LOS EJES DE MI CARRETA
Porque no engraso los ejes
me llaman abandonao
Si a mí me gusta que suenen
¿pa´ qué los quiero engrasaos ?
Es demasiado aburrido
seguir y seguir la huella
demasiao largo el camino
sin nada que me entretenga
No necesito silencio
Yo no tengo en qué pensar
Tenía, pero hace tiempo
ahura ya no pienso más
Los ejes de mi carreta
nunca los voy a engrasar
El nombre artístico supone un homenaje a Atahualpa, el último jefe inca trágicamente asesinado por los españoles, y Yupanqui es un vocablo que significa "el que viene de lejos".
Nació en el Campo de la Cruz, en Juan A. de la Peña, partido de Pergamino (al norte de la provincia de Buenos Aires) el 31 de enero de 1908.
A su padre, empleado ferroviario, le corría sangre india de varias generaciones, aunque el apellido Chavero es de origen gallego. Su madre era una guipuzcoana que emigró a Argentina.
Inicialmente estudió violín con el Padre Rosáenz, el cura del pueblo. Más tarde aprendió a tocar la guitarra en la ciudad de Junín con el concertista Bautista Almirón, quien sería su único maestro.
Atahualpa Yupanqui descubrió la música de Albéniz, Granados y Tárrega, y también las transcripciones para guitarra de obras de Schubert, Liszt, Beethoven, Bach, Schumann.
"La música es una de las cosas que puede salvar al mundo, porque un hombre que busca y encuentra y se solaza horas y días y años y años luz, a través de generaciones, con la belleza, ¿qué otra cosa puede querer que un mundo mejor?"
Compositor, guitarrista, cantante y escritor, ha dejado una obra cuyo conocimiento es esencial para acercarse al paisaje musical argentino, así como a sus costumbres, su entonación y su memoria. Yupanqui interpretó sus canciones no solo en Argentina, cantó con Edith Piaf en París en el año 1948 y dio cientos de conciertos en varios países europeos.
Atahualpa Yupanqui falleció en Nimes, Francia, el 23 de mayo de 1992. Se encontraba en la ciudad francesa para recibir un homenaje. Sus restos descansan en el Cerro Colorado, Provincia de Córdoba, República Argentina.
Sus canciones revelan un claro compromiso con la realidad sociopolítica.
EL POETA
Tú piensas que eres distinto
porque te dicen poeta
y tienes un mundo aparte
más allá de las estrellas
De tanto mirar la luna
ya nada sabes mirar
Eres como un pobre ciego
que no sabe adónde va
Vete a mirar los mineros
los hombres en el trigal
y cántale a los que luchan
por un pedazo de pan
Poeta de tiernas rimas
vete a vivir a la selva
y aprenderás muchas cosas
del hachero y sus miserias
Vive junto con el pueblo
no lo mires desde afuera
que lo primero es el hombre
y lo segundo, poeta
De tanto mirar la luna
ya nada sabes mirar
Eres como un pobre ciego
que no sabe adónde va
Vete a mirar los mineros
los hombres en el trigal
y cántale a los que luchan
por un pedazo de pan
porque te dicen poeta
y tienes un mundo aparte
más allá de las estrellas
De tanto mirar la luna
ya nada sabes mirar
Eres como un pobre ciego
que no sabe adónde va
Vete a mirar los mineros
los hombres en el trigal
y cántale a los que luchan
por un pedazo de pan
Poeta de tiernas rimas
vete a vivir a la selva
y aprenderás muchas cosas
del hachero y sus miserias
Vive junto con el pueblo
no lo mires desde afuera
que lo primero es el hombre
y lo segundo, poeta
De tanto mirar la luna
ya nada sabes mirar
Eres como un pobre ciego
que no sabe adónde va
Vete a mirar los mineros
los hombres en el trigal
y cántale a los que luchan
por un pedazo de pan
Su hijo, Roberto Chavero, habla de su padre...
Lejos del camino fácil del panfleto, Yupanqui mostró, en un profundo lenguaje poético y musical, que "se es libre a partir de saber relacionarse con los demás, desde lo mejor de cada uno".
El amor que significa conocer profundamente nuestra tierra, nuestras costumbres, nuestra historia de sangre, para ir limando todas aquellas facetas o tendencias a aprovecharnos de nuestras ventajas intelectuales o físicas para someter a los demás. Todo esto conformaba el espíritu de su persona y de su obra.
Aquel hombre de rasgos indígenas, expresión reconcentrada, serio, de pocas palabras y a veces gesto adusto que podía intimidar, era sin embargo, sumamente cariñoso, afectuoso y con gran sentido del humor. Era vital, de sangre caliente, de estar siempre atento a todo lo que sucedía y de intervenir apenas lo necesario. Prototipo del criollo pero con una formación intelectual sólida.
Atahualpa Yupanqui estudió guitarra de manera ortodoxa. Conocía los rudimentos técnicos, pero decidió tocar como un paisano. Conocía la música clásica, el respeto, la delicadeza, la búsqueda de lo estético de cualquier obra y trasladó esos conceptos a la música criolla. Logró que obras de origen popular tuvieran una estatura artística equivalente a cualquier obra de la música clásica. Toda su creación transcurrió por esos carriles. También la literaria. Su poesía estuvo centrada siempre en el hombre, su paisaje y los vínculos profundos con la tierra.
Yupanqui, consideraba que la única forma de encontrar un mundo de fraternidad e igualdad era a través de eso, del vínculo profundo con la tierra; de comprender lo que significa la tierra para el hombre.
Se preocupó más por ser un hombre íntegro que por ser una figura famosa. Su preocupación fue poder traducir, del mejor modo, lo mejor de la cultura que lo parió, que lo acunó. Encontraba en ella los valores necesarios para conformar esto que anhelamos todos y que es un mundo mejor.
Siempre fue reacio a todo lo que rodea a la fama y el éxito, tal como se concibe en el mundo de la música. Desestimó, por ejemplo, tocar en el Teatro Colón, o en el estadio Luna Park porque decía que no eran lugares para su guitarra. Rechazó los atajos que plantea el sistema de los medios de difusión. Con una guitarra, sus canciones criollas y su forma de pensar y decir lo que pensaba, terminó siendo reconocido en el mundo sin apoyo oficial, sin apoyo de las compañías discográficas.
Transitó por el sistema sin que el sistema lo comprara ni lo pudiera negar y se concentró en hacer las cosas con profundidad, esmero y entrega, buscando comunicarse con lo sensible de cada persona del público.
No buscó gloria, ni ganar dinero. Simplemente sintió la necesidad de trasmitir determinadas cosas que sentía que debían ser la vida".
PIEDRA Y CAMINO
Del cerro vengo bajando
camino y piedra
Traigo enredada en el alma, viday
una tristeza
Me acusas de no quererte
no digas eso
Tal vez no comprendas nunca, viday
por qué me alejo
Es mi destino
piedra y camino
De un sueño lejano y bello, viday
soy peregrino
Por más que la dicha busco
vivo penando
y cuando debo quedarme, viday
me voy andando
A veces soy como el río
llego cantando
y sin que nadie lo sepa, viday
me voy llorando
Es mi destino
piedra y camino.
De un sueño lejano y bello, viday
soy peregrino
El primer deber del hombre es definirse.
Ubicarse como testigo de un viejo pleito
entre la mentira y la verdad.
Y exponer, testimoniar.
Para llegar a esto debemos despojarnos de miserias interiores.
Tenemos que barrer el patio del fondo.
EL ÁRBOL, EL RÍO, EL HOMBRE
Al árbol ya cortado
No lo claves en tierra
Porque su copa seca
No engañará a los pájaros
Al dique que discurre
No le levantes vallas
Que allá en el aire libre
Cabalgarán las nubes
Al hombre desterrado
No le hables de su casa
La verdadera patria
Caro la está pagando
El árbol ya cortado
El río que discurre
Y el hombre desterrado
Caro lo están pagando
Tanto vivir entre piedras
Yo creí que conversaban
Voces, no he sentido nunca
Pero el alma no me engaña
Algún algo han de tener
Aunque parezcan calladas
Temblor, sombra o qué sé yo
Igual que si conversaran
Ojalá pudiera un día
vivir así, sin palabras
Al hombre desterrado
No le hables de su casa
La verdadera patria
Caro la está pagando.
CAMINO DEL INDIO
Caminito del indio
Sendero colla
Sembrao de piedras
Caminito del indio
Que junta el valle con las estrellas
Caminito que anduvo
De sur a norte
Mi raza vieja
Antes que en la montaña
La pachamama se ensombreciera
Cantando en el cerro
Llorando en el río
Se agranda en la noche
La pena del indio
El sol y la luna
Y este canto mío
Besaron tus piedras
Camino del indio
En la noche serrana
Llora la quena su honda nostalgia
Y el caminito sabe
Quién es la chola
Que el indio llama
Se levanta en el cerro
La voz doliente de la baguala
Y el camino lamenta
Ser el culpable
De la distancia
Cantando en el cerro
Llorando en el río
Se agranda en la noche
La pena del indio
El sol y la luna
Y este canto mío
Besaron tus piedras
Camino del indio
GUITARRA DÍMELO TÚ
Si yo le pregunto al mundo
el mundo me ha de engañar
Cada cual cree que no cambia
y que cambian los demás
Y paso las madrugadas
buscando un rayo de luz
Por qué, la noche es tan larga
guitarra, dímelo tú.
Los hombres son dioses muertos
de un templo ya derrumbao
Ni sus sueños se salvaron
solo una sombra ha quedao
Y paso las madrugadas
buscando un rayo de luz
Por qué, la noche es tan larga
guitarra, dímelo tú
Se vuelve cruda mentira
lo que fue tierna verdad
y hasta la tierra fecunda
se convierte en arenal
Y yo le pregunto al mundo
y el mundo me ha de engañar
Cada cual cree que no cambia
y que cambian los demás
Y paso las madrugadas
buscando un rayo de luz
Por qué, la noche es tan larga
guitarra, dímelo tú
Si yo le pregunto al mundo
el mundo me ha de engañar
Cada cual cree que no cambia
y que cambian los demás
Y paso las madrugadas
buscando un rayo de luz
Por qué, la noche es tan larga
guitarra, dímelo tú.
Los hombres son dioses muertos
de un templo ya derrumbao
Ni sus sueños se salvaron
solo una sombra ha quedao
Y paso las madrugadas
buscando un rayo de luz
Por qué, la noche es tan larga
guitarra, dímelo tú
lo que fue tierna verdad
y hasta la tierra fecunda
se convierte en arenal
Y yo le pregunto al mundo
y el mundo me ha de engañar
Cada cual cree que no cambia
y que cambian los demás
Y paso las madrugadas
buscando un rayo de luz
Por qué, la noche es tan larga
guitarra, dímelo tú
EL ALAZÁN
Era una cinta de fuego
galopando, galopando
Crin revuelta en llamaradas
mi alazán te estoy nombrando
Trepo las sierras con luna
cruzó los valles nevando
Cien caminos anduvimos
mi alazán te estoy nombrando
Oscuro lazo de niebla
te pialó junto al barranco
te pialó junto al barranco
¿Cómo fue que no lo viste?
¿Qué estrella andabas mirando?
En el fondo del abismo
ni una voz para nombrarlo
Solito se fue muriendo
mi caballo, mi caballo
En una horqueta del tala
hay un morral solitario
y hay un corral sin relinchos
mi alazán te estoy nombrando
Si como dicen algunos
hay cielos pa'l buen caballo
por ahí andará mi flete
galopando, galopando
Oscuro lazo de niebla
te pialó junto al barranco
¿Cómo fue que no lo viste?
¿Qué estrella andabas mirando?
En el fondo del abismo
ni una voz para nombrarlo
Solito se fue muriendo
mi caballo, mi caballo
VASIJA DE BARRO
Yo quiero que a mí me entierren
como a mis antepasados
en el vientre oscuro y fresco
de una vasija de barro.
Jorge Carrera Andrade
Cuando la vida se cubra
tras una cortina de años
vivirán a flor de tiempo
amores y desengaños.
Hugo Alemán [Cuando la vida se pierda / tras una cortina de años
/ vivirán a flor de tiempo / amores y desengaños.]
Arcilla cocida y dura
alma de verdes collados
Sangre y sueño de mis hombres
sol de mis antepasados
Jaime Valencia [Arcilla cocida y dura / alma de verdes collados
/ barro y sangre de mis hombres / Sol de mis antepasados]
De ti nací y a ti vuelvo
arcilla, vaso de barro
Y en mi muerte yazgo en ti
en tu polvo enamorado
como a mis antepasados
en el vientre oscuro y fresco
de una vasija de barro.
Jorge Carrera Andrade
Cuando la vida se cubra
tras una cortina de años
vivirán a flor de tiempo
amores y desengaños.
Hugo Alemán [Cuando la vida se pierda / tras una cortina de años
/ vivirán a flor de tiempo / amores y desengaños.]
Arcilla cocida y dura
alma de verdes collados
Sangre y sueño de mis hombres
sol de mis antepasados
Jaime Valencia [Arcilla cocida y dura / alma de verdes collados
/ barro y sangre de mis hombres / Sol de mis antepasados]
De ti nací y a ti vuelvo
arcilla, vaso de barro
Y en mi muerte yazgo en ti
en tu polvo enamorado
Jorge Enrique Adoum
De su eterna compañera, la guitarra, Yupanqui dijo:
"Este instrumento se hizo presente en mi vida desde las primeras horas de mi nacimiento. Con el sonido de la guitarra alcanzaba el sueño. Eran vidalas o cifras que tocaban mis padres y tíos y que conformaban el marco sonoro que me acompañaría toda la vida. Porque además de aquellos a los que estaba unido por el extraño vínculo de la sangre, estaban los otros... los que la vida colocaba en el camino. Los que se reunían en torno a un fogón amistoso con un canto concentrado, serio, que tenía una magia especial.
Atahualpa Yupanqui por Oswaldo Guayasamín |
EL ARRIERO
En las arenas bailan los remolinos
el sol juega en el brillo del pedregal
y prendido a la magia de los caminos
el arriero va
el arriero va
Es bandera de niebla su poncho al viento
lo saludan las flautas del pajonal
y animando a la tropa por esos cerros
el arriero va
el arriero va
Las penas y las vaquitas
se van por la misma senda
Las penas y las vaquitas
se van por la misma senda
Las penas son de nosotros
las vaquitas son ajenas
Las penas son de nosotros
las vaquitas son ajenas
Un degüello de soles muestra la tarde
se han dormido las luces del pedregal
y animando a la tropa, dale que dale
el arriero va
el arriero va
Amalaya la noche traiga recuerdos
que hagan menos pesada la soledad
Como sombra en la sombra por esos cerros
el arriero va
el arriero va
Las penas y las vaquitas
se van por la misma senda
Las penas y las vaquitas
se van por la misma senda
Las penas son de nosotros
las vaquitas son ajenas
Las penas son de nosotros
las vaquitas son ajenas
Y prendido a la magia de los caminos
el arriero va
el arriero va
Cuando muere un poeta, no deberían enterrarlo bajo una cruz, sino que deberían plantar un árbol encima de sus restos. Así lo pienso yo, por cuanto, con el tiempo, ese árbol tendrá ramas y un nido y en él nacerán pájaros. De ese modo, el silencio del poeta, se volverá golondrina.
Atahualpa Yupanqui
Hay que volver a escuchar a Atahualpa, hoy muy injustamente olvidado o semiolvidado.
ResponderEliminarMagnífico post. Me ha encantado el recitado del poema de Cortázar, que no conocía.
Totalmente de acuerdo. Hoy lo hubieran condenado al ostracismo.
ResponderEliminarMuy bien incluído el retrato de Guayasamín.
ResponderEliminarTenía una voz intimista,de esas voces que a mí me entran al alma.
ResponderEliminarLa canción del arriero es bellísima.
Has hecho un extenso y merecido homenaje a un gran cantante y, seguramentem gran persona.
Yo también lo creo, Charlie. ¿Te los imaginas jugando al ajedrez?, qué dos, eh.
ResponderEliminarDe Cortázar dijo una vez Atahualpa Yupanqui:
"Coincidimos en esos pequeños poemas donde él desnuda su humildad universal. No cuando él se siente domador de las distancias y las palabras"
El retrato de Guayasamín se me olvidó colgarlo ayer:)
A algunos ya les gustaría, Gato, seguro que sí. En su día sí que fue torturado, también conoció el exilio.
ResponderEliminarEra humilde, pero no era de los que se dejaba manejar, ni el ostracismo podría con él.
No creas Ohma:) En lo de merecido, desde luego que sí, pero extenso, creo que no. Cuando me gusta algo, recopilo tanta información que luego me encuentro con el dilema de qué poner. La vida de Atahualpa (y su obra) es muy interesante e intensa, merece la pena conocerla, hay bastantes páginas sobre él.
ResponderEliminarEs triste la de "El arriero", pero bellísima, ciertamente.