Absolutamente nada. Lo que no se ha tenido o conocido... no se puede perder:) Musicalmente fue una buena época que dio mucho de sí, dependiendo de los gustos, claro. Mi memoria musical abarca los 60, 70 y 80. A partir de los 90 ya no tengo tanta.
Yo sigo teniendo en casa unas 500 o 600 cassettes (habría que contarlas) de todo tipo de música. No pienso deshacerme de ellas, aunque se me conviertan en fósiles.
Yo no tengo tantas, pero ahí siguen, tan monas, cada una con sus nombre. No se podrá comparar con el sonido de lo de ahora, pero tampoco quise deshacerme de ellas.
Esta es la década, que por circunstancias personales y profesionales, desconozco absolutamente. ¿Me habré perdido algo?
ResponderEliminarAbsolutamente nada. Lo que no se ha tenido o conocido... no se puede perder:)
ResponderEliminarMusicalmente fue una buena época que dio mucho de sí, dependiendo de los gustos, claro.
Mi memoria musical abarca los 60, 70 y 80. A partir de los 90 ya no tengo tanta.
Buena selección, y muy buena la fotografía de la cinta fósil.
ResponderEliminarNeil Forever Young, uno de mis héroes, que viene dejando su huella ya desde Buffalo Springfield...
ResponderEliminar¿Has visto, Charlie? Nada que envidiar a un trilobite. Se han quedado en la prehistoria tecnológica, pero... qué bien nos vinieron.
ResponderEliminarForever and ever:)
ResponderEliminarBienvenido, Carlos.
Yo sigo teniendo en casa unas 500 o 600 cassettes (habría que contarlas) de todo tipo de música. No pienso deshacerme de ellas, aunque se me conviertan en fósiles.
ResponderEliminarYo no tengo tantas, pero ahí siguen, tan monas, cada una con sus nombre.
ResponderEliminarNo se podrá comparar con el sonido de lo de ahora, pero tampoco quise deshacerme de ellas.
Porque tenéis el síndrome de Diógenes...
ResponderEliminarPues yo por el diván no paso...
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