domingo, 23 de febrero de 2014

DOS DE PIANO





Michael Nyman - The Heart Asks Pleasure First 





El tamaño de las manos no es obstáculo para tocar el piano.
Unas manos grandes y con dedos largos pueden enfrentar con mayor ventaja muchas de las obras difíciles del repertorio pianístico, pero al mismo tiempo hacen más complicado tocar determinadas piezas en las que hay que tocar rápidamente distancias cortas. A unas manos pequeñas les ocurre lo mismo,  pero en las distancias largas del teclado.
La mayor dificultad que presenta el tener manos pequeñas, puede ser la rigidez que supone la extensión (interdigital)  casi máxima de los dedos constantemente, especialmente en la muñeca.

Las dificultades se salvan con : 


Trabajo, creatividad y pasión.





Alicia de Larrocha - Manuel de Falla





Los Estudios fueron uno de los géneros más frecuentados por el compositor romántico Federico Chopin. Sus Estudios se han convertido en piezas clave del repertorio de piano.
Un estudio es una composición musical corta, destinada a practicar la habilidad y la técnica en un instrumento solista, que en el caso de Chopin fue el piano.
A lo largo de su corta vida, el maestro polaco escribió veintisiete estudios, repartidos de la siguiente manera: doce en el Op. 10, doce en el Op. 25 y tres sin numerar para un libro de método.



Claudio Arrau - Federico Chopin








Mano de Chopin (Molde)
En una mano no es necesario mirar
 tanto el tamaño como otras cualidades más importantes: 
su estructura y proporciones, musculatura, agilidad, flexibilidad. 




El compositor polaco nacionalizado estadounidense Leopold Godowsky (1870-1938) hizo sus propios estudios basados en los Estudios de Chopin. Son 54 estudios, aunque a menudo se dice que son 53, pero el Estudio Op. 25, n.º 2 presenta dos versiones diferentes en la misma página. En veintidós de estos estudios de Godowsky la parte que toca la mano derecha en los de Chopin pasa a la izquierda. Esto es solo un ejemplo de la enorme dificultad que entrañan los Estudios de Godowsky sobre los estudios de Chopin.

Leopold Godowsky y Charles Chaplin
Al contrario que el resto de estudios anteriores, que pretendían practicar y conseguir la independencia de la acción de los dedos dirigida desde la muñeca, los estudios de Chopin requieren el uso de todo el brazo, desde el hombro hasta abajo. Por ejemplo, el Estudio Op. 10 n.º 1 consiste en una serie de acordes rotos cuya extensión es inalcanzable para una mano, por lo que es necesario utilizar el brazo para guiar a la mano y a los dedos de nota a nota. Asimismo, el Estudio Op. 25 n.º 10 es un estudio con octavas en ambas manos que exige movimientos poderosos y flexibles desde los hombros.

Leopold Godowsky (1870-1938) suele ponerse como ejemplo de alguien que pese a tener manos pequeñas, logró desarrollar una técnica impresionante.
Arthur Rubinstein (tampoco tenía los dedos largos), refiriéndose a Godowsky, afirmó una vez: me tomaría 500 años desarrollar una técnica así.

Las manos de Godowsky eran pequeñas pero fuertes, muy flexibles, la palma ancha con dedos bastante separados, algo muy importante para contrarestar el efecto de no poseer dedos largos. Si un pianista no puede alcanzar una décima sin forzar mucho la mano, con mayor razón tendrá dificultades en tocar acordes de décima donde hay otras notas en medio.


*



Aquejado de una gravísima enfermedad ósea, el pianista francés

  Michel Petrucciani, 

se consagró desde la infancia de manera casi exclusiva
 al estudio del piano y acabó por convertirse en uno de los músicos de jazz europeo de mayor renombre de todos los tiempos.
 Dotado de un virtuosismo extremo, su estilo intimista y romántico, que partía de la escuela de Bill Evans 
-del que era un ferviente admirador-, 
combinaba con inteligencia el lirismo y la sutileza con un ataque poderoso y percusivo.






Un grandes manos.
De formación clásica, Bill Evans estaba más que familiarizado con la música de Liszt, Debussy o Ravel, cuyas técnicas compositivas asimiló y plasmó en su lenguaje pianístico. Caracterizado por la depuración técnica, por una pasión fría y por esa elegancia tan europea, pronto se hizo un hueco en la escena del jazz hasta entonces dominada por músicos negros.








Las manos de Bill Evans,
 perfectamente atentas, 
sin un gesto inútil,
 siempre cerca de las teclas, 
como si fuera a extraer una savia fina y constante.

Laurent de Wilde



27 comentarios:

  1. De pibe se escuchaba en casa a la eximia Alicia de Larrocha. La Suite Española de Albéniz, por ejemplo. Al chileno Arrau le conocía de nombre, pero ahora lo descubro gran pianista. Michel fue y será un grande y a su estilo intimista y romántico le agregaría que tocaba, pese a todo, con alegría. De Bill Evans qué se puede decir que no haya sido dicho.

    ResponderEliminar
  2. Rubinstein es un monstruo sagrado. A Godowsky debo escucharlo.

    ResponderEliminar
  3. Extraordinarios pianistas todos ellos. De Godowsky tampoco yo sé nada.

    ResponderEliminar
  4. Quizá el que menos me guata es Michael Nyman.

    ResponderEliminar
  5. A pesar de que también me gustan, y mucho, Petrucciani y los demás. Nyman....

    ResponderEliminar
  6. Por cierto, Petrucciani, debido a su enfermedad, sufría durante algunos de sus conciertos rotura de clavículas, huesos de los dedos, etc. pese a los cual, inexplicabemente, seguía tocando.

    ResponderEliminar
  7. Increíble, Gato. Lo acostumbrado que tenía que estar al dolor para poder seguir tocando, eso, o que la música se le apoderaba:)

    ResponderEliminar
  8. Ya no vais a poder decir lo mismo, Charlie:

    http://www.youtube.com/watch?v=zIM2MSm1jOc
    http://www.youtube.com/watch?v=R65QEG_KidY

    Para mí, esa pieza de la película "El Piano" es una maravilla.

    ResponderEliminar
  9. Creo que fue con Alicia de Larrocha donde escuché por primera vez el piano en un disco. "Asturias" de Albéniz la tienes aquí si te aptece escucharla de nuevo, Carlos.

    http://deloposiblesesabedemasiado.blogspot.com.es/2013/02/cronica-ano-1935.html
    Y aquí... al monstruo:
    http://deloposiblesesabedemasiado.blogspot.com.es/2012/04/romanticismo.html

    ResponderEliminar
  10. Igual era la propia enfermedad la que le amortiguaba el dolor, vaya Vd. a saber... También pudieran haber sido los colocones.
    En cualquier caso, así lo refleja el documental "Petrucciani".

    ResponderEliminar
  11. Según su médico no se cuidaba mucho, no. Tuvo una vida corta, pero intensa.

    ResponderEliminar
  12. Gracias, Marian, investigaré sobre ella. Decía de Bill Evans, Gato, qué se puede decir que no haya sido dicho. Y la proeza fue tuya: poeta del jazz. Buenísimo.

    ResponderEliminar
  13. Ojalá fuese mía la frase, pero desgraciadamente es del crítico Gene Lees. Uno no llega a tanto.

    ResponderEliminar
  14. Pues gracias por los enlaces de Godowsky.
    En cuanto a Nyman, lo siento, pero no. Demasiado almibarado.

    ResponderEliminar
  15. A eso me refería exactamente, aunque para gustos...

    ResponderEliminar
  16. El piano... uno de los instrumentos mas difíciles, creo yo.
    Hay que tener el cerebro disociado, o dos, para poder manejar con independencia las dos manos.

    ResponderEliminar
  17. Anda que la guitarra bien tocada tampoco es manca, ¿eh?

    ResponderEliminar
  18. Yo también lo creo, Jose. Lo de bipolar ya sé por qué lo dices, porque la mano izquierda toca con la clave de Fa y la derecha con la de Sol.

    ResponderEliminar
  19. El instrumento que debe ser difícil, mejor dicho, imposible, es el ukelele.
    ¡Qué rico el piano en almíbar!

    ResponderEliminar
  20. Bueno, más que la manos, las parte izquierda y derecha del teclado del piano a partir del do central (Es lo poco que sé del piano:)

    ResponderEliminar
  21. la parte, la parte, la parte...
    las partes, las partes, las partes...

    ResponderEliminar
  22. Que no sepa la mano izquierda lo que hace la derecha, o a la viceversa.

    El ukelele es una cosa de los mismísimos demonios, fácil, fácil...

    ResponderEliminar
  23. Cuento chino. Es facilísimo.
    http://www.youtube.com/watch?v=2Am9yOpEDJQ

    ResponderEliminar
  24. Patético el muchacho, eso no se explica así, hombre.

    ResponderEliminar