jueves, 21 de marzo de 2013

DO YOU SPEAK ENGLISH?





Tribuna:LA CUARTA PÁGINA
elpaís-com

Fernando Galván



¿Por qué nos cuesta tanto hablar inglés? ¿Es que hay entre los españoles algún gen reacio a esa lengua? Naturalmente, la respuesta ha de ser negativa. No hay nada orgánico, ni étnico, en el hecho de que el porcentaje de españoles capaz de comunicarse fluidamente en inglés sea muy inferior al de la población nórdica, la germánica o incluso la de algunos países eslavos. Los motivos son de tipo cultural, educativo y, evidentemente, también lingüísticos.

Comencemos por estos últimos. El español, y nuestras otras lenguas románicas (a las que habría que añadir también el vasco), no pertenecen a la familia lingüística del inglés, que es el grupo de lenguas germánicas. Es obvio que resulta mucho más fácil para un español aprender gallego, catalán, italiano o francés que sueco, alemán, o inglés. La gramática y, sobre todo, el vocabulario suelen ser muy parecidos entre las lenguas de una misma familia.

Pero esta explicación nos vale solo en parte. ¿Por qué nuestros vecinos portugueses hablan mejor inglés que los españoles? Uno de los motivos es de índole lingüística, y tiene que ver con los diferentes sistemas vocálicos del castellano y del portugués, lo que explica también que, tratándose de dos lenguas cercanas (y mutuamente inteligibles en su expresión escrita), ofrezcan tantas dificultades para su mutua comprensión oral, al menos para los hispanohablantes.

Los diferentes sonidos vocálicos del portugués suponen una barrera inicial para los hablantes de español, que armados con nuestro sencillo sistema de cinco vocales, nos sorprendemos ante la diversidad lusa. Por eso, la dificultad que experimentamos los hispanohablantes cuando nos enfrentamos al aprendizaje del sistema de 12 vocales del inglés es superada con facilidad por los portugueses. Si uno está acostumbrado a que en su lengua materna una "a" no siempre suena igual, poco le costará adaptar el oído (y la pronunciación) a un sistema que, aunque distinto, se basa en la diferenciación no entre cinco sino entre más del doble de vocales. En cambio, los españoles luchamos denodadamente durante décadas por distinguir entre ship y sheep, entre latter y letter, entre cut, cot y caught, etcétera.

Otra explicación se halla en el entorno socio-cultural en el que nos movemos, y sobre todo, en los medios audiovisuales que nos rodean. Es un hecho demostrado que una lengua se aprende más fácilmente si existe un entorno propicio en el que los sujetos están "expuestos" a la lengua en una gama variada y múltiple de circunstancias. No basta con las horas que dediquemos a aprender el idioma en el aula. ¿Acaso los estudiantes españoles no dedican, en las fases obligatorias de la enseñanza, un elevado número de años, a razón de un promedio de tres horas semanales, a estudiar inglés? ¿Cómo es posible que, después de tantas horas dedicadas al estudio, muchos de nuestros jóvenes sean incapaces de entender y de comunicarse en este idioma en situaciones de la vida cotidiana? Pues bien, el hecho importante es que, salvo en casos excepcionales o muy restringidos, la mayoría de nuestra población no está sometida al inglés hablado en casi ninguna circunstancia. Cuando el estudiante sale del aula, acaba su exposición oral al idioma. No lo escucha en la radio, ni en la televisión, ni en el cine.

Y no es que la cultura audiovisual norteamericana no nos haya "invadido" en medida similar a nuestro vecino Portugal o al resto del continente europeo. Pero ocurre que en otros países no se doblan las series de televisión norteamericanas y las películas se exhiben en los cines en versión original con subtítulos. En España, sin embargo, el franquismo impuso el doblaje a todos los productos audiovisuales foráneos, lo que facilitaba la censura y permitía la "hispanización" y uniformidad lingüística de las voces y los acentos extranjeros. Los estudiantes polacos o suecos, portugueses u holandeses, están acostumbrados, desde su más temprana edad, a la exposición oral al inglés. Acaban su jornada escolar y, al conectar en casa sus televisores para ver sus dibujos animados o sus series favoritas, buena parte de ese material les llega en inglés. Así, casi sin darse cuenta, siguen aprendiendo fuera del aula, y para ellos el inglés ya no es una asignatura más del currículum, sino que forma parte de su entorno vital extra-escolar. Para utilizar una terminología en boga, podríamos decir que el inglés se convierte así en materia "transversal", que se aprende mientras se está haciendo otra cosa.

El entorno educativo es también esencial para el aprendizaje de una lengua extranjera; y es cierto que el acceso de los españoles al inglés data de menos de medio siglo, pues hasta los años setenta del siglo XX su implantación en nuestros centros escolares era muy reducida. No era tan fácil, en los años sesenta, encontrar institutos de enseñanza media donde se enseñara inglés. Si no teníamos hasta hace poco suficientes profesores bien preparados para enseñar esta lengua; si no empezábamos a enseñar inglés a los niños hasta después de los 10 años, ¿cómo podemos esperar igualar el nivel de competencia lingüística de otros países europeos?

Hoy, por fortuna, los programas de enseñanza bilingüe en las escuelas de Infantil y Primaria, y su extensión a la Enseñanza Secundaria, hacen concebir esperanzas de que dentro de unos años la capacitación de nuestros adolescentes sea bien distinta de la actual. Pero, al mismo tiempo, hay que mejorar también los niveles de exposición social y cultural al inglés en los medios de comunicación, y fomentar la gradual internacionalización de nuestras universidades, internacionalización que implica inexorablemente la mayor presencia del inglés y, por ende, la mejora en nuestra capacidad de entender y hacernos entender en este idioma.

Fernando Galván es catedrático de Filología Inglesa y rector de la Universidad de Alcalá.






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COTILLEANDO







RAJOY EN... 
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RAPHAEL: ACUERIOOO








EL PRINCIPE GITANO: IN THE MARTIRIO









NAT KING COLE: ADIÓS MARIQUITA LINDA









MATT MONRO: CAN´T TAKE MY EYES OFF YOU








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COCINANDO EN INGLÉS GIBRALTAREÑO








7 comentarios:

  1. Siempre me pregunté lo mismo: porqué nos cuesta tanto a los españoles aprender inglés. Las explicaciones de Fernando Galván parecen convincentes.

    Me encanta el inglés de Zapatero y el "no inglés" de Rajoy. La Espe muy bien, ¿eh?, que aunque uno pertenezca a una generación que estudió francés, se da cuenta cuándo alguien habla bien o mal el inglés.

    Impagables las interpretaciones de Raphael y el Príncipe Gitano.

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  2. El tema está muy claro, en este país tenemos tan mala leche, y nos reímos tanto del prójimo, que nadie se atreve ni siquiera a asomarse al ridículo que supone hablar mal un idioma. Ahí están los ejemplos del Príncipe Gitano,: 50 años después seguimos tocándole los bemoles a cuenta del esfuerzo de cantar en inglés.

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  3. A mí me pilló el inglés cuando empezaba a enseñarse en las escuelas.
    La primeras veces que lo puse en práctica, por necesidad, me iba apañando, más por señas
    y mímica que por gramática, pero salía del paso.
    La Espe, Charlie, jugaba con ventaja, era una "niña bien" de las de entonces:)

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  4. Bueno bueno, Gato, no confundamos. Ante el esfuerzo de un estudiante que tiene que hacer un examen oral de inglés, sabiendo de antemano
    el "sí esfuerzo" que supone para él (por las razones que sean) y ha habido previamente un trabajo y una superación...ni una risita,
    más bien todo lo contrario.
    Pero, ante la "osadía" de un cantante (me da igual el nombre), que por razones comerciales o por decir: fíjense ustedes, hasta canto en inglés (no sé si buscando
    una proyección internacional o para darse más importancia a sí mismo); que además no está obligado y lo hace por darse el gusto, cantándolo con un inglés
    macarrónico (hasta puede ser deliberadamente, pues lo malo también promociona)...
    Lo siento, pero soportar la tontería de la gente sí que me supone un esfuerzo.

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  5. Pero, ante el Príncipe gitano de "Mi tani" le diriría: ¡olé tu arte!, y en "In the Ghetto", si no se ríe de sí mismo, malo malo.

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  6. Pero si en este país, a la vez que se desprecia a los intelectuales por "listos", se presume de ignorancia.....

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  7. Pero poner en evidencia la ignorancia no significa presumir de ella.
    Yo creo que más que despreciar a los intelectuales por "listos" (que también los hay) se desprecia la cultura en general, precisamente ahora que tenemos más medios de todo tipo para acceder a ella.

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