Cuatro años más tarde nacerá su hermano Theo. Sus padres fueron, Theodorus van Gogh, un pastor de la Iglesia Reformada Holandesa y Anna Cornelia Carbentus.
No existe prácticamente ninguna información relacionada con los primeros diez años de vida de Vincent van Gogh. Van Gogh estuvo dos años en un internado en Zevenbergen y posteriormente estudió dos años más en la escuela secundaria King Willem II en Tilburg. Van Gogh dejó sus estudios en 1868, cuando tenía 15 años.
Vincent van Gogh permaneció dos años en Londres. Durante ese tiempo visitó la mayor cantidad de galerías y museos que tuvo oportunidad, y llegó a ser un gran admirador de escritores británicos como George Eliot (Mary Anne Evans) y Charles Dickens. Van Gogh también fue un gran admirador de los grabadores británicos cuyos trabajos ilustraron revistas como The Graphic. Estas ilustraciones inspiraron e influenciaron a Van Gogh en su vida artística posterior.
Después de varios traslados, se da cuenta de que no es el camino que reclama su carácter, pero se siente atraído por la religión y trabaja como ayudante de maestro en varias escuelas anglicanas y seguidamente como ayudante del predicador, pero es despedido y vuelve a la casa paterna.
Fue entonces que Vincent comenzó a dibujar a los mineros y a sus familias, desarrollando una cronología de sus duras condiciones de vida. Fue durante este tiempo que Vincent van Gogh eligió su próxima y última carrera: la de pintor.
Vincent y Theo habían estado siempre cercanos desde niños y a través de la mayor parte de sus vidas, manteniendo una correspondencia continua. A través de estas cartas (existen más de 700) se ha obtenido la mayor parte del conocimiento acerca de su propia vida y obra.
El año 1881 sería turbulento para Vincent van Gogh.
Vincent presentó su solicitud para estudiar en la Ecole des Beaux-Art en Bruselas, los biógrafos Hulsker y Tralbaut difieren con respecto a los detalles. Tralbaut sugiere un breve tiempo de estancia en la escuela, mientras que Hulsker mantiene que Vincent no fue admitido. Sea lo fuere, Vincent continuó aprendiendo solo a dibujar, tomando ejemplos de libros tales como Travaux des champs de Jean-François Millet y Cours de dessin de Charles Bargue.
Sus primeros dibujos de los mineros en el Borinage cambiaron por un trabajo más refinado y lleno de emoción. En el dibujo Sien, sentada en una canasta, con su hija, por ejemplo, Vincent encontró con maestría su vida hogareña, así como un sentido de desesperación, sentimientos que fácilmente describen los diecinueve meses que convivieron.
1883, fue otro año de transición para Van Gogh: tanto en su vida personal como en su vida artística. Vincent comenzó a experimentar con óleos en 1882, pero no fue hasta 1883 cuando comenzó a trabajar con este medio frecuentemente. Conforme sus habilidades para dibujar y pintar se incrementaban, su relación con Sien se deterioraba hasta que finalmente en septiembre se separaron. Con mucha tristeza, particularmente por sus sentimientos hacia los hijos de Sien, Vincent dejó La Haya a mediados de septiembre para viajar a Drenthe.
Durante las siguientes seis semanas, Vincent vivió más bien como nómada, moviéndose por toda la región y dibujando y pintando los paisajes lejanos y a sus habitantes. Es en esta época cuando pinta sus salvajes paisajes de Drenthe, y también es en este periodo que su mente empieza a sufrir visiones terroríficas que lo van distanciando de la gente, de la familia, amigos e incluso de los lugareños del pueblo y de los campesinos, a los cuales pinta con apasionamiento.
La vida sentimental de Vincent tuvo otro giro dramático y desafortunado durante ese verano. Margot Begemann, cuya familia vivía en la casa de al lado de los padres de Vincent, se había enamorado de Vincent, pero él la rechazó, por esta razón, Margot trató de suicidarse con veneno. Vincent estuvo bastante perturbado por el incidente. Margot se recuperó con el tiempo, pero el episodio trastornó a Vincent de tal manera que lo mencionó en sus cartas varias veces.
Durante los primeros meses de 1885 Van Gogh continuó su serie de retratos de campesinos. Vincent veía estos trabajos como "estudios", que le servirían para mejorar su técnica y preparar su obra más ambiciosa realizada hasta esa fecha. Vincent trabajó durante marzo y abril en estos estudios. Todos los años de trabajo duro, de continuo refinamiento de su técnica y de aprender a trabajar con un medio diferente, sirvieron de escalones intermedios para lograr la primera obra importante de Vincent van Gogh:
Vincent había trabajado durante cinco años difíciles para pulir su talento como artista y con la preparación de Los Comedores de Patatas se probó a sí mismo como un pintor de primera clase. Pero Vincent procuró mejorar continuamente, obtener nuevas ideas y explorar nuevas técnicas con el objeto de llegar a ser el artista que quería ser. Sus problemas económicos seguían siendo desalentadores, pero afortunadamente, su hermano Theo, haciendo grandes esfuerzos, seguirá aportándole pequeños envíos de dinero para su precaria subsistencia.
Vincent, en su afán de seguir aprendiendo, puso su mirada en París.
Escribió a su hermano Theo varias veces a principios de 1886 intentando convencerlo de que
París era el lugar al que él pertenecía. Theo estaba completamente consciente de la personalidad algo abrasiva de su hermano, por lo que la idea no le convencía. Como siempre, Vincent estaba determinado y simplemente llegó a París a principios de Marzo, sin avisar. Theo no tuvo otra alternativa que acogerlo.
El período de Van Gogh en París es fascinante por la importancia de su transformación como artista. Desafortunadamente, los dos años en París es uno de los períodos menos documentados de su vida, porque los biógrafos son demasiado dependientes de los hechos proporcionados por las cartas entre Vincent y Theo, que concluyeron cuando los hermanos vivieron juntos en el departamento de Theo en la rue Lepic número 54 del distrito de Montmartre.
Theo, como todo vendedor de arte, tenía muchos contactos y Vincent podría conocer a los nuevos artistas del París de ese tiempo.
No hay duda que Van Gogh fue influenciado por los métodos de los impresionistas, pero él siempre permaneció fiel a su propio estilo, único. Durante esos dos años Van Gogh incorporaría alguna de las técnicas de los impresionistas, pero nunca dejó que la poderosa influencia de estos lo abrumara.
Vincent disfrutó pintando en el ambiente de
París durante todo 1886. Su paleta comenzó a moverse fuera de los colores más oscuros y tradicionales de su Holanda natal e incorporaría los tonos más vibrantes de los impresionistas. Para agregar algo más al complejo tapiz del estilo de Van Gogh, fue en París que Vincent se interesó por el
arte japonés. Japón, recientemente había abierto sus puertas a los extranjeros después de siglos de bloqueo cultural y, como resultado de ese aislacionismo mantenido durante tanto tiempo, el mundo occidental estaba fascinado con todas las cosas japonesas. Van Gogh comenzó a adquirir una colección sustancial de impresos en madera y sus pinturas durante ese tiempo reflejarían tanto el uso vibrante de colores favorecido por los impresionistas, como las claras alusiones japonesas.
A pesar de que Van Gogh solo produjo algunas pinturas japonesas, la influencia de Japón en su arte sería evidente en formas sutiles durante todo el resto de su vida.
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| Retrato de Père Tanguy * (1887) |
El año 1887 en París fue muy importante para Van Gogh, ya que evolucionó como artista, aunque también su salud mental se vio deteriorada. Cuando Vincent insistió en mudarse con Theo, este accedió con la esperanza de que podrían manejar mejor sus gastos y que Vincent podría dedicarse más fácilmente a su arte. Desafortunadamente, la convivencia entre los dos no fue fácil. Como si fuera poco, París misma no estaba carente de tentaciones, y gran parte de esos dos años Vincent estuvo agobiado por los excesos de bebida y tabaco, y de una pobre nutrición.
Como un motivo repetido a lo largo de su vida, el tiempo miserable durante el invierno dejó a Vincent irritable y deprimido. Nunca Vincent fue más feliz que cuando estaba a la intemperie, en plena comunión con la naturaleza y el clima estaba en su mejor momento. Sea pintando o simplemente haciendo largas caminatas.
Vincent van Gogh vivía para el sol.
Durante los pálidos meses de invierno en el París de 1887-88, Van Gogh se alteró.
Los dos años de Van Gogh en París tuvieron un impacto tremendo en su evolución como artista, pero l había adquirido lo que estaba buscando y era tiempo de moverse.
Nunca del todo feliz en las grandes ciudades, Vincent decidió dejar París y seguir al sol y a su destino, hacia el sur.
Compositor: Jacques Offenbach *
Violonchelista: Werner Thomas
Jacqueline's tears
Vincent van Gogh se mudó a
Arles a principios de
1888 buscando el cálido sol de
La Provenza. Tomó el tren de París a Arles el 20 de Febrero de 1888, alentado por sus sueños de un próspero futuro y entretenido por los momentáneos paisajes que él sentía parecer más y más japoneses cuanto más viajaba hacia el sur.
No hay duda de que Van Gogh quedó decepcionado por Arles durante sus primeras semanas allí. En busca del sol, Vincent encontró a un Arles inusualmente frío y cubierto de nieve. Esto debió ser descorazonador para Vincent, pues buscaba la calidez y renovación en el sur.
Los meses que siguieron serían felices. Vicent tomó una habitación en el
Café de la Gare en el 10 de Place Lamartine a principios de Mayo y alquiló su famosa "Casa Amarilla" (Place Lamartine número 2) como estudio y lugar de almacenamiento.
Vincent no se mudaría en realidad a la Casa Amarilla hasta septiembre, en preparativos para establecerla como base de su "Estudio del Sur".
Vincent trabajó diligentemente toda la primavera y el verano y comenzó a enviar a Theo detalles de sus trabajos. Van Gogh es percibido a menudo hoy como una figura irritable y solitaria, pero realmente disfrutó de la compañía de gente e hizo su mejor esfuerzo durante esos meses para hacer amigos, tanto para compañía como para que posasen como preciados modelos. Vincent hizo amistad con Paul-Eugène Milliet y otro soldado Zouavo, a quienes retrató.
Vincent nunca perdía la esperanza en el plan de establecer la comuna de artistas y comenzó una compaña para alentar a Paul Gauguin a que se uniera con él en el sur y a quien finalmente convence.
A finales de julio, el tío de Van Gogh llamado Vincent murió y le dejó una herencia a Theo. Este influjo financiero habilitaría a Theo a patrocinar la mudanza de Gauguin a Arles. Theo pensó que Vincent sería más feliz y más estable en la compañía de Gauguin y también tenía esperanzas sobre las pinturas que recibiría de Gauguin, a cambio de su apoyo, darían algún rédito. A diferencia de Vincent, Paul Gauguin comenzaba a tener cierto grado de éxito en sus obras.
Pese a la mejoría de los asuntos financieros de Theo, Vincent permaneció fiel a su estilo y gastó una cantidad desmesurada de su dinero en provisiones de arte en vez de las necesidades básicas de vida. Desnutrido y abrumado con el exceso de trabajo, la salud de Van Gogh declinaba a principios de octubre, pero se animó al recibir la confirmación de que Gauguin iría al sur con él.
Vincent trabajó duro para preparar la Casa Amarilla para él, Gauguin llegó a Arles el 23 de Octubre.
Los siguientes dos meses serían desastrosos, tanto para Vincent van Gogh como para Paul Gauguin. Inicialmente Van Gogh y Gauguin se llevaron bien, pero a medida que las semanas pasaban, surgieron los problemas. El temperamento de Vincent, y probablemente el de Gauguin también, acabaron por chocar.
Sus discusiones se hacían más y más frecuentes, "eléctricas", las describiría Van Gogh.
La convivencia entra ambos artistas apenas duró tres meses, los achaques y las crisis de Vincent iban en aumento. El 23 de diciembre, en una de esas discusiones con su amigo, se cortó el lóbulo de la oreja. Sobre este suceso, existe la versión del propio Gauguin, (Escritos de un salvaje, Paul Gauguin) que la corrobora e incluso habla de una agresión posterior. Estos sucesos, provocan la marcha de Paul Gauguin.
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| AUTORRETRATO |
Durante su estancia en el hospital, Vincent estuvo bajo el cuidado del doctor Félix Rey. La semana que siguió a la mutilación de la oreja frue crítica para Van Gogh. Tuvo una gran pérdida de sangre y continuó sufriendo serios ataques en los cuales quedaba incapacitado. Theo se apresuró a venir desde París, estaba convencido de que Vincent moriría, pero para principios de enero, Vincent casi estaba completamente recuperado. Las primeras semanas de 1889 no serían sencillas para Vincent van Gogh. Después de su recuperación volvió a su Casa Amarilla, pero continuó visitando al doctor Rey para realizarse análisis y para que le cambiase las vendas. Vincent se fue animando por su recuperación, pero sus problemas de dinero continuaban y se sintió particularmente deprimido cuando su amigo cercano Joseph Roulin, decidió mudarse con su familia a Marsella. Roulin había sido un querido y fiel amigo de Vincent durante la mayor parte de su tiempo en Arles.
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| Joseph Roulin |
+Arles-1888.jpg) |
| La Berceuse (Augustine Roulin) |
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| Joseph Roulin |
Vincent estaba bastante productivo en términos artísticos. En enero y principios de febrero, pinta algunos de sus trabajos más conocidos, como
La Berceuse y
Los Girasoles. Sin embargo, El 7 de febrero, sufrió otro ataque en el que se imaginó a sí mismo siendo envenenado. Una vez más, Vincent fue llevado al hospital de
Hôtel-Dieu para observarlo. Van Gogh permaneció ingresado en el hospital durante diez días, pero regresó a la
Casa Amarilla.
Algunos ciudadanos de Arles estaban alarmados por el comportamiento de Vincent y firmaron una petición detallando sus preocupaciones. La petición fue enviada al párroco de Arles y al superintendente de policía quien ordenó que Van Gogh fuese readmitido en el hospital Hôtel-Dieu.
Vincent permaneció en el hospital seis semanas, pero se le permitió salir en excursiones supervisadas para pintar y poner sus posesiones a resguardo. Fue un tiempo productivo, aunque emocionalmente desalentador para Van Gogh.
Idénticamente al año anterior, Van Gogh volvió a pintar los huertos florecientes de los alrededores de Arles. Pero aunque estaba produciendo algunos de sus mejores trabajos, Vincent se dio cuenta que su posición era precaria y acordó con Theo, acudir voluntariamente al asilo de Saint-Paul-de-Mausole en Saint-Rémy-de-Provence. Van Gogh dejó Arles el 8 de Mayo.
El asilo no era de ninguna manera una cueva de serpientes, pero van Gogh estaba desanimado por los gritos de los otros residentes y la mala comida. Encontró deprimente que los pacientes no tuvieran nada que hacer durante todo el día, sin estimulación de ningún tipo.
Con el pasar de las semanas, el bienestar mental de Vincent permaneció estable y se le permitió volver a pintar.
A mediados de junio Van Gogh pintó uno de sus trabajos más conocidos:
Noche Estrellada sobre Saint-Rémy.
Sin embargo, el estado mental relativamente tranquilo de Van Gogh no duró y fue incapacitado por otro ataque a mediados de julio. Durante este ataque Vincent intentó ingerir sus propias pinturas y por esa razón fue confinado sin acceso a sus materiales. Pasada una semana, se le permitió a Van Gogh reanudar su pintura. Este recomenzar de su trabajo coincidió con una mejoría en su estado mental. Vincent envió cartas a Theo detallando su precario estado de salud, mientras que al mismo tiempo Theo tenía problemas similares con los que lidiar. La salud de Theo fue a menudo delicada y había estado enfermo durante gran parte de los comienzos de 1889.
Durante este tiempo Vincent comenzó a planear su eventual partida del asilo en Saint-Rémy. Expresó esos sentimientos a Theo, quien comenzó a hacer averiguaciones sobre las posibles alternativas para el cuidado médico de Vincent, esta vez mucho más cerca de París.
El estado de salud de Theo había mejorado, y preparaba un hogar con su esposa, Theo también estaba ayudando a Octave Maus, quien estaba organizando una muestra en Bruselas, Les XX, en la que seis pinturas de Vincent serían expuestas. Vincent pareció entusiasmado acerca de la tentativa, y permaneció bastante productivo a lo largo de este tiempo. La correspondencia corriente entre Vincent y Theo arregló muchos de los detalles de la muestra de Vincent dentro de la exhibición.
El 23 de diciembre de 1889, exactamente un año después del incidente de la oreja, Vincent sufrió otro ataque: una "aberración", como refiere él mismo. El ataque fue serio y duró cerca de una semana, pero Vincent se recuperó razonablemente rápido y volvió a pintar, esta vez principalmente copias de trabajos de otros artistas, a causa de su confinamiento bajo techo, tanto por su estado de salud mental como por el clima. Tristemente, Van Gogh sufrió más ataques durante los primeros meses de 1890. Estos ataques se produjeron más frecuentemente y dejaron a Vincent más incapacitado que cualquiera de los anteriores. Irónicamente, es durante este tiempo, cuando Van Gogh estaba probablemente en su peor momento y en el estado mental más desesperado, sus trabajos comenzaron a recibir finalmente aplausos de la crítica.
Después de hacer algunas averiguaciones, Theo sintió que lo mejor sería que Vincent regresara a París y entrara a cuidado del doctor Paul Gachet, un terapeuta homeopático que vivía en Auvers-sur-Oise, cerca de París. Vincent estuvo de acuerdo con los planes de Theo.
El 16 de Mayo de 1890 Vincent van Gogh dejó el asilo Saint-Rémy y tomó un tren nocturno hacia París.
Vincent se quedó con Theo, su esposa Johanna y el hijo que acababan de tener, Vincent Willem (bautizado con el nombre del pintor) durante tres días. No siendo en absoluto un amante del ajetreo y el alboroto de la vida de la ciudad, de alguna forma Vincent sintió cierta tensión al regresar y optó por dejar París en pos de un destino más tranquilo, Auvers-sur-Oise.
Vincent se encontró con el
doctor Gachet poco tiempo después de su llegada a Auvers. Aunque inicialmente quedó impresionado por Gachet, Vincent expresaría más tarde muchas dudas acerca de su competencia, yendo tan lejos como para comentar que Gachet parecía estar
"más enfermo de lo que yo estoy, creo, o diríamos igual de enfermo" A pesar de su aprehensión, Vincent se las arregló para encontrar una habitación en una pequeña posada cuyo dueño era
Arthur Gustave Ravoux e inmediatamente comenzó a pintar los alrededores de
Auvers-sur-Oise.
Vincent estaba complacido con Auvers-sur-Oise, que le permitió la libertad que le fue negada en Saint-Rémy, mientras que al mismo tiempo le proveía con amplias temáticas para sus pinturas y dibujos. Las primeras semanas de Vincent en Auvers pasaron agradablemente y sin incidentes. Aparentemente, Vincent parecía totalmente repuesto.
Durante todo el mes de junio, Vincent permaneció con buen talante y fue notablemente productivo, pintando algunas de sus obras más conocidas.
Durante las siguientes tres semanas Vincent reanudó su pintura, estaba razonablemente feliz. Escribió a su hermana: (...) Por el momento me siento mucho más calmado que el año pasado, y realmente la agitación de mi cabeza se ha tranquilizado. (...)
Vincent fue absorbido por los campos y praderas de los alrededores de Auvers y produjo algunos paisajes brillantes a lo largo del mes de julio. Para Vincent, la vida, aparentemente, se había establecido en un productivo y, si no feliz, al menos estable patrón.
Aunque los detalles que aparecen en las diversas crónicas no coinciden, los hechos principales sucedidos el 27 de julio de 1890 parecen estar claros. En la noche de ese domingo, se encaminó, con su atril y sus pinturas, al campo. Allí tomó un revólver y se disparó en el pecho. Vincent se las arregló para volver tambaleante a la posada Ravoux donde cayó inconsciente en la cama, allí fue descubierto por Ravoux. Se avisó a Mazery, el practicante local, al igual que al doctor Gachet. Se decidió no intentar sacar la bala del pecho de Vincent, y Gachet escribió una carta urgente a Theo.
Vincent y Theo permanecieron juntos por las últimas horas de la vida de Vincent. Theo se dedicó totalmente a su hermano, abrazándole y hablándole en holandés.
Vincent van Gogh murió el 29 de julio de 1890.
La
Iglesia Católica de
Auvers se negó a permitir que enterraran a Vincent en su cementerio, debido a que Vincent había cometido suicidio. El ayuntamiento cercano de
Méry, sin embargo, estuvo de acuerdo en permitir el entierro y el funeral fue realizado el 30 de julio.
Kol Nidrei para violonchelo y orquesta, Op. 47
Compositor: Max Bruch *
Violonchelista: Jacqueline du Pré *
(...) Mi padre es pastor en un pequeño pueblo holandés.
Cuando tenía once años empecé a ir a la escuela, y seguí yendo hasta los dieciséis.
A esa edad, tenía que elegir un trabajo, y no sabía qué hacer.
Gracias al interés de un tío mío, socio en la Goupil & Cie.,
empresa de comerciantes de arte y de editores de láminas,
obtuve un empleo en la sede que tenían en La Haya.
Trabajé allí tres años.
Después marché a Londres, para aprender inglés; más tarde, dos años después a París (...)
En estos términos describía su vida Vincent van Gogh, en junio de 1876, contaba entonces 23 años. A pesar de que en aquellos años no tenía aún ni la más remota idea de lo que haría después, lo cierto es que sus visitas a museos y exposiciones influyeron en su vida posterior. En agosto de 1872, desde La Haya, había escrito una carta a su hermano Theo: sería la primera de una larga serie de cartas, todas ellas conservadas, que lo mantendrían intensamente ligado a su hermano, amigo y confidente hasta su muerte.
Constantemente le hace partícipe de las sensaciones que le provocan la naturaleza y el arte. Las famosas cartas de Vincent Van Gogh se consideran una de las manifestaciones artístico literarias más importantes de la pintura moderna.
La mayoría de las cartas de Van Gogh estaban destinadas a su hermano Theo, quien le respaldó económicamente durante sus 10 años de carrera artística. En ellas, el pintor autodidacta le informaba regularmente y con gran precisión de sus progresos, sus aspiraciones y de las dificultades que encontraba para dominar las diferentes técnicas.
Theodorus Van Gogh estuvo profundamente unido a su hermano Vincent, y entre los dos medió, desde 1872, una abundante correspondencia.
He alquilado una pequeña habitación en Montmartre. Es pequeña, pero da a un jardincito lleno de hiedra y de vides silvestres. (París, 6 de julio de 1875)
Desde mi ventana veo pinos y álamos y la parte trasera de casas viejas, donde, por los canalones del tejado, trepa la hiedra. (Dordrecht, 21 de enero de 1877)
(La hiedra es una extraña y vieja planta)
Charles Dickens
Mucho de lo que Vincent Van Gogh escribe en sus primeras cartas reaparece más tarde en su trabajo, pues toda su vida permaneció fiel a las ideas y a los pensamientos que poco a poco fue formándose.
The Victoria-Embankment
Giuseppe De Nittis
Hace un par de días vimos en un cuadro de De Nittis la panorámica de Londres en un día de lluvia, con el puente de Westminster y el Parlamento (...) Cuando vi todo esto me di cuenta de cuánto amaba Londres.
Para explicárselo a Theo más claramente, le hizo un esbozo de la pintura de De Nittis que tanto le gustaba. Está dibujado en papel con membrete de Goupil & Cie. de París, la firma de arte en la que trabajaba Vincent desde 1869.
En 1874, Vincent Van Gogh trabaja en el mercado artístico en Gran Bretaña y visita la exposición anual de la Royal Academy. Allí ve el cuadro de George Henry Boughton ¡Dios da prisas! Peregrino en el camino de Canterbury. La impresión que suscita el cuadro en él se puede deducir del primer sermón que Vincent, en calidad de ayudante del predicador, pronuncia en noviembre de 1876.
La inspiración para su sermón, que tiene como tema el peregrino en el camino hacia Dios, la saca no solo del cuadro de Boughton, sino también de un libro de John Bunyan titulado The pilgrim´s progress (1678), que le gustó mucho y cuya lectura aconseja calurosamente a Theo.
Después de haberse despedido de la Goupil & Cie. de París, Vincent se instaló en Ramsgate, en los alrededores de Londres, donde trabajó como instructor adjunto en la pequeña escuela del educador Stokes, recibiendo como estipendio comida y alojamiento. Permanecerá allí hasta julio de 1876.
Durante esta estancia en Gran Bretaña madura la idea de convertirse en pastor.
En sus cartas, no tan numerosas como antes, describe con mucho detalle y de manera cautivadora la vida de los mineros.
Sus cartas se hacen más esporádicas. Pero en julio de 1880, Vincent Van Gogh escribe a su hermano para darle las gracias por haberle obsequiado veinte francos. Esta ayuda económica es la primera de una serie de regalos que Theo le hará desde entonces, y que le permitirán empezar, y después continuar, su actividad artística.
De vez en cuando coge el lápiz para transmitirle a su hermano algunas impresiones sobre el ambiente que lo rodea:
He aquí un boceto de lo que se ve desde la ventana de las escuela. Me habría gustado que hubieras podido ver el mismo escorzo esta semana, en los días de lluvia, sobre todo a la hora del crepúsculo, cuando se encienden los faroles y su luz se refleja en las calles mojadas.
(31 de mayo de 1876)
Esta carta de Vincent puede ser considerada la clave para entender su visión de la vida como hombre y como artista en los diez años siguientes:
(...) Cuando estaba en otro ambiente, en un ambiente de cuadros y obras de arte, sentí por aquel ambiente un arrebato apasionado, una auténtica exaltación. Y no lo lamento para nada, y ahora que estoy lejos de mi país siento a menudo nostalgia del país de la pintura. Pero sería un error que ahora creyeras que estoy menos seducido por Rembrandt, o por Millet, o por Delacroix, o por quien sea, porque es precisamente lo contrario, solamente que, ya ves, hay tantas cosas que tendrías que entender y amar: está Rembrandt en Shakespeare, Correggio en Michelet y Delacroix en V. Hugo. Y en Bunyan está Maris o Millet, y en la Beecher Stowe está Ary Scheffer. (...)
(...) En primavera, un pájaro enjaulado sabe muy bien que hay algo que hacer, pero no puede hacer nada; ¿y de qué se trata? No se acuerda bien, tiene ideas vagas y dice: "Los demás hacen sus nidos, y tienen pequeños y los alimentan", y después golpea su cabecita contra las rejillas de la jaula. Pero la jaula se resiste, y el pájaro enloquece de dolor. "Mira qué holgazán", dice un pájaro que pasa por allí, "ese sí que es un tipo que vive de renta". Mas el prisionero sigue vivo, no muere, por fuera no se ve nada de lo que tiene dentro, goza de buena salud y de vez en cuando se siente alegre a los rayos del sol. Pero después viene la época de los amores. Embates de depresión. "Pero seguro que tiene todo lo que necesita", dicen los niños que lo cuidan, a él, y cuidan su jaulita. Y él está encaramado, con la mirada al cielo, que amenaza tormenta, y dentro de sí se rebela ante su suerte. "¡Estoy enjaulado, estoy enjaulado y no necesito más imbéciles! ¡Tengo todo lo que necesito! ¡Pero, por favor, libertad, dejarme ser un pájaro más". Así pues, quizás un hombre que no hace nada se parece a un pájaro que no hace nada. (...)
Después de la poco feliz experiencia como predicador en la región minera de Wasmes (fue destituido por la Escuela de Evangelización de Bruselas), Vincent se estableció en Cuesmes, donde realizó dibujos de mineros y grandes bocetos copiados de Millet. *
En la primavera de 1881 marchó a Etten donde vivían sus padres y su familia. Permacerá en Etten hasta Navidad. Durante esa época fue a menudo a La Haya, donde se veía con su primo, el pintor Mauve, uno de los máximos exponentes de la escuela pictórica local, que le daba clases privadas.
Un mes después, el 20 de agosto de 1880, escribe desde Cuesmes:
Debes saber que estoy ocupadísimo haciendo grandes bocetos copiados de Millet, y he hecho las "Horas del día" y también "El Sembrador".
En otoño, Vincent deja Borinage y se traslada a Bruselas, donde quiere recibir clases de dibujo. Allí conoce a Anthon Van Rappard, un pintor joven que había visitado a Theo en París. Van Rappard pone a disposición de Vincent su estudio de Bruselas y nace una amistad que durará algunos años.
Meses después, Vincent Van Gogh se dedicaba a ejercitar en el dibujo de figuras humanas siguiendo los ejemplos de Van Bargue y copiando cuadros.
En la primavera de 1881, Vincent vuelve a la casa paterna, a Etten, en Brabante:
Estoy feliz de que las cosas hayan salido de manera que durante algún tiempo pueda trabajar aquí tranquilo; espero hacer tantos estudios como pueda, pues esta es la semilla de la que pueden nacer después mis dibujos, escribe muy contento.
El paisaje de Brabante, en el que está inmerso, le ofrece inspiración y material.
Sus temas señalan insistentemente el poder de atracción que ejercen sobre él el hombre que trabaja, el trabajador de la tierra y el ambiente que hace de fondo. Campesinos que siembran, cavan la tierra y cortan leña; sus casuchas y sus campos; los árboles a lo largo de los senderos del campo, son dibujados y vueltos a dibujar, y cada vez mejor.
En septiembre de 1881 escribe:
He dibujado hasta cinco veces a un hombre con una azada -o sea, un labrador en todas las posiciones, dos veces a un sembrador y dos veces a una muchacha con una escoba. Y después a una mujer con una cofia blanca pelando patatas, a un pastor apoyado en su bastón y, finalmente, a un viejo campesino enfermo, sentado en una silla cerca del camino, con el rostro entre las manos y los codos apoyados en las rodillas
También he hecho los primeros intentos con la acuarela. Y del tío, de Princenhage, la semana pasada recibí una caja de pinturas muy bonita y que me va muy bien para empezar. Estoy muy contento. Enseguida intenté hacer una especie de acuarela sobre uno de los temas que he citado antes.
En diciembre, Vincent toma clases de pintura y hace sus primeros cuadros:
Hasta ahora he pintado cinco estudios y dos acuarelas, y, naturalmente, he seguido haciendo algunos bocetos. No puedo decirte lo buenos y amables que han sido conmigo Mauve y Jet estos días (...) Y Mauve me ha dicho y me ha hecho ver cosas que, evidentemente, no puedo hacer de golpe, pero poco a poco pondré seguramente en práctica.
Los estudios de pintura son naturalezas muertas y las acuarelas son copias de un modelo que representa Scheveningen.
Después de una discusión con su padre y de una desafortunada aventura amorosa, la vida en la comunidad de Etten se hace cada vez más difícil para Vincent. En diciembre de 1881 decide alquilar un estudio en La Haya.
Estimulado por su amigo Van Rappard, Vincent empieza a dibujar figuras en acción y en gran formato. Tras una época difícil, retoma con renovado aliento su deseo de realizar trabajos que sean comerciales.
Poco después de su llegada a La Haya, Vincent empieza a comprar periódicos ilustrados ingleses y franceses y a hacer una cuidadosa colección, especialmente periódicos de comerciantes de arte. Siguiendo su ejemplo, también él hará dibujos y litografías para poder utilizar como ilustraciones.
La implicación especial que siente frente a los temas de carácter social es probablemente la razón por la cual hospeda en su casa a Sien, una prostituta embarazada. Su deseo de llevar una vida familiar, el hecho de que Sien tenga ya una hija y que haya otro hijo en camino, el poder disponer de manera fija de una modelo, fueron algunos de los motivos que lo llevaron a contraer un vínculo de esa clase, que escandalizó a toda la gente que lo rodeaba.
Uno de sus dibujos más intensos es precisamente Sorrow, que después le serviría de modelo para una litografía.
En el verano de 1882, Vincent empezó seriamente a aplicarse a la pintura al óleo, que hasta entonces había intentado solo esporádicamente, pues primero quería estar bien seguro de su habilidad en el dibujo.
En otoño de 1883, la presión psicológica y económica que Sien y su familia ejercían sobre él se hizo demasiado pesada.
Abandonó La Haya, dejando atrás muchos de sus estudios, para buscar inspiración en Drenthe. La etapa de septiembre a diciembre de 1883 es corta, pero importante, para la evolución de Vincent: es una etapa de búsqueda de nuevas imágenes, un regreso a los temas de la tierra.
En diciembre, Vincent regresa a la casa paterna, donde piensa quedarse poco tiempo; pero se queda en Nuenen, donde su padre ha sido nombrado pastor, y ya no vuelve a Drenthe:
(...) Drenthe es estupendo, pero conseguir estar allí depende de lo blindado que esté uno contra la soledad. (...)
Permanece en Nuenen dos años. Durante esa época trabaja en cuadros y dibujos que representan el paisaje con sus casas, sus iglesias y las personas, campesinos y tejedores que ve en Nuenen y en los alrededores.
Resulta evidente cómo en esta época se ocupa de temas y técnicas que también podrán encontrarse después en los cuadros y dibujos de su etapa parisina posterior.
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| Torre del viejo cementerio (Nuenen) |
Un ejemplo, por lo que respecta a los temas, es el campanario de
Nuenen, con la torre mutilada y las cornejas que revolotean alrededor de las ventanas vacías, obra que puede compararse, en su vigorosa representación, con el cuadro de
La iglesia de Auvers.
En invierno de 1884, Vincent empieza a pintar y a dibujar muchísimos retratos de campesinos con la idea de hacer estudios para llegar finalmente a un composición de grupo dentro de una cabaña. Algunos de esos retratos son una turbadora representación de la vejez o del trabajo pesado.
A Theo le escribe:
Pinto de día, y de noche dibujo (...) Ahora pinto no solo hasta que acaba el día, sino también por la noche, a la luz de la lámpara, en las casas de los campesinos, hasta que a duras penas consigo distinguir los colores en la paleta, y lo hago para entender lo mejor posible los efectos especiales que produce la iluminación nocturna, como, por ejemplo, una gran sombra sobre la pared.
Así resume Van Gogh el contenido de algunos de sus cuadros:
Está claro que puede ser evidente que se trata precisamente de un cuadro de campesinos. Sé que de eso se trata. Pero quien prefiera tener de los campesinos una visión dulzona, que piense lo que quiera (...) En mi opinión, una joven campesina con la falda y la chaqueta azul polvorienta y remendada que adopta los más delicados matices del clima, del viento y del sol, es más bella que una señora.
Pero si lleva puesto un vestido de señora, en realidad se siente rara. Un campesino, cuando está en el campo con su indumentaria rústica y basta, es más hermoso que cuando va a la iglesia con una especie de chaquetilla de señor (...) Si es un cuadro de campesinos hay tocino, humo y vapor de patatas, mejor, no es nada malo; si en un establo hay estiércol, para un establo va bien; si un campo desprende olor de grano maduro, o de patatas, o de abono y estiércol, eso es sano, sobre todo para la gente de la ciudad.
El 26 de marzo de 1885, el padre de Vincent, el pastor Theodorus Van Gogh, muere de repente. Este suceso causa una fuerte impresión a Vincent, en octubre pinta una naturaleza muerta con una Biblia abierta.
A mediados de noviembre. Vincent ya había escrito a Theo que estaba impaciente por trasladarse a Amberes. Se siente atraído por el deseo de ver una gran colección de obras de Rubens:
Rubens ejerce sobre mí una impresión muy fuerte, sus pinturas me parecen grandiosamente hermosas, en concreto su manera de pintar la cabezas y las manos. Estoy absolutamente encantado, por ejemplo, con su manera de dibujar un rostro con pinceladas de rojo puro, así como de modelar de manera similar los dedos de la mano.
En enero de 1886, Vincent se inscribe en la Real Academia de las Artes, porque siente la necesidad de perfeccionar, bajo una dirección cualificada. Resultó un fracaso. Vincent insistió a Theo para que lo invitara a su casa de París. Sin esperar ninguna palabra de aquiescencia de parte de Theo, Vincent llegó a París a principios de marzo.
En los dos años que Vincent Van Gogh vive en París, está sujeto a un fluir de nuevas experiencias, tanto visuales como sociales, que al final le resultan demasiado fatigosas. Al principio se instala en casa de Theo, en su pequeño apartamento de la
rue Laval. No hay sitio para poner un estudio, por lo que vaga a menudo por París haciendo bocetos, volviendo una y otra vez a los rincones que conocía de antes. Visita exposiciones y museos; gracias a Theo su vida se encarrila con cierto orden. Con
Theo y su amigo
Bonger, Vincent va todos los días a comer a los restaurantes de
Montmatre, y, alguna vez, los tres jóvenes van juntos por la noche a los cabarets del barrio, como, por ejemplo, el
"Chair Noir".
Como la habitación de Theo es demasiado pequeña para dos personas, los hermanos se trasladan pronto a otra casa, en la que hay espacio para un estudio, también en Montmartre, en la rue Lepic. Vincent empieza de nuevo a trabajar con mucho ímpetu y se encuentra bien de salud. Hace progresos formidables en su trabajo, y la prueba es que comienza a tener éxito. Aún no ha vendido ningún cuadro, pero intercambia sus cuadros con los de los demás.
Pero bien pronto nace entre Vincent y Theo una gran tensión que llevó a Theo a escribirle a su hermana que la vida aquí en casa es casi insoportable, nadie quiere venir a verme porque siempre se acaba discutiendo.
Gracias a Theo, que mientras tanto se ha hecho cargo de la dirección de la filial de la firma Boussod & Valadon en el Boulevard Montmartre, donde también expone obras de pintores de vanguardia considerados invencibles, Vincent entra en contacto con los impresionistas. En el estudio del pintor Cormon *, donde algunas veces recibe clases, conoce a jóvenes colegas, de los que se hace amigos: entre ello están Émile Bernard, Pissarro, Henri Toulouse-Lautrec, Russell y especialmente Gauguin.
Los últimos meses de Van Gogh en París los pasó visitando las primeras exhibiciones de los impresionistas (que mostraban trabajos de Degas, Monet, Renoir, Pissarro, Seurat y Sisley).
Desde París escribe a H.M. Levens, un inglés con el que había vivido y trabajado durante un breve periodo de tiempo en Bruselas:
En Amberes no sabía que había impresionistas -Degas, desnudos; -Claude Monet, paisajes...-. Y en cuanto a lo que he hecho yo mismo, estaba demasiado mal de dinero para pagar modelos; de otro modo me hubiera dedicado totalmente a pintar figuras. En cambio, he pintado una serie de estudios de color, flores comunes, amapolas rojas, lirios azules y nomeolvides, rosas blancas y rosas, crisantemos amarillos, en los que he buscado los contrastes del azul con el naranja, del rojo con el verde, del amarillo con el violeta: para volver a armonizar los contrastes, colores neutros atenuados.
El sentido del color de Vincent llega a la plena madurez, pero acaricia la idea de dejar París por un lugar más tranquilo, cálido y soleado donde pueda trabajar al aire libre todo el año.
La elección recae en Arlés, en La Provenza. El 19 de febrero de 1888, Vincent deja París.
Cuando llega a Arlés, Vincent alquila una habitación cerca de la estación. Aunque inesperadamente, ha nevado y hace bastante frío, se siente mejor y más optimista que en París.
En cuanto comienza el buen tiempo de la primavera y los frutales están en flor, los pinta con un entusiasmo que no decrece. Hace tiempo que, en los pensamientos de Vincent, hay una casa con un estudio donde pueda trabajar tranquilamente. Y si llega el caso ofrecer un techo a los amigos. Y encuentra la "Casa Amarilla" no muy lejos de la estación de Arlés, en una plaza que tiene un pequeño parque; cerca de allí discurre el Ródano.
Los alrededores de Arlés y los colores del paisaje inspiran a Van Gogh sus obras maestras. Vincent intenta crear aquí su antiguo proyecto de fundar una comunidad de pintores donde estos puedan trabajar juntos, estimulándose recíprocamente. En primer lugar piensa en su amigo de los tiempos parisinos, el pintor Gauguin.
En 1888, Gauguin vive y trabaja en Bretaña, y pasa un mal momento, tanto en lo que se refiere a la economía como a la salud. Durante todo el año, Vincent hace proyectos para la llegada de Gauguin, y prepara la Casa Amarilla para tal fin. Pensando en la llegada del amigo, empieza a pensar en un esquema para la decoración del estudio de ambos. Una decoración que consistirá únicamente en grandiosos girasoles, doce telas que representen esas flores:
(...) Todo será una sinfonía en azul y en amarillo (...) Los girasoles, que en la iconografía cristiana simbolizan lo divino, ocupan un lugar muy importante en la vida de Van Gogh, junto con el sol y la luz; seguramente el artista era consciente de su valor simbólico. Gauguin había admirado los girasoles de Van Gogh ya en París y poseía dos de ellos. Para Vincent, esta era la prueba de que, con aquellas telas, era capaz de emular a sus colegas y de crear una obra maestra.
La técnica en celdillas (tipo mosaico) usada en estas obras, es comparada por el propio artista a los vitrales de una iglesia.
A finales de octubre, Gauguin llega a Arlés, se instala en casa de Vincent Van Gogh. Su trabajo "comunitario" durará muy poco, pues sus concepciones del arte y de los artistas resultan tan divergentes que dan lugar a fuertes tensiones entre ellos. Una visita que realizan juntos al Museo de Montpellier provoca violentas discusiones entre ambos pintores, a causa de los distintos puntos de vista sobre el arte y los artistas. En diciembre, las tensiones se hacen tan fuertes que, Vincent, en una arrebato de ira, amenaza a Gauguin con un cuchillo; después se hiere a sí mismo en una oreja. Gauguin se queda tan impresionado que abandona inmediatamente Arlés.
Vincent ha de recuperarse de las heridas en el hospital. No tarda en curarse, a principios de enero puede abandonar el hospital. Comienza a trabajar de nuevo con ímpetu, pero, en febrero, después de una crisis depresiva, debe ser ingresado nuevamente en el hospital, donde, a pesar de todo, sigue dibujando y pintando.
Aunque en marzo está otra vez fuera del hospital, los habitantes de Arlés, que después del incidente con Gauguin, lo miran como una especie de loco, le hacen la vida imposible.
De acuerdo con el párroco de Arlés, el reverendo Salles, Vincent decide libremente ingresar en el hospicio de Saint-Rémy.
El 18 de abril, Theo se casa en Amsterdam con Johanna Bonger. El día 22 de ese mes, Vincent escribe:
Os deseo, a ti y tu esposa, mucha suerte (...) A finales de mes tendré que trasladarme al instituto de Saint-Rémy, del que me ha hablado el pastor Salles (...) Espero que sea un sitio pasable, porque he de confesar que no me siento de ningún modo capaz de empezar desde le principio, de buscar un nuevo estudio, de perder la capacidad de pintar, que ahora me está volviendo. Y permaneceré internado temporalmente, tanto por mi propia tranquilidad como por la de los demás.
Y a su hermana Wil:
Voy a ir, al menos por tres meses, a una casa de salud de Saint-Rémy, no lejos de aquí. En total he tenido cuatro grandes crisis, durante las cuales no me daba cuenta para nada de lo que decía, quería o hacía (...) Y aún no me veo capaz de coger un estudio.
En el instituto de Saint-Rémy, al principio Vincent se siente muy tranquilo. Hasta mediados de verano, su salud va mejorando constantemente. La belleza del paisaje que rodea el antiguo claustro de la casa de salud le da ganas de trabajar:
Hemos tenido días de un calor estupendo y he empezado a trabajar en más telas aún (...) He hecho un campo de trigo, amarillísimo y luminosísimo, quizás la tela más llena de luz que jamás haya pintado. Me interesan los cipreses. Quisiera hacer algo como los cuadros de los girasoles, porque me asombra que todavía no hayan sido pintados como los veo yo. Tienen una belleza de líneas y de proporciones como un obelisco egipcio (...) Creo que. de los dos cuadros de cipreses, aquel del que te hago el boceto es el mejor. En este, los árboles son muy grandes y macizos. El primer plano es muy bajo, con zarzas y matas. Detrás de las colinas violáceas, un cielo verde y rosa con una hoz de luna. Sobre todo el primer plano es muy denso de color: zarzales con reflejos amarillos, violetas y verdes.
Un nuevo ataque hace que temporalmente le resulte imposible trabajar en los exteriores de la casa de salud. Como ya había hecho en París, cuando copiaba las láminas japonesas, también en Saint-Rémy subdivide en cuadrados las que Theo le manda; después traspone estos cuadrados sobre la tela incorporando una interpretación suya propia con los colores. Este trabajo le da nuevos ánimos y vigor, y eso se advierte tanto en las cartas como en las pinturas.
Durante uno de sus ataques, la litografía de Nanteuil del cuadro de Delacroix Piedad se cae al suelo entre los óleos y los barnices, junto con otros cuadros, Vincent se asusta de tal modo de ese incidente, que se obliga a sí mismo a pintar una versión de la litografía.
Es de noche. después de una tormenta, y la figura desesperada, con un sayo azul levantado por el viento, se recorta contra un cielo en el que se mueven nubes violetas con bordes de oro. También ella tiene las manos extendidas, con un gran gesto de desesperación, y se pueden ver bien sus manos, unas manos fuertes de trabajadora. Con las ropas alzadas por el viento, la figura alcanza una anchura equivalente a la altura. Y mientras el rostro del muerto está en sombra, el pálido rostro de la mujer destaca sobre el fondo de una nube: un contraste que hace que los dos rostros pudieran provocar el efecto de una flor clara y de otra oscura colocadas cerca adrede para que una haga destacar a la otra.
En septiembre escribe a Theo:
Hasta ahora he copiado siete de los diez cuadros de los "Trabajos del campo de Millet". Te puedo asegurar que me interesa mucho hacer copias, y ahora que por el momento no puedo disponer de modelos, esto me permite nos perder de vista la figura.
En el invierno de 1889, sus hermanos empiezan a pensar si no existe la posibilidad de que Vincent deje la casa de salud de Saint-Rémy. Justamente entonces, los cuadros de Vincent, expuestos en París en el Salon des Indépendants y en Bruselas con el Grupo de los Veinte, son apreciados por vez primera.
En Bruselas, la pintora Anne Boch, compra un cuadro y aparece un artículo del crítico Aurier sobre el pintor, redactado en términos entusiastas. Finalmente. Theo Van Gogh encuentra en Auvers-sur-Oise, cerca de París, una nueva casa adecuada a las necesidades de su hermano.
En febrero de 1890, con motivo del nacimiento del hijo de Theo y Jo Van Gogh, Vincent pinta un cuadro para su pequeño tocayo: Una gran tela azul cielo en la que destacan ramos de flores.
En mayo de 1890, llega para Vincent el momento de dejar la Provenza:
Aquí, el ambiente empieza a oprimirme más de lo que puedo explicar, necesito aire, siento que me hundo en el aburrimiento y en la tristeza (...)
De camino a Auvers, Vincent se queda tres días en París, donde conoce a su sobrino y a la joven mujer de Theo. Vuelve a ver a sus amigos pintores, así como sus propios cuadros colgados en las paredes del apartamento de Theo, llenan completamente la casa.
El pueblo de Auvers-sur-Oise, en el norte de París, había ofrecido hospitalidad a varios pintores, como Daubigny y Cézanne, y a un grupo de grabadores que trabajaba con un médico, el doctor Gachet, artista también. El doctor Paul Gachet tomó a Vincent bajo su protección:
He conocido al doctor Gachet, y me ha dado la impresión de ser bastante excéntrico, pero su experiencia como médico lo debe mantener en equilibrio (...) Estoy trabajando en un retrato suyo (...)
Ese mismo día escribe a su hermana Wil:
Para mí ha sido una gran alegría volver a ver a Theo y conocer a Jo y al pequeño (...) El viaje y todo lo demás hasta ahora ha ido bien, y es una buena distracción para mí volver al Norte. Además, he encontrado un verdadero amigo en el doctor Gachet; debería ser algo así como un nuevo hermano, pues nos parecemos mucho física e interiormente (...) Ahora pasaré cada semana uno o dos días en su casa para trabajar en su jardín. Ya he hecho dos estudios, uno con plantas del sur, áloe, cipreses y crisantemos; el otro con rosas blancas y vides con una figura, además de con un manojo de ranúnculos (...)
En una carta a Gauguin, Vincent registra sus impresiones de París y habla de sus últimos cuadros de la Provenza:
Gracias por haberme escrito otra vez, querido amigo, y debes saber con certeza que desde que he vuelto he pensado en ti cada día. Me he quedado en París solo tres días y, dado que el barullo y el ruido tienen sobre mí una influencia muy negativa, he decidido prudentemente, para bien de mis nervios, irme al campo; de otro modo hubiera venido a verte enseguida (...) De aquellos lugares he hecho todavía un ciprés con estrella, un último intento: un cielo nocturno con una luna sin luz, la delgada hoz de la luna que aparece a duras penas saliendo de la sombra opaca de la tierra. Una estrella con una luz, si quieres, exagerada; un rosa pálido y un verde brillante en el cielo ultramarino donde flotan las nubes. Abajo, un camino, bordeado por altas cañas amarillas; más allá de las bajas alpinas azules, una vieja hostería con las ventanas anaranjadas iluminadas, y un enorme ciprés, recto como un palo y oscurísimo. En el camino, una berlina amarilla, con un caballo blanco delante y dos caminantes solitarios. Muy romántico, si quieres, pero creo que auténticamente provenzal.
De las cartas que Vincent escribe en los dos últimos meses de su vida no se trasluce que está pensando acabar con todo. Tal vez el tono es melancólico, sin embargo encarga a Theo nuevas pinturas, y afirma que el hecho de poder pintar nuevamente con modelo lo excita mucho. También el paisaje estival lo invita al trabajo:
He aquí tres bocetos: uno de una campesina, con un gran sombrero amarillo con lazo de cinta azul celeste, un rostro muy encarnado, una desaliñada blusa de lunares anaranjada, un fondo de plantas de trigo (...) Después un amplio paisaje lleno de campos, un tema como los de Michel, pero sumándole, en el color, el uso del verde claro, del amarillo y del verdeazul. Después una tela con árboles, troncos de álamos violetas que cortan perpendicularmente el paisaje con columnas, y, en la profundidad de los árboles y debajo de los grandes troncos, el fondo herbáceo con florecitas blancas, rosas, amarillas y verdes, con altas pajitas rojas y flores.
Finalmente, en la última carta que Vincent envía a Theo, hallamos, sobre todo, la visión del artista inspirado que habla:
Quizás lo veas, el boceto del jardín de Daubigny: es una de mis telas más comprometidas. Añado también un boceto de viejas cabañas, y los bocetos de dos telas que representan grandes campos de trigo después de la lluvia (...) El jardín de Daubigny: en primer plano, plantas verdes y rosas. A la izquierda, un arbusto verde y lila y el tallo de una planta, de hoja blanquecina. En el centro, un rosal; a la derecha una empalizada, un muro y, encima del muro, un nogal con hojas violetas. Después un seto de lilas, una hilera de amarillos tilos redondeados y la misma casa al fondo, rosa, con un tejado azulón. Una mesa y tres sillas, una pequeña figura negra con un sombrero amarillo, y, en primer plano, un gato negro. Cielo verde pálido.
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| Van Gogh muerto. Dibujo de Dr. Gachet |
El 27 de julio de 1890, Vincent, probablemente movido por el terror a sufrir una nueva crisis, intenta quitarse la vida. En las afueras del pueblo, en un campo, se dispara un tiro en el costado; regresa herido a la hostería donde vive.
El dueño avisa al doctor Gachet, que llama a Theo. Tras regresar herido, muere el 29 de julio, después de haber pasado todo el día fumando su pipa y hablando con Theo, que había acudido desde París.
Para los funerales llegan los amigos de París, y adornan su habitación con flores y con sus propios cuadros. Vincent es enterrado en medio de los campos de trigo.
Theo, que sobrevivió a su hermano tan solo seis meses, tuvo una tumba al lado de la de Vincent.
VIDE COR MEUM
Compositor: Patrick Cassidy
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