PAISAJES DE OTOÑO ACOMPAÑADOS POR:
DUKE ELLINGTON
JOHN COLTRANE
In a sentimental mood
De esta versión, extraída del disco "Duke Ellington & John Coltrane", tiene buena parte de culpa Bob Thiele, un personaje peculiar que pasó de pinchadiscos a productor de vinilos tan recordados como "What A wonderful World" de Louis Armstrong o "A love supreme" de John Coltrane y que, entre otras iniciativas, dirigió la compañía discográfica Impulse. En 1962, año en que se grabaron discos del calibre de "The Brigde" de Sonny Rollins o "Time Out" de Dave Brubeck, Bob Thiele propició el encuentro y la grabación de este disco. Probablemente, las intenciones del productor no fueran otras que la de conseguir un éxito comercial pero nos dejó esta versión, que es la versión, de “In a Sentimental Mood“.
La unión de Duke Ellington, un tipo que tocaba el piano maravillosamente y que tenía tal dominio de la orquesta que algunos han afirmado que la orquesta era su instrumento, y de John Coltrane, un músico todo elevación, elegancia, entusiasmo, tenía que dejarnos necesariamente alguna muestra del mejor jazz. Hacía unos treinta años que Ellington la había compuesto (1935) y eran unos treinta años los que separaban las biografías de Duke, con sus 65 años de orquestas y jazz, de los 37 de un John Coltrane que para entonces, ya había participado en la grabación de algunas de las piezas más codiciadas de la historia del jazz. Treinta años que no son nada cuando ambos genios se ponen a la tarea y la música fluye manera tan atemporal como sutil y emocionante.
Desde la primera nota del tema, Ellington marca un tono intimista que, en la reiteración, logra un ambiente que invita a la reflexión y el recogimiento. Luego, el poderoso y delicado saxo de Coltrane aporta lirismo, delicadeza y profundidad. Junto a ellos, la batería del Elvin Jones cumpliendo el papel de eficaz acompañamiento, sin grandes alardes ni floritura, y el más apagado y casi intrascendente bajo de Aaron Bell. Pasado el primer arrebato lírico, hay un momento de una gran belleza musical cuando Coltrane se toma un respiro. Entonces, Duke nos ofrece un piano excepcional para recordar que su magia desborda todas las categorías, penetra en todos los terrenos e irrumpe amablemente en los acordes y para demostrarnos que si su instrumento era la orquesta, también lo fue el piano.
Una obra de arte realizada por dos músicos distintos que confluyen a favor del jazz.
ResponderEliminarY que no nos cansamos de escuchar.
ResponderEliminarAunque afecta a más sentidos que el del oído.
ResponderEliminarExcepcional versión, muy adecuada para el otoño, que por cierto es la estación que más me gusta.
ResponderEliminarY a mí.
ResponderEliminarBonito y sereno vídeo, como corresponde a la época.
ResponderEliminar¿Tenéis el disco completo?
ResponderEliminarYo no, ¿lo tienes tú? Pues, ya sabes.
ResponderEliminarYo tampoco, pero lo puedo tener y en cuanto lo tenga lo coloco a la derecha para que se pueda descargar (si recuerdo cómo se agrupa).
ResponderEliminarSe alegra la "vídeoaficionada" (que me lo ha dicho) porque te resulte así.
Ya está, ¿dónde?, hay que buscarlo.
ResponderEliminarYa está pillao, gracias.
ResponderEliminarBien hecho.
ResponderEliminarDe gracias nada, 7x5=35. Treinta y cinco euros que me debes.
Vale, habla con mi contable.
ResponderEliminar"La plata, mi papá" (Leo Messi)