Eran los indios, los vaqueros, los caballos, las caravanas, el fuerte...
Eran de plástico duro, pero tomaban vida cada vez que se sacaban de su caja de cartón.
Ghost riders in the sky
Willie Nelson, Johnny Cash, Kris Kristofferson, Waylon Jennings
LOS NATIVOS
AMERICANOS EN EL CINE DEL OESTE
(un pequeño recorrido por los años 50, 60 y 70)
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(un pequeño recorrido por los años 50, 60 y 70)
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A la generación que creció con el cine sonoro, Hollywood le ofreció unos estereotipos raciales falsos, pero aplastadamente convincentes. Ignoró o distorsionó la historia. El cine norteamericano (al menos hasta 1950) se limitó a reproducir mitos y leyendas, mostrando con respecto a los indios unos sentimientos de superioridad y racismo que complementaban los desplegados frente a los negros.
Pero a comienzos de los años 50, se produjo un cierto cambio. Los norteamericanos nativos habían combatido en la Segunda Guerra Mundial, y en el Sur comenzaba a perfilarse el movimiento por los derechos civiles. No obstante, hubo que esperar hasta finales de los 60 para que los libros recuperasen la verdadera historia de los aborígenes de Estados Unidos y su cultura, haciendo que los blancos se dieran cuenta por primera vez del genocidio que habían cometido.
THE SHADOWS
APACHE (1960)
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De todos los títulos realizados en la década de los 50, APACHE, de Robert Aldrich, es el que ofrece un estudio más convincente de un personaje indio y de las manipulaciones sentimentales, y el "buen salvaje" encarnado por Burt Lancaster estaba pensado para conseguir un éxito de taquilla, pero la película condenaba sin ambages a la sociedad blanca.
En THE LAST FRONTIER (1950), de Anthony Mann, Víctor Mature interpretaba al explorador mestizo Jed Cooper. En esta película se reconocía la necesidad de la colonización de nuevas tierras para blancos, pero también la de espacios abiertos y libertad para los indios.
Pero la película de este periodo más rica y compleja en cuanto a su análisis de las actitudes raciales fue sin duda YUMA (1957), de Samuel Fuller, sobre un excombatiente del Sur que se integra en los Sioux y se va a casa con una india: Rod Steiger y nuestra bellísima Sara Montiel eran sus intérpretes.
Nadie contribuyó más a crear la imagen convencional de los indios que John Ford. Pero, ya en CENTAUROS DEL DESIERTO (THE SEARCHES -1956-) ofreció una interesante alegoría de las nuevas realidades con las que tenía que enfrentarse Norteamérica al comienzo del nacimiento del movimiento pro derechos civiles. El final de Centauros del desierto es quizá demasiado "limpio" y "perfecto", pero la película reflejaba la preocupación sentida por Hollywood en relación con temas tales como la raza, las uniones mixtas y la posibilidad de una comunidad integrada.
Algunos años después, Ford ofreció EL GRAN COMBATE (CHEYENNE AUTUM, 1964), verdadero acto de desagravio y reparación a los indios por parte de uno de los hombres que más había contribuido a desprestigiarlos. No obstante, como película, es inferior a Centauros del desierto y a LOS DIENTES DEL DIABLO (THE SAVAGE INNOCENTS, 1959), de Nicholas Ray, sobre una de las tribus de América del Norte más ignoradas y despreciadas, la de los esquimales de Alaska.
Mark Knopfler - Why aye man
Posteriormente se realizaron películas que pretendían reflejar el trauma de Vietnam, películas que presentaban a los viejos héroes (Custer, Búffalo Bill, etc.) como verdaderos bufones, y otras en las que se condenaban la opresión de los indios y toda la sangre inúltimente vertida: EL VALLE DEL FUGITIVO (THE THEM WILLIE BOY IS HERE, 1969), SOLDADO AZUL (SOLDIER BLUE), PEQUEÑO GRAN HOMBRE (ambas de 1970) y LA VENGANZA DE ULZANA (ULZANA´S ROID, 1972), BILLY JACK (1971).
Más adelante, el cine de Hollywood empezó a presentar al indio como encarnación de lo sobrenatural. Chief Brindem (Will Sampson) en ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO (1975) es el espíritu de la sabiduría muda en un manicomio americano, el hombre que proporciona un piadoso final al atormentado héroe blanco y se esfuma luego en el bosque.
El hotel Overlook de EL RESPLANDOR (1980) está contruido sobre un antiguo cementerio indio.
Fin del recorrido con un recuerdo especial a una buena película.
LITTLE BIG MAN
-1970-
-1970-
(PEQUEÑO GRAN HOMBRE)
DIRECTOR | Arthur Penn |
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GUIÓN | Calder Willingham (Novela: Thomas Berger) |
MÚSICA | John Hammond |
FOTOGRAFÍA | Harry Stradling Jr. |
REPARTO | Dustin Hoffman, Faye Dunaway, Martin Balsam, Richard Mulligan, Chief Dan George, Jeff Corey, Amy Eccles, Kelly Jean Peters, Alan Howard |
PRODUCTORA | 20th Century Fox |
La valentía de Jack durante un ataque a los Pawnees le vale el sobrenombre de "Pequeño Gran Hombre", pero un encuentro con la Caballería le hace volver a la civilización de los blancos.
De su educación se encargan el reverendo Pendrake y su cariñosa esposa y posteriormente el falso médico y sacamuelas, Alardyce T. Merriweather, pero es Caroline quien le introduce en las armas de fuego.
Jack se convierte en pistolero y se hace amigo de Wild Bill Hickok y se casa con Olga, una inmigrante sueca capturada luego por los indios. Jack se une a la caballería de Custer para intentar encontrarla, pero deserta durante un ataque contra los cheyennes.
En su huída se encuentra con Sunshine (Rayo de sol), una mujer india que acaba de dar a luz. Vuelven al campamento de Old Lodge Skins y Rayo de Sol se convierte en la nueva esposa de Jack.
No obstante su felicidad se verá interrumpida a causa de un nuevo ataque de Custer. Jack logra rescatar al viejo jefe, pero Rayo de Sol y su hijo caen muertos junto con el resto de los cheyennes.
Tras un fracasado intento de matar a Custer, Jack se convierte en alcohólico y decide vivir como un eremita.
No obstante, deja que Custer le contrate como explorador. Completamente loco, Custer se lanza a una batalla desesperada en Little Big Horn.
Jack es salvado por Oso Joven y se une nuevamente a los indios, reencontrándose nuevamente con Old Lodge Skins. Juntos se dirigen a un lugar de descanso de los cheyennes, en el que el viejo jefe se dispone a morir. Comprende sin embargo, que no ha llegado su hora, y él y Jack vuelven al campamento.
Jack termina su relato y el entrevistador se marcha, dejándole solo.
* * *
* * *
Para los indios norteamericanos todos los elementos de la naturaleza poseían un espíritu propio. Esto se manifiesta en la importancia de los animales en mitos y creencias
Pocas culturas a lo largo de la historia de la humanidad han estado tan estrechamente vinculadas e integradas en la naturaleza, como la forma de vida de los indios norteamericanos. Para ellos, todos los elementos que les rodeaban, animados e inanimados, estaban espiritualmente vivos: los árboles, las montañas, el agua o el viento eran seres con vida y conciencia propia. Los indios entendían que los árboles o el viento susurraban multitud de consejos, amenazas o advertencias y que eran la morada de poderosos espíritus.
Pocas culturas a lo largo de la historia de la humanidad han estado tan estrechamente vinculadas e integradas en la naturaleza, como la forma de vida de los indios norteamericanos. Para ellos, todos los elementos que les rodeaban, animados e inanimados, estaban espiritualmente vivos: los árboles, las montañas, el agua o el viento eran seres con vida y conciencia propia. Los indios entendían que los árboles o el viento susurraban multitud de consejos, amenazas o advertencias y que eran la morada de poderosos espíritus.
Si la imaginación india ya atribuía a los fenómenos naturales y los objetos inánimes las cualidades de la vida y el pensamiento, a los animales los situaba en un escalón superior. El indio, en continuo contacto con la naturaleza, había observado bien a los habitantes de los bosques y las praderas, y sentía un profundo respeto y admiración por sus aptitudes y habilidades instintivas.
Cuando los indios observaban estas habilidades, quedaban impresionados por la superioridad manifiesta de los diversos animales sobre ellos mismos, y era tanta la influencia que ejercía esa sensación de superioridad que, si codiciaban cierta cualidad, se ponían bajo la protección de aquel animal que la representara.
Y viceversa: si una persona o incluso una tribu entera, poseía o se le atribuían unas cualidades especiales, recibían el nombre del animal que mejor las simbolizara. De ahí la multitud de nombres indígenas en los que aparece un animal, valgan como ejemplo los conocidos Toro Sentado, Caballo Loco o Águila Guerrera, etc.
Desde su punto de vista, el Sol y la Tierra fueron los padres de toda la vida orgánica. Del Sol, como padre universal, procede el principio dador de vida en la naturaleza, y en el paciente y fructífero vientre de nuestra madre, la Tierra, se esconden los embriones de plantas y hombres.
Los elementos y las fuerzas majestuosas de la naturaleza, el Relámpago, el Viento, el Agua, el Fuego y el Hielo, eran vistos con asombro como poderes espirituales, pero siempre secundarios y de carácter intermedio. Creían que el espíritu penetra en toda la creación y que cada criatura posee un alma en algún grado, aunque no necesariamente un alma consciente de sí misma. El árbol, la cascada, el oso gris, cada uno es una fuerza personificada y como tal era objeto de reverencia.
Tenía fe en los instintos de los animales, como en una sabiduría misteriosa dada desde lo alto. Y aunque aceptaba humildemente el sacrificio supuestamente voluntario de sus cuerpos para preservar el propio, rendía homenaje a sus espíritus mediante rezos y ofrendas prescritas.
Cuando en el curso de la cacería diaria el cazador se topaba con una escena impresionantemente hermosa y sublime, una nube negra de tormenta con la cúpula luminosa del arco iris sobre una montaña, una cascada blanca en el corazón de una cañada verde, una vasta pradera teñida con el rojo sangre del atardecer, se detenía por un instante en actitud de adoración. No veía necesidad alguna de apartar un día entre siete como día sagrado, pues para él todos los días lo eran.
Al estar conectados de una manera especial con la naturaleza, la vida transcurría en una interrelación y un diálogo permanentes con todos sus elementos, objetos, plantas, animales, a los que dotaban de alma. Dicha atribución de vida interior al entorno, les llevó al desarrollo de un profundo conocimiento e interpretación de sus símbolos, a poder dialogar con el medio en el que habitaban, y a adquirir ese estupendo criterio de gestión de los recursos de la tierra sin dañarla, consumiendo, aprovechando y economizando de manera inteligente y consciente.
Esa profunda conexión está también presente en sus manifestaciones culturales, especialmente en su música. Cada momento, causa, intención, sentido, tiene un acompañamiento en forma de danza o cántico que representa una especie de canalización de su energía implícita mediante la voz, tambores y pequeños shakers o sonajeros (usados como resonadores para conectar con tipos concretos de vibración) y algunos instrumentos de viento construidos con madera o hueso.
Cada instrumento responde en su forma a un uso concreto. Por ejemplo, los tambores circulares representan la tierra y la vida y se tocan imitando el ritmo de los latidos del corazón.
Álbum :Parallel Dreams
Huron 'Beltane' Fire Dance
Loreena McKennitt
*
Tribus del Desierto
Apaches, navajo, seri,
tarahumara, hopi, yuma, zuni y pima
Tribus de las Praderas
Pawne, Pies Negros, Atsina,
Assiniboin, Osage, Poncas,
Omaha, Crow, Sioux, Hidatsa,
Cheyenne, Comanche, Kiowa y Arapahoe
Tribus de la Costa oeste
Tlingit, Makah, Salish, Chinook,
Haida, Kwakiutl, Nootka y Tsimshian
Los Bosques del Norte
Micmac, Abenaki, Mahican,
Iroqueses, Huron, Sauk-Fox, Ojibwa,
Otawa, Potawatoni, Winebago, Algonquin, Menominee,
Kickapoo, Illinois, Shawne,
Miami, Secotano, Powhatan, Delaware, Narraganset y Wampanoag
Los Bosques del Sur
Apalache, Timucua, Calusa, Creek,
Cherokee, Seminola, Yuchi, Catawba,
Natchez, Choctaw, Chicasaw
Tribus del Oeste
Washoes, Shoshone, Paiute, Ute, Bannock,
Spokane, Walla walla, Cayuse,
Yakima, Thompson, Nez percé, Flathead, Kutenai
Tribus de California
Mojave, Miwok, Pomo, Yurok,
Karok, Hupa, Tolowa, Modoc
Tribus del Frío Norte
Aleutianos, Yupik, Inuit, Aivilingmiut,
Yellowknives, Kutchin,
Tanana, Dogrib, Cree, Naskapi, Montagnais
*
***
Ghost riders in the sky
An old cowboy went riding out one dark and windy day
Upon a ridge he rested as he went along his way
When all at once a mighty herd of red eyed cows he saw
A-plowing through the ragged sky and up the cloudy draw
Their brands were still on fire and their hooves were made of steel
Their horns were black and shiny and their hot breath he could feel
A bolt of fear went through him as they thundered through the sky
For he saw the Riders coming hard and he heard their mournful cry
Yippie yi Ohhhhh
Yippie yi yaaaaay
Ghost Riders in the sky
Their faces gaunt, their eyes were blurred, their shirts all soaked with sweat
He's riding hard to catch that herd, but he ain't caught 'em yet
'Cause they've got to ride forever on that range up in the sky
On horses snorting fire
As they ride on hear their cry
As the riders loped on by him he heard one call his name
If you want to save your soul from Hell a-riding on our range
Then cowboy change your ways today or with us you will ride
Trying to catch the Devil's herd, across these endless skies
Yippie yi Ohhhhh
Yippie yi Yaaaaay
Ghost Riders in the sky
Mark Knopfler - Why aye man
We had no way of staying afloat,
We had to leave on a ferryboat.
Economic refugees,
On the run to Germany.
We had the back of Maggie's hand,
Times were tough in Geordieland.
We got wor tools and working gear
And humped it all from Newcastle to here.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
We're nomad tribes, travelling boys,
In the dust and dirt and the racket and the noise.
Drills and hammers, diggers and picks,
Mixing concrete, laying bricks.
There's English, Irish, Scots, the lot.
United Nations' what we've got.
Brickies, chippies, every trade.
German building, British made.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
Nay more work on Maggie's farm.
Haddaway down the autobahn.
Mine's a Portakabin bed,
Or a bunk in a Nissen hut instead.
There's plenty Deutschmarks here to earn.
And German tarts are wunderschön.
German beer is chemical free.
Germany's alright with me.
Sometimes I miss my river Tyne,
But you're my pretty fräulein.
Tonight we'll drink the old town dry,
Keep wor spirit levels high.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
Sometimes I miss my river Tyne,
But you're my pretty fräulein.
Tonight we'll drink the old town dry,
Keep wor spirit levels high.
Sometimes I miss my river Tyne,
But you're my pretty fräulein.
Tonight we'll drink the old town dry,
Keep wor spirit levels high.
We had to leave on a ferryboat.
Economic refugees,
On the run to Germany.
We had the back of Maggie's hand,
Times were tough in Geordieland.
We got wor tools and working gear
And humped it all from Newcastle to here.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
We're nomad tribes, travelling boys,
In the dust and dirt and the racket and the noise.
Drills and hammers, diggers and picks,
Mixing concrete, laying bricks.
There's English, Irish, Scots, the lot.
United Nations' what we've got.
Brickies, chippies, every trade.
German building, British made.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
Nay more work on Maggie's farm.
Haddaway down the autobahn.
Mine's a Portakabin bed,
Or a bunk in a Nissen hut instead.
There's plenty Deutschmarks here to earn.
And German tarts are wunderschön.
German beer is chemical free.
Germany's alright with me.
Sometimes I miss my river Tyne,
But you're my pretty fräulein.
Tonight we'll drink the old town dry,
Keep wor spirit levels high.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
Why aye man.
Why aye, why aye man.
Why aye man,
Why aye, why aye man.
Sometimes I miss my river Tyne,
But you're my pretty fräulein.
Tonight we'll drink the old town dry,
Keep wor spirit levels high.
Sometimes I miss my river Tyne,
But you're my pretty fräulein.
Tonight we'll drink the old town dry,
Keep wor spirit levels high.