El poder de la Navidad.
¿Qué tendrá la Navidad que consigue que aflore a la superficie nuestro lado más kitsch?
Durante unos días al año nos convertimos en seres angelicales;
pero el síndrome navideño tiene una duración limitada,
como un yogur, tiene fecha de caducidad.
Es empezar a quitar los adornos y el espítiru navideño
se esfuma tan mágicamente como llegó;
o se guarda con las figuritas del belén y las bolas de navidad hasta la siguiente Navidad.
Conservar esa magia para el resto del año parece tarea imposible.
Será que vivir la vida profunda y apasionadamente
más de unos pocos días al año resultaría insoportable,
como la levedad del ser.
Preparándonos para la navidades.
Preparados, listos... ya
ROSALÍA- VIVA LA GENTE
(Dirige la orquesta: el maestro Ibarbia)
Durante unos días al año nos convertimos en seres angelicales;
pero el síndrome navideño tiene una duración limitada,
como un yogur, tiene fecha de caducidad.
Es empezar a quitar los adornos y el espítiru navideño
se esfuma tan mágicamente como llegó;
o se guarda con las figuritas del belén y las bolas de navidad hasta la siguiente Navidad.
Conservar esa magia para el resto del año parece tarea imposible.
Será que vivir la vida profunda y apasionadamente
más de unos pocos días al año resultaría insoportable,
como la levedad del ser.
Preparándonos para la navidades.
Preparados, listos... ya
ROSALÍA- VIVA LA GENTE
(Dirige la orquesta: el maestro Ibarbia)
(Que se vaya notando...)
En Navidad todos nos reunimos y compartimos abrazos y sonrisas con nuestros familiares y amigos mientras entablamos cánticos de paz y amor.
(Y pasadas las reuniones familiares... Fin del simulacro de paz navideño, ya puede volver a insultar a sus suegros y cuñados.)
“En Navidad todos pensamos en los hambrientos
del mundo, por eso comemos tanto”. Therion.
(Nos vamos calentando...)
“Esta Navidad me gustaría:
Que el amor y la amistad prevalecieran por encima de todas las cosas materiales, para que la armonía, humildad, paz y el respeto puedan encontrar alojamiento en todos los corazones.”
Que el amor y la amistad prevalecieran por encima de todas las cosas materiales, para que la armonía, humildad, paz y el respeto puedan encontrar alojamiento en todos los corazones.”
Espero
que sea una Navidad especial y mágica.
(¡Qué bonito!)
(¡Qué bonito!)
NO SOLO EN NAVIDAD (1952)
Uno de los rasgos más interesantes de la obra de Heinrich Böll es su capacidad para elaborar historias perfectamente absurdas que no llegan nunca a perder su sólido y paradójico carácter de plausibles. Esto es logrado gracias a una sutil presentación de los hechos, los cuales son enlazados en una trama que no pierde rigurosidad lógica ni descuida el impecable estilo del autor. Dicha aproximación al absurdo puede venir dada por personajes excéntricos como la Hermana Rahel y sus fijaciones fisiológicas en Retrato de grupo con señora, o en procesos sociales casi incomprensibles como en Acto de Servicio.
O Tannenbaum, O Tannenbaum, / Wie grün sind deine Blätter! / Du grünst nicht nur zur Sommerzeit, / Nein auch im Winter wenn es schneit. / O Tannenbaum, O Tannenbaum, / Wie grün sind deine Blätter! / O Tannenbaum, O Tannenbaum, / Du kannst mir sehr gefallen! / Wie oft hat nicht zur Winterszeit / Ein Baum von dir mich hoch erfreut! /
O Tannenbaum, O Tannenbaum, / Du kannst mir sehr gefallen! / O Tannenbaum, O Tannenbaum, / Dein Kleid will mich was lehren: / Die Hoffnung und Beständigkeit / Gibt Mut und Kraft zu jeder Zeit! / O Tannenbaum, O Tannenbaum, / Dein Kleid will mich was lehren.
No solo en Navidad es un pequeño relato en el cual se pueden encontrar conjugados ambos aspectos a un nivel intermedio. La historia se sitúa en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, etapa de abatimiento y reconstrucción de una Alemania no solo vencida, sino también fragmentada material y moralmente. Milla Lenz, tía del narrador, sufre una crisis nerviosa cuyo origen se vincula a los bombardeos que sufrió la ciudad, especialmente durante las celebraciones de Navidad (época favorita de Milla). Los Lenz descubren que la única forma de tranquilizarla es montando cada noche una representación de la cena navideña, situación que en un comienzo les resulta agradable a todos, pero que eventualmente acaba por generar sendas desavenencias entre los miembros de la familia: Franz, esposo de Milla, empieza a tener dificultades para lograr que el párraco continúe asistiendo a la celebración todas las noches, además de tratar de mantener un presupuesto que incluye los gastos de reparación de los adornos, la compra de mazapanes y el conseguir un abeto nuevo cada dos meses; Lucie, hija de ellos, sufre una crisis que le impide volver a comer cualquier dulce o plato relacionado a las fiestas, debiendo ser internada en una casa de reposo; Johannes y Karl, hermano y esposo de Lucie respectivamente, conciben la idea de contratar actores para que los sustituyan todas las noches, plan que eventualmente acaba extendiéndose a los demás familiares.
No solo en Navidad es un pequeño relato en el cual se pueden encontrar conjugados ambos aspectos a un nivel intermedio. La historia se sitúa en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, etapa de abatimiento y reconstrucción de una Alemania no solo vencida, sino también fragmentada material y moralmente. Milla Lenz, tía del narrador, sufre una crisis nerviosa cuyo origen se vincula a los bombardeos que sufrió la ciudad, especialmente durante las celebraciones de Navidad (época favorita de Milla). Los Lenz descubren que la única forma de tranquilizarla es montando cada noche una representación de la cena navideña, situación que en un comienzo les resulta agradable a todos, pero que eventualmente acaba por generar sendas desavenencias entre los miembros de la familia: Franz, esposo de Milla, empieza a tener dificultades para lograr que el párraco continúe asistiendo a la celebración todas las noches, además de tratar de mantener un presupuesto que incluye los gastos de reparación de los adornos, la compra de mazapanes y el conseguir un abeto nuevo cada dos meses; Lucie, hija de ellos, sufre una crisis que le impide volver a comer cualquier dulce o plato relacionado a las fiestas, debiendo ser internada en una casa de reposo; Johannes y Karl, hermano y esposo de Lucie respectivamente, conciben la idea de contratar actores para que los sustituyan todas las noches, plan que eventualmente acaba extendiéndose a los demás familiares.
La sátira, partiendo de una situación dolorosa, como es la demencia de la tía, da lugar a situaciones delirantes que rayan el absurdo, pero Böll no pierde jamás de vista la perfección del tono, la radiografía de unas gentes y una época.
*
Álbum: Rodríguez (1994)
El fin de año huele a compras
enhorabuenas y postales
con votos de renovación
y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales
me doy a hacer una canción
La gente luce estar de acuerdo
maravillosamente todo
parece afín al celebrar
unos festejan sus millones
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar
Mi canción no es del cielo
las estrellas, la luna
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna
Mi canción no es tan solo
de quien pueda escucharla
porque a veces el sordo
lleva más para amarla
Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud
pero el que nace bien parado
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud
Por eso canto a quien no escucha
a quien no dejan escucharme
a quien ya nunca me escuchó
al que en su cotidiana lucha
me da razones para amarle
aquel que nadie le cantó
Mi canción no es del cielo
las estrellas, la luna
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna
Mi canción no es tan solo
de quien pueda escucharla
porque a veces el sordo
lleva más para amarla
*
Silvio (1992). Es el primero de la última trilogía Silvio - Rodríguez - Domínguez. La calidad de la grabación es muy buena y se llevó a cabo con instrumentos acústicos.
Rodríguez (1994). Disco dedicado a su padre. En la contraportada, el autor escribe: "Dedico este trabajo a la memoria de mi padre, Dagoberto Rodríguez, nacido en Vereda Nueva en 1923, pensador, campesino, tallador de diamantes, quien descansó en La Habana en 1994, luego de hacerme ver que la vida es bella y en colores".
Domínguez (1996). En este álbum Silvio es el autor, además, de todos los arreglos, habiendo grabado las guitarras, el contrabajo y las voces. Su madre, Argelia Domínguez, a quien va dedicado, interpreta uno de los temas, El viento eres tú. La hermana del autor, Anabel López Domínguez, canta otro tema llamado Si seco un llanto.
Ya tengo ganas de que pasen. ¡Qué espíritu navideño!
ResponderEliminar¡Gran Silvio!
Sin olvidarnos de Heinrich Böll.
ResponderEliminarGenial la frase de Therion y magnífica la Canción de Navidad de Silvio.
ResponderEliminarMe ocurre lo que al Gato: ojalá pasen pronto.
Por cierto, muy propio ese copo de nieve solitario que anda circulando por la pantalla.
Espera, espera, ya no es tan solitario.
ResponderEliminar¿Has visto?, así nos vamos sugestionando un poquito más. No da para esquiar, pero ambienta.
ResponderEliminarGrandes los dos, Silvio y Heinrich Böll.
A mí si me gusta la Navidad, a pesar de los pesares y de que por la boca muera el pez (y beba en el río:) Eso de sentirnos tan buenos durante unos días debe ser la repera, parece, no debe ser tanto porque no se puede mantener durante mucho tiempo en la programación.
El paripé que se monta es digno del mejor teatro del absurdo.
Qué maravillosa cancion la de Silvio.
ResponderEliminarUn gran músico, músico completo.
bueno ahora me voy, joér qué ventisca se ha levantao
ResponderEliminarLa canción de Silvio pertenece a un triptico que editó para honrar a sus padres: "Silvio" "Rodríguez" "Domínguez".
ResponderEliminarPertenece al segundo a "Rodriguez" que se lo dedicó a su padre.
Así es, Finchu. Ya que has recordado el álbum (se agradece), he copiado (y he colocado) de la entrada que dediqué a Silvio la información sobre ese tríptico, y que algún tema caerá otra vez por aquí no tardando mucho.
ResponderEliminarJose, Te dejaste la puerta abierta (que pareces de Madrid) con las prisas, y aquí no hay quien pare de frío.
ResponderEliminarMuy buenos los chistes, :)
ResponderEliminarNo me gustan mucho estos días. Y en especial las famosas tómbolas. Parece que los pobres sólo comieran estos días. Nada, una puñetera hipocresía.
Además, la mayoría estamos tristes. Muchas casas con problemas económicos.
Como para no estarlo, Ohma. Que no perdamos el temple, pero sí la resignación.
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