 |
| TRÍO DE DAMAS DEL JAZZ. UN RECITAL ÚNICO |
Tomen sus asientos,
pidan sus bebidas y disfruten.
pidan sus bebidas y disfruten.
(Está permitido fumar)
BLUE MOON
STORMY WEATHER
ALL OF ME
THE MAN I LOVE
SUNSHINE OF YOUR LOVE
SUMMERTIME
ROUND MIDNIGHT
MISTY
MY FUNNY VALENTINE
MY FUNNY VALENTINE
Este post sí que me gusta. Ella, Sarah, Billie. Las hemos escuchado tantas veces..., pero las seguiremos escuchando.
ResponderEliminarPocos roqueros pueden decir que les ha versionado Ella Fitzgerald. Eric Clapton y Jack Bruce sí pueden hacerlo.
ResponderEliminarTan difícil ha sido conseguir reunirlas a las tres:) como seleccionar los temas, porque hay tanto y bueno...
ResponderEliminarY a los Beatles también Ella, más Sarah Vaughan, claro.
(Ay perdón, los he nombrado)
Junto con Anita O'Day las más grandes.......en mi opinión.
ResponderEliminarHabrá algún recital más, y estará Amita O´Day también.
ResponderEliminarEstoy sorprendido por la versión del tema de Cream, no sabia que existía.
ResponderEliminarTodo lo demás lo he oído muchas veces pero como dice Juan, no cansa volver sobre ello.
Las tres mejores cantantes de jazz de todos los tiempos, pero el Gato a estado fino: Anita es comparable también.
ha estado, claro
ResponderEliminarYo tampoco conocía esa versión, pero en que te pones a hacer algo, te aparecen cosas nuevas.
ResponderEliminarAnita formará otro trío.
No te preocupes, yo he escrito "Amita":)
O mucho me confundo o las carátulas de entrada a cada artista son tuyas, verdad?
ResponderEliminarEstán muy bien.
Cuenta Billie Holiday en su autobiografía "Day sings the blues", que a pesar de haber ayudado a Sarah Vaughan en su carrera, cuándo Billie tuvo problemas de drogas, ésta volvió la cabeza negándole el saludo, al parecer siguiendo instrucciones de su esposo .
ResponderEliminarEstiraos!!!
ResponderEliminarEstás en lo cierto, Jose, son mías (ahora de cualquiera que le venga bien:).
ResponderEliminarYa ves que son muy sencillas, pero me gusta que te gusten.
Que no eran estiraos, eran despistaos.
ResponderEliminarLas autobiografías hay que leerlas con cierto recelo; la memoria selectiva y el color con que se mira producen milagros, casi siempre a favor del protagonista.
Si fuera verdad, muy mal por las dos cosas.