendaron los dos a la mesa
Que puso Marieta de su faldellín
Y Perico, mirando a lo verde
Comió con la salsa de su perejil

Pretendiendo de su garabato
Quitarle la carne con garfio sutil
Marizápalos le dijo: ¡Zape!
Quedando en su aliento cariño de miz

Cuando oyeron allá entre las ramas
Las herradurillas de un fuerte rocín
El adonis se puso en huida
Temiendo los dientes de algún jabalí

Y era el cura, que al soto venía
Que si un poco antes acierta a venir
como sabe gramática el cura
Podía cogerlos en un mal latín



La nueva reina española, igual que su segunda esposa, tuvo que soportar, además de las continuas infidelidades de su marido, el nacimiento de sus numerosos hijos ilegítimos (unos dicen que treinta y otros que sesenta, entre ellos, Juan José de Austria, quien nació el mismo año que Baltasar Carlos, fruto de los amoríos entre Felipe IV y la actriz María Inés Calderón, conocida como La Calderona -también como Marizápalos- y que sería aceptado en la corte años después) mientras ella sufría continuos abortos o muertes prematuras de los suyos.

De los ocho hijos que nacieron, solamente dos, el príncipe heredero Baltasar Carlos y la princesa  María Teresa de España, futura reina de Francia, terminarían sobreviviendo. 

De este matrimonio nacieron: 

 María Margarita (1621, falleció al día siguiente de nacer)

 Margarita María Catalina (1623 - 1623)

 María Eugenia (1625 - 1627)

 Isabel María Teresa (1627, falleció al día siguiente de nacer) 

 Baltasar Carlos (1629- 1646) 
 Príncipe de Asturias, heredero al trono

Francisco Fernando (1634 - 1634)

 María Ana Antonia (1635 - 1636)

María Teresa (1638 - 1683) 
Reina consorte del rey Luis XIV  (El Rey Sol)
[El 9 de junio de 1660, María Teresa, la hija de Felipe IV contrajo matrimonio con su primo (su madre era Ana -Ana María Mauricia-  de Austria, hija de Felipe III de España y hermana de Felipe IV), Luis XIV de Francia. El compromiso se formalizó en Fuenterrabía (Isla de los Faisanes), el condominio más pequeño del mundo que hoy se encuentra en el término municipal de Irún, en un acto cuya preparación contó con la participación de Velázquez. Años más tarde su nieto, Felipe de Borbón, duque de Anjou, sería proclamado rey de España con el nombre de Felipe V como sucesor de Carlos II (último monarca de la casa de Austria o Habsburgo en España que murió sin descendencia) convirtiéndose así en el primer Borbón de la línea dinástica española.]



El 6 de octubre de 1644, tras sufrir un nuevo aborto, fallecía la reina Isabel. Dos años después de la muerte de la reina fallecía Baltasar Carlos, dejando la sucesión de la corona en una situación nuevamente comprometida. Urgía encontrar nueva esposa que diera el ansiado heredero a la Corona española. La elegida fue Mariana de Austria que se convertiría así en la segunda esposa del rey Felipe IV. Mariana era hija del emperador Fernando III y de María Ana de Austria, hermana de Felipe IV. Desde niña estuvo comprometida con su primo Baltasar Carlos, pero al morir, el rey Felipe IV de España, viudo tras la muerte de su primera esposa, y su padre Fernando III del Sacro Imperio Romano Germánico, acordaron su casamiento. 
Con el matrimonio entre Mariana de Austria y el rey Felipe IV se vuelve a repetir la historia de su abuelo, Felipe II, ya que al igual que él, Felipe IV se casó con la mujer acordada para su hijo, e igualmente se repite el hecho de un tío casándose con su sobrina.
Cuando se celebró el enlace, ella tenía trece años, y él cuarenta y uno.  A la problemática de la diferencia de edad del matrimonio, había que añadirle el problema del parentesco, ya que ella, al ser su sobrina carnal era pariente en primer grado; sin olvidar los anteriores matrimonios consanguíneos que se habían dado entre las dos ramas de los Austrias, desde Felipe II.



De este matrimonio nacieron:

Margarita María Teresa (La Infanta retratada en las Meninas)
Madrid (1651) - Viena (1673)
Infanta de España y emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico por su matrimonio con el emperador Leopoldo I.

Leopoldo I es nieto, por parte de madre, de Felipe III, pero Margarita, además de nieta, por parte de padre, de Felipe III, es también su biznieta por parte de madre, porque...
Felipe IV es hermano de la madre de Leopoldo I, María Ana de Austria (Felipe IV y María Ana son hijos de Felipe III de España y Margarita de Austria-Estiria) Felipe IV se casa, en segundas nupcias, con su sobrina, la hermana de Leopoldo I, Mariana de Austria, hija de su hermana María Ana de Austria y de Fernando III de Habsburgo. La infanta Margarita es hija de Mariana de Austria y de Felipe IV... 

Resumiendo (y todo seguido, sin respirar): Margarita se casa con el hermano de su madre que a su vez es sobrina de su padre por lo que su padre es tío de su hija y su madre es prima de su hija... y Leopoldo se casa con la hija de su hermana. 


Y todo queda en casa... En la casa de los Austrias.

Ah, y si ascendemos por el árbol genealógico de todos los citados, 
encontramos a...

Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos.
 (Otro matrimonio entre primos)



María Ambrosia de la Concepción (1655 - 1655)

Una niña nacida muerta, sin nombre (1656)


Felipe Próspero (1657 - 1661)

Fernando Tomás (1658 - 1659)

Carlos José, Rey de España ( 1661 - 1700)
Carlos II
Juan Carreño de Miranda (1675)
Último monarca de la Casa de Habsburgo en España
Enfermo desde su nacimiento hasta su muerte, probablemente por la continua endogamia practicada por sus ascendientes. Endogamia que les ayudó a construir y mantener su imperio, pero que acabó destruyéndolos.

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La Galanía: Jesús Fernández Baeza (tiorba) Pierre Pitzl (guitarra barroca)
Raquel Andueza (soprano)

Vuestros ojos tienen 
de amor no sé qué,
que me yelan, me roban,
me hieren, me matan.
Que me matan, 
me matan ¡A fe!

¿Por qué me miráis 
con tanta aflicción,
y al mi corazón 
me aprisionáis?.
Que, si vos me miráis,
yo os acusaré.



Felipe IV fue un mecenas de las artes y las fiestas (vivió rodeado de una corte fastuosa, la más numerosa y espléndida de su época, mientras el país sufría una grave crisis económica, fiscal, demográfica, política, hundida en la corrupción y el despilfarro) en la Corte, promoviendo la creación literaria, artística y teatral.

Diego Velázquez - Autorretrato (1640)

En 1623, el gran pintor, Diego  Velázquez, fue nombrado pintor de cámara de Felipe IV. 
La vida de Velázquez estuvo marcada por dos procesos que el artista vivió en paralelo: el humano, de constante promoción social, y el profesional, como pintor al servicio de Felipe IV.