La comunidad autónoma de La Rioja está situada en el ángulo occidental del valle del Ebro, río que prácticamente le sirve de frontera en su parte norte. Limita con las comunidades de Castilla y León al sur y oeste, País Vasco al norte, Navarra al norte y al este y Aragón al este. El origen de su nombre, aunque los expertos no se ponen de acuerdo, parece que proviene de la comarca surcada por el río Oja, y esta denominación, Rioja, se fue aplicando progresivamente al conjunto de valles que integran actualmente todo el territorio regional. La capital es la ciudad de Logroño.
Pese a que son nueve los principales ríos que transcurren por La Rioja de sur a norte, la expresión Los siete valles se ha utilizado de forma casi poética para referise a la región.
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Dibujo de Ernesto Reiner
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La comarca denominada Rioja Alavesa, se extiende por el sur de la provincia de Álava, y su territorio no pertenece a la comunidad autónoma de La Rioja, pero forma parte de lo que sería una gran comarca natural, asimismo, denominada La Rioja.
La configuración física de La Rioja comprende una zona sur montañosa y una zona norte integrada por las tierras bajas (entre 600 y 300 m de altitud). La zona meridional está presidida por la gran sierra de la Demanda, los picos de Urbión, la sierra Cebollera, la sierra de Camero Viejo y la sierra de Camero Nuevo. La mayor elevación de la región es el pico de San Lorenzo (2.271 m).
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Valle de la Rioja Alta
Sierra de la Rioja Alta
Valle de la Rioja Media
Sierra de la Rioja Media
Valle de la Rioja Baja Sierra de la Rioja Baja |
Desde el punto de vista geográfico se suelen establecer tres comarcas: la Rioja Alta, la Rioja Baja y la Tierra de Cameros. La primera ocupa la parte noroeste de las zonas llanas y comprende la parte alta del valle del Ebro en esta región y los valles bajos de los ríos Tirón, Oja y Najerilla; la Rioja Baja se sitúa al este del río Iregua siguiendo la ribera del Ebro, hasta el río Alhama. La Tierra de Cameros constituye la zona montañosa del sur de la región, surcada por los valles altos de los ríos, Oja, Najerilla, Iregua, Leza y Cidacos.
En la La Rioja Alta domina el clima atlántico de suaves temperaturas (en invierno la mínimas se sitúan en los 4º C, y en verano las máximas de 15º a 22º) . La Rioja Alta tiene más precipitaciones que la Rioja Baja. Las temperaturas de estas dos zonas tienen un promedio que oscila entre los 11,8 y los 31,8 ºC y unas precipitaciones de 300 a 600 mm anuales. La zona oriental es llana y de tendencia mediterránea, aunque sus inviernos son fríos. La mayor diferencia de temperaturas se sitúa en sus sierras, donde en invierno se alcanzan temperaturas inferiores a los 0º C y 8ºC de promedio anual. y mayores precipitaciones, que alcanzan entre los 700 y los 1.000 mm anuales.
El cierzo, viento del noroeste, frío y húmedo, es frecuente durante el invierno y parte de la primavera.
Geográficamente La Rioja está delimitada al norte por el río Ebro (salvo la parte de la Sonsierra riojana) y al sur por la Cordillera Ibérica. De esta forma, las zonas más al norte forman valles amplios, aptos para la agricultura, mientras que las zonas montañosas al sur son más apropiadas para el aprovechamiento forestal y la ganadería.
El gran río de La Rioja es el Ebro, cuya depresión, situada en la parte septentrional de la región, está constituida por tierras aluviales que se adentran por los valles de sus afluentes: el Tirón, con el Oja, el Najerilla, el Iregua, el Leza,, el Cidacos y el río Alhama que transcurre entre tierras riojanas y navarras. Todos estos afluentes son cortos y con poco caudal, sobre todo en verano; el Tirón, Najerilla e Iregua disfrutan de un caudal más regular al tener embalses en sus cabeceras. Todos ellos conforman, en su parte baja, valles fértiles.
A pesar de ser pequeña en su extensión, tiene solamente 5.045 km2, en La Rioja se pueden encontrar casi todos los paisajes imaginables, excepto... el marítimo, pero tenemos el mar Cantábrico a tiro de piedra.
Tuvimos playa, pero... en el Ebro.
Un paseo fotográfico por La Rioja
Esto me huele a subvención del Gobierno Autonómico...
ResponderEliminarLa Rioja "Tierra Sagrada" para los crepusculares...
ResponderEliminar....vaya vaya, que allí no hay playa.
ResponderEliminar....vaya vaya, que allí no hay playa.
ResponderEliminarTierra Santa. No tengo perdón, de La Rioja prácticamente sólo conozco el vino, aunque lo conozco bastante bien.
ResponderEliminarFantástico post. El pitufo Gruñón encaja muy bien aquí.
No me voy a morir sin conocer La Rioja. Algún que otro vino he probado y fueron de lo mejor.
ResponderEliminarPero aparte, venía yo admirando esos paisajes y me encuentro con Van The Man y Los Chieftains. Una estocada directa al corazón.
Pues no, Gato. Cariño a la tierra nada más. Es lo único que nos falta... el mar. Pero en tiempos de los dinosaurios sí teníamos costa marítima, la misma (más menos) que tenéis vosotros ahora. Por eso hay tantas huellas de dinosaurio (no solamente hay una:)
ResponderEliminar(más o menos)grrrrrrrrr
ResponderEliminarGracias, Charlie. Pero ya ves que me limito a "recolectar" lo bueno que hacen muchas personas, sin eso, poco podría hacer yo.
ResponderEliminarLo otro, no te lo perdono, es imperdonable.
Pedazo de poema del santanderino Diego.
ResponderEliminar¿Mejores que los de La Rioja Argentina? Te digo esto, Carlos, porque hay cierta polémica por aquí con el uso del nombre "Rioja" para el vino por parte de los "riojanos" de allá.
ResponderEliminarNo solamente La Rioja, eh, toda España:)
La gente que conozco que ha estado por Argentina, en plan turismo, habla maravillas de ella al volver.
Pedazo de... poeta.
ResponderEliminarAlgunos... llevan planificando un viaje a la Argentina desde hace dos años o más. Para aprender tangos, dicen...
ResponderEliminarPor cierto, el grupo "Tierra Santa" es riojano.
ResponderEliminarYo años ha, probé algún vino argentino de gran calidad.
ResponderEliminarHoy día hacen buen vino en casi cualquier parte.
Seguramente. Pero la cultura del vino (la solera) que hay por aquí (y por otros lados también) no se hace de la noche a la mañana y de cualquier modo.
ResponderEliminarPero a un buen vino (y yo no tengo ni idea de vinos, pero sé distinguir -creo- un buen vino de uno malo) hay que recibirlo con alegría, venga de donde venga.
Argentina es hermosa. No la conozco toda, Creo que el cincuenta por ciento. Pero lo que sí te puedo asegurar es que algunas regiones te dejan sin aliento.
ResponderEliminarEn La Rioja, Argentina, en lo que se llama el departamento de Chilecito y en la zona del Cerro Famatina (donde hace muy poco el pueblo en una causa a nivel nacional expulsó a una minera que pretendía explotar sus riquezas a cielo abierto con la espuria anuencia del cuestionado gobernador) hay un vino, dicen, insuperable y de reconocimiento mundial que es el blanco Torrontés, cepaje tradicional de la región, producido para beber en fresco dadas las altas temperaturas de la provincia. Los Cabernet son buenos pero hasta por ahí nomás. Pertenecen a la bodega en la que un fucking ex presidente argentino tiene una porción minoritaria de acciones. Se pueden beber, pero no son gran cosa, como el mencionado sujeto.
En cambio los vinos por los que Argentina sí puede sacar pecho están en las provincias de San Juan y Mendoza, en especial, en donde encuentras la uva Malbec que es considerada una de las mejores del mundo, la cual llega a cultivarse también en la provincia de Salta e incluso en la de Río Negro en plena Patagonia, pese al frío. Lo mismo digo de los tintos Cabernet, Merlot, Syrah y Pinot Noir que son típicos de esas regiones.
Pero es poco lo que sé de vinos, aunque sí estoy en condiciones de afirmar que aprendo a pasos agigantados como asador, lo que me comprometo a demostrarles en caso de que ustedes vengan o yo vaya alguna vez para allá.
Una de las grandes mentiras nacionales es que el asado se hace solo, lo pones en la parrilla y ya. Nada que ver. Sin joda, haciendo asados aprendes de cada asador. De uno aprendes a hacer el fuego, del otro la altura, de un tercero el tiempo para dar vuelta la carne, del cuarto cómo y cuándo salarla, del quinto la dosificación de las brasas para que puedas servir a gusto de los comensales que te piden “jugoso”, “a punto” o “seco”, del sexto aprendes a elegir la carne que compras, que no sea de animal viejo, carne con grasa amarilla, del séptimo el tipo de carbón o de madera, y de otros asadores varias cuestiones más a tener en cuenta.
Bueno, no quiero aburrir. Me extendí demasiado. Me fui al carajo.
Está muy bien y se agradece la (interesante) información.
ResponderEliminarLo del expresidente... qué novedad ¿verdad? (estos expresidentes...)
Oye, ¡pero, cuanta gente para hacer un asado! :)
Por lo que contás de los vinos y las carnes de la Argentina dan ganas de piantarse a Buenos Aires ya.
ResponderEliminarSólo hay un lugar con buenos asadores como en Argentina. En Uruguay. Pero sólo hay un lugar con la mejor carne. Argentina. Aunque en la última década Brasil nos ha superado en stock ganadero. Pero todavía están en pañales en eso de asar los diferentes cortes de la carne.
ResponderEliminarYa nos comeremos un asado, Juan. O mejor dicho varios. Y regados con un buen Malbec. Sin soda y sin hielo. Así como es.
"Solo hay un lugar con la mejor carne... Argentina" (Pareces argentino:)
ResponderEliminarDe lo poco que nos va quedando.
ResponderEliminarJunto a la ternera de Campoo. Lo digo yo, antes de que lo haga Juan Nadie...
ResponderEliminarLo de echar hielo al vino, es pecado capital y merecedor de máxima pena...
ResponderEliminarJó, me has pisado el comentario, Gato.
ResponderEliminarEn lo de bautizar el vino (aunque sea con hielo, que a fin de cuentas es agua) estoy plenamente de acuerdo: juicio sumarísimo y fusilamiento al amanecer.
Con entrada de achuras y provoletas, Gato, abrimos ya perdí la cuenta qué botella de tinto, escuchando a Joachim Kuhn o la Suite Troileana o a Ben Webster hasta el amanecer así vemos el fusilamiento y nos vamos a dormir.
ResponderEliminarPor favor, que no disparen al pianista.
ResponderEliminarSi nos ponemos chulitos, hablaremos de la ternera de La Rioja (de la ezpañola).
Bah! Que me traigan una ternera de La Rioja y las comparamos con las de Campoo. Luego nos las comemos las dos, claro.
ResponderEliminar¡Qué saque!
ResponderEliminarNo olvidarse de los chichulines y el vacío.
ResponderEliminarNi, por descontado, del chimichurri...
ResponderEliminarY a este paso... de los michelines.
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