miércoles, 27 de enero de 2016

CUÉNTAME UN CUENTO


ALBERTA


PETRA

MARIANA

PAULA

















































































cuéntame un cuento - CELTAS CORTOS









Colorín colorado... este cuento no ha acabado.














14 comentarios:

carlos perrotti dijo...

De pibe no podía dormirme si no me contaban un cuento, ninguna de estas historias ni estos personajes, por cierto, porque mi abuela, creo que he contado en alguna oportunidad, era un poco "especial" y me contaba (con el único objetivo de asustarme, aunque lograba dormirme) sobre el Fantasma de la Ópera, El Muñeco Maldito, historias de aparecidos, ánimas en pena, la leyenda del Pombero, el dueño del sol que andaba a la hora de la siesta y se llevaba a los niños y cosas por el estilo... Así quedé.

Juan Nadie dijo...

Io non ricordo que de bambino me contasen cuentos, y no sé si echarlo en falta o no, porque con el tiempo leí (o conocí) algunos cuentos tradicionales (los recogidos por Andersen y compañía) y la verdad es que son terribles, no sé cómo se podían contar esos cuentos a los niños: los protagonistas cuando no eran sádicos, eran masoquistas, o las dos cosas a la vez, sin contar todo tipo de barbaridades y despropósitos, qué horror. Los cuentos para niños que se hacen ahora creo que son completamente diferentes, y hay escritores de cuentos muy valorados.

Hombre, a mí lo que me hubiese gustado es que me contase cuentos "Tusitala", pero no importa, porque los maravillosos relatos de "Tusitala" los tengo en casa, y los puedo abrir cuando quiera y por cualquier página.

Los que no me gustan nada son los cuentos que intentan endilgarme los políticos de turno y los poderes en general de siempre. (Parole, parole).

Dicho esto, muy bien los "Celtas Cortos".

marian dijo...

Estamos acostumbrados a los "cuentos" y rodeados de "cuentos" , si no fuera así no triunfarían los de los políticos (lo de políticos es un decir), si triunfan es porque tienen público que se desenvuelve de maravilla en el "cuento".

Entre el "parole, parole..." (de siempre) y el "tuca, tuca..." (tanteo que toca ahora), las maravillosas princesas resultaron ser brujas.

marian dijo...

Perdona Carlos... tu abuela era la caña:)

carlos perrotti dijo...

Jaja. Absolutamente. Mi inefable abuela Lucía.

Ning Jie dijo...

Se pueden sacar dos lecturas de este post: La infantil (lo que se ve es lo que hay y punto) y la adulta, "Menos lobos, Caperucita" o el "No me tires puros, que no fumo" Pero para no entrar en disputas, me quedo con la de niños y te cuento...

Eran unos libros que mi abuela traía de no sé dónde, en francés, y el protagonista era un oso llamado Nunnurs y dos hermanos, Nicolás y Pimpinela. Adorables todos. Tanta seguridad me proporcionaba el plantígrado en aquella época, que no he dejado nunca de buscar un Nunnurs con tarros de miel y pelo en pecho a mi alrededor.

Luego psicoanalizándote (a ti mismo) te das cuenta de que hasta esos cuentos infantiles, teóricamente inocentes, marcan tu conducta el resto de tu vida.

Parole, parole...

marian dijo...

Es un cuento ¿conceptual?, Ning.
Como decía aquel artista, cuando tienes que explicar tu obra... malo, malo.
Pero bueno, como esto no es una obra, va brevemente:)

Un castillo, el de la Moncloa, unas candidatas, la mar de monas, a cada cual más encantadora, dispuestas a calzarse el "zapato" con el que pisar el castillo. La Lámpara Maravillosa es propiedad de la Reina de Corazones (para eso es la reina del País de las Maravillas)
Un día, Yasmín decide visitar a la Reina de Corazones con el propósito de robarle la Lámpara para entregársela a su amigo Aladino y así poseer él el poder de hacer maravillas (entre ellas, la de convertir las rosas blancas de la reina en rojas y repartir monedas de oro al por mayor) A la reina, viendo las intenciones de Yasmín, le entran unas ganas locas de cortarle la cabeza (es una manía que tiene), pero le hace tanta gracia que, solamente le echa un pequeño rapapolvo.

El Conejo Blanco se pica y, como siempre, piensa que ha llegado demasiado tarde y huye aterrorizado. Mientras tanto, la feliz Cenicienta no imagina la que le viene encima.

El Conejo Blanco sigue aterrorizado y cayendo en picado.

A la soñadora Cenicienta la única que le puede solucionar la papeleta es un Hada Madrina y aparece una (las hay con suerte).

Gruñon está de los seres fantásticos hasta la coronilla.

Las hienas, como buenas carroñeras... a la espera... como las hermanastras de Cenicienta.

El Gato de Cheshire... a Wikipedia.

Pinocho, un encanto, Pepito Grillo, un incordio.

Un mal cuento tiene que tener un final feliz.

El Conejo Blanco ya ha aterrizado y le corren las prisas,

Y colorín, colorado...
Y azulín, azulado...
Y moradín, morado...
Y naranjín, naranjado...

¿Quién se Calzará el Zapatito de Cristal?

Sea quien sea, la risa loca a algunos le entrará.

marian dijo...

Y a cuenta de la parte última de tu comentario, Ning:

SÉ TODOS LOS CUENTOS

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan solo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan
con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
y sé todos los cuentos.

León Felipe

Juan Nadie dijo...

Ahora lo pillo, Marian, ahí te he visto, genial!
Te ha quedado "niquelao".

Vaya poema el de León Felipe, eh?

marian dijo...

La vida del hombre (epiceno) resumida en un magnífico y simple poema.

marian dijo...

Es la feliz Blancanieves, no la feliz Cenicienta (a cada una con lo suyo:)

Ning Jie dijo...

Jajaja. Eres una genia, así que ríete del de la lámpara.
Ah, menos mal que el conejo blanco logra aterrizar sin daños colaterales.
Y comieron perdices...

Decididamente los cuentos tienen que cambiar.

marian dijo...

Ya te digo, empezando por los de los políticos (ldpeud), más los de los príncipes azules, los de las doncellas que necesitan ser rescatadas por caballeros, etc., que han hecho un daño a la humanidad (esperemos que) reparable:)

marian dijo...

Y hablando de cuentos, destaco tres de los que más me gustaron de pequeña (y me siguen gustando), El príncipe feliz de Wilde, Canción de Navidad de Dickens y Las Aventuras de Alicia en... de Carroll.